¿ES NECIO O ES TRAVIESO?
POR MÁS DIVERTIDO QUE TE PAREZCA UN COMPORTAMIENTO DE TU HIJO, SI ESTÁ MAL, DEBES CORREGIRLO.
“No se puede celebrar una travesura por nada de la vida, se vuelve un comportamiento aceptado”
Juliana Gallo, educadora
DIRECTORA Y SOCIA DEL JARDÍN INFANTIL HANS ANDERSEN
Las travesuras de los niños pueden resultar muy divertidas para los adultos, nadie niega que los pequeños son ocurrentes e ingeniosos, pero si son un comportamiento equivocado, por más que te hagan reír, debes recordar que tu función como adulto es formar y educar.
Juliana Gallo, educadora, directora y socia del Jardín Infantil Hans Andersen, aconseja que cuando tu hijo tenga un comportamiento que para ti es travieso, pero está mal hecho, nunca debes reírte delante del pequeño y siempre debes decirle que está mal. También debes cuidar que cuando les cuentes a otros adultos la anécdota, porque te pareció simpática, no lo hagas delante del niño porque seguramente todos se reirán y el niño creerá que hizo algo bueno y puede repetirlo. “No se puede celebrar una travesura por nada de la vida, se vuelve un comportamiento aceptado”, afirma la educadora.
Sin embargo, no siempre resulta sencillo entender qué es una travesura o qué es un mal comportamiento como tal. Seguramente muchas cosas que haga tu hijo pueden ser sencillamente juego, como por ejemplo lanzar arena al aire mientras está en la arenera, puede ser algo divertido, pero tu debes evitar que lo haga si hay otros niños presentes porque les puede caer en los ojos o le puede caer incluso a tu propio hijo. Es un juego que puede ser riesgoso, entonces debes explicarle sin regaños y hablando con calma por qué no puede hacer esto.
Una forma fácil para identificar qué debes hacer es entender que ciertas acciones o juegos pueden ser riesgosas para otros o para el mismo niño así sean divertidas, y por ello tu no puedes permitir que se repitan, así que debes explicarle al pequeño los peligros que conllevan y decirle que no puede comportarse de esa manera.
También depende muchas veces de las circunstancias y de las intenciones. A partir de los cuatro años es probable que ya los niños puedan identificar que hacen algo por molestar a otros, como empujar a un niño o quitarle el juguete para incomodarlo o porque que está bravo con él. Este tipo de comportamientos no deben aceptarse y tu co
mo adulto puedes identificar la intención del niño.
También puede ser que el niño esté jugando a esconder el juguete, tal vez esto no tenga nada de malo y el otro niño acepte el juego con lo cual ambos se divertirán.
Pero también existe otra posibilidad, que el niño esconde el juguete por jugar, pero al otro niño le da rabia, no es un juego equitativo, entonces debes explicarle a tu hijo que eso no se debe hacer porque le estás generando a otro un mal momento.
SIEMPRE FIRMES
Juliana Gallo explica que una de las mayores dificultades para los padres durante la crianza es mantenerse firmes en las normas y en la educación, porque a veces el adulto puede estar cansado y reaccionar frente a cierto comportamiento del niño con una actitud de regaño o castigo, pero en otro momento, cuando el padre o la madre estén relajados, puede suceder que el mismo comportamiento no les parezca tan grave e incluso divertido.
Estas contradicciones deben evitarse en la medida de lo posible, porque confunden al niño y porque en últimas él no logra entender qué está bien y qué está mal, luego no estará bien educado ni sabrá entender cuáles son los límites y las normas.