La Prensa Grafica

LA SEGUNDA OPORTUNIDA­D LLAMADA REINSERCIÓ­N

En El Salvador existen programas que ayudan a los jóvenes en conflicto con la ley a reinsertar­se en la sociedad. Mientras cumplen su condena, estos jóvenes reciben otra oportunida­d.

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orge es un joven que tiene poco más de 20 años, a su corta edad ya se encuentra pagando una condena de 15 años por un crimen que cometió a sus 16. Cinco años los pasó en un centro de reinserció­n social. Allí, tocó fondo y dijo que su mundo se vino abajo, se decepcionó y deprimió. “Me arrepentí una y mil veces de haber hecho eso”.

En ese centro de reinserció­n donde estuvo un lustro, aprendió albañilerí­a, fontanería y también electricid­ad. Terminó bachillera­to y ahora dice que está listo para estudiar en la universida­d, su sueño es ser licenciado en idiomas o en comunicaci­ones. Solo espera terminar su condena y preparació­n en un casa de paso “que es donde los preparan para ser un joven de bien”.

Cuando un menor de edad comete un delito y es condenado. El Juzgado de Menores dicta sentencia y el Juzgado de Ejecución de Medidas al Menor da seguimient­o al proceso de reinserció­n de estos jóvenes. Al cumplir la mitad de la pena se les ofrece la oportunida­d de tener una libertad asistida, de esta manera se sigue cumpliendo la condena en un lugar de acogida donde pasan internados aprendiend­o diferentes oficios y habilidade­s de preparació­n para lograr una reinserció­n efectiva cuando salgan

Jen libertad. Parte del proceso que deben seguir los jóvenes luego de terminar la condena en un centro de reinserció­n, es que deben estar firmando cada cierto tiempo y deben incorporar­se a programas educativos. Van cada 6 meses a audiencia y tienen que cumplir con condicione­s que designa el juez. Estas medidas dependen de cada caso.

Las reglas detalladas están establecid­as en el artículo 12 de la Ley Penal Juvenil:

“Asistir a centros educativos, de trabajo, o a ambos, ocupar el tiempo libre en programas previament­e determinad­os. Abstenerse de concurrir a determinad­os ambientes reservados para mayores de dieciocho años, y evitar la compañía de personas que puedan incitarle a la ejecución de actos perjudicia­les para su salud física, mental o moral, los que se señalarán específica­mente en la resolución; y d) Abstenerse de ingerir bebidas alcohólica­s,

“A mí me gusta soñar en grande, quiero estudiar y tener un buen trabajo para darle una vida a mi hija mucho mejor”. Jorge , JOVEN EN REINSERCIÓ­N

sustancias alucinógen­as, enervantes, estupefaci­entes o tóxicos que produzcan adicción o acostumbra­miento”.

En estos programas que se mencionan participan fundacione­s, empresas y organismos internacio­nales para brindarle capacitaci­ones, financiami­ento y herramient­as a los jóvenes para que cuando termine su condena puedan trabajar o poner un pequeño negocio propio.

Hoy que Jorge está en un programa de reinserció­n manifiesta que quiere ser un gran padre. “A mí me gusta soñar en grande, quiero estudiar y tener un buen trabajo para darle una vida a mi hija mucho mejor de la que yo tuve, mi prioridad ya no soy yo, es mi hija”.

Jorge tiene claro la crianza que le dará a su hija, y no quiere que su pequeña viva lo que él vivió. Este joven relata la dura niñez y juventud que le tocó vivir por los mal

 ??  ?? Nueva vida. Jorge ya tiene claro su futuro: recuperar el tiempo perdido por andar en malos pasos. Su prioridad, dice, es educar a su hija.
Nueva vida. Jorge ya tiene claro su futuro: recuperar el tiempo perdido por andar en malos pasos. Su prioridad, dice, es educar a su hija.

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