ECONOMÍA INFORMAL
Los patrones y niveles de consumo de El Salvador no corresponden a los salarios promedio ni a los volúmenes de producción nacional. Una de las explicaciones a este fenómeno (además de la entrada anual de más de $5,900 millones de remesas) es la existencia y la interrelación de tres tipos de economía: (1) formal, (2) criminal, (3) informal.
La economía formal son las actividades que están registradas y reportan sus operaciones a las autoridades, pagan impuestos directamente y sus trabajadores cuentan con seguridad social. La economía formal determina las cuentas nacionales y los indicadores oficiales.
La economía criminal está relacionada con prostitución, tráfico de personas, lavado de dinero, comercio ilegal de armas, contrabando, narcomenudeo y más. Los negocios ilícitos van de la mano con la corrupción y el uso de la fuerza bruta (miles de negocios extorsionados). Este accionar favorece la apología del delito y la penetración del crimen en las esferas estatales, empresariales y comunitarias. La economía criminal tiene, por un lado, un alto costo psicosocial (genera miedo) y por otro, nexos con la delincuencia organizada transnacional. Este es el lado oscuro de la realidad.
La economía informal no abarca las operaciones vinculadas con el crimen, comprende las actividades que eluden los controles administrativos y fiscales del Estado. El estudio de la OIT https://www.ilo.org/sanjose/wcms_746135/lang--es/index.htm indica que el 74 % de la población rural ocupada tiene un empleo informal, y el 60 % de la urbana. El 98 % de las personas que trabajan por cuenta propia son informales, el 80 % de las personas que trabajan en el sector comercio tienen un empleo informal y el 95 % de las personas que no tienen empleo permanente en el sector comercio porque cuidan hijos/familia son mujeres. Un tercio del empleo informal se ubica en San Salvador.
El citado diagnóstico de la OIT sobre la economía informal en El Salvador, Guatemala y Honduras plantea tres escenarios para los establecimientos existentes en este sector: (1) unidades que se generan y se mantienen en la informalidad debido a las restricciones que enfrentan para acceder a recursos productivos, (2) unidades que sí tienen acceso a recursos productivos, aunque no de manera abundante; sin embargo, no pueden financiar los costos de transacción de las regulaciones legales y administrativas, y (3) unidades que pudiendo financiar el costo de la legalidad, optan por actuar al margen de ella para obtener ventajas sobre sus competidores que respetan la ley.
Reflexión: el referido diagnóstico de la OIT permite formular unas preguntas para El Salvador: (1) ¿qué tipo de asistencia técnica y capacitación se brindan a las unidades formales e informales en los 14 departamentos para propiciar el trabajo decente (empleo digno)?, (2) ¿se coopera de igual manera con las unidades de acumulación que con las de subsistencia, (3) ¿qué programas de apoyo existen para las mypes que están en fase de crecimiento o consolidación?, (4) ¿se aprobará la ley de monotributo?, y (5) ¿qué avances hay en la protección social del trabajador?
Conclusión: la economía informal es un tema de interés nacional. La academia, CONAMYPE, MINEC, MTPS, trabajadores y empleadores deberían sumar esfuerzos para mejorar la recopilación y el análisis de datos. ¿Para qué? Para tener un mejor conocimiento del sector informal, aprovechar los avances tecnológicos y adoptar medidas a favor de la economía familiar y nacional.
¿Qué programas de apoyo existen para las mypes que están en fase de crecimiento o consolidación?