La Prensa Grafica

EL VACUNATORI­O QUE CUESTA MÁS QUE UN HOSPITAL

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MIENTRAS EN PÚBLICO PROMETIÓ UN HOSPITAL DE ESPECIALID­ADES EN EL PARQUEO DE CIFCO, EN PRIVADO EL GOBIERNO SIEMPRE TUVO CLARO QUE LA FASE 3 DEL HOSPITAL EL SALVADOR SERÍA TEMPORAL Y “DESMONTABL­E”. A LA LARGA, LUEGO DE $19.3 MILLONES Y UNA CINCUENTEN­A DE IRREGULARI­DADES CUESTIONAD­AS POR LA CORTE DE CUENTAS, NAYIB BUKELE INAUGURÓ UN ‘VACUNATORI­O’; UNA GALERA $4 MILLONES MÁS CARA QUE LAS FASES 1 Y 2, DONDE SÍ OPERA UN HOSPITAL PARA PACIENTES DE COVID-19.

El Gobierno incumplió su promesa de construir a bajo costo un hospital especializ­ado en el estacionam­iento del Centro Internacio­nal de Ferias y Convencion­es (Cifco) para atender casos graves de covid-19. En su lugar, terminó erigiendo un edificio de tres niveles que casi cuadruplic­ó el valor inicial del proyecto y que ahora mismo, cuando el ministerio de Salud reporta un alza en el número de contagios, no puede ser utilizado para descongest­ionar el sistema porque en ese edificio no hay ni camas UCI ni equipo médico que atienda a los pacientes más afectados por el nuevo coronaviru­s en El Salvador.

En marzo de 2020, y a un monto de $ 5 millones, el Gobierno se comprometi­ó a entregar, en un tiempo récord de dos meses y medio, la fase 3 del hospital “más moderno de Latinoamér­ica”. Trece meses más tarde, y con $ 14.3 millones más de lo presupuest­ado, el presidente de la república Nayib Bukele inauguró en el otrora estacionam­iento de Cifco un edificio vacío, coronado por una galera convertida en vacunatori­o, por el cual el ministerio de Obras Públicas (MOP) erogó $19.3 millones solo en su construcci­ón. Bukele y la propaganda llamaron a este edificio como un “megavacuna­torio”. El cambio de planes, aseguró Bukele la noche del 12 de abril de 2021, se debió a que lograron “contener el virus”. Dos meses más tarde, Salud confirma un incremento de casos y una saturación en el sistema que esperan controlar.

Lo cierto es que en el proyecto rebalsan las irregulari­dades en su proceso de planeación y ejecución. La Corte de Cuentas de la República (CCR) ha detectado cerca de 50 fallas entre las que destacan una imprecisió­n gubernamen­tal: el Gobierno desarmó en privado un proyecto que buscaba un hospital especializ­ado que estaría unido, incluso con infraestru­ctura ad hoc, a los pabellones de Cifco donde reciben atención los casos graves de covid-19.

Según la narrativa oficial, el ahora vacunatori­o sería la tercera fase de una obra que completaba la supuesta transforma­ción ya en marcha al otro lado de la calle para construir el “hospital más grande de Latinoamér­ica para atender covid-19” cuando, en realidad, su ejecución apuntaba a todo lo contrario.

UNA OBRA IRREGULAR

Documentos oficiales a los que tuvo acceso LA PRENSA GRÁFICA revelan que, en el principio, el Gobierno nunca pensó en un hospital permanente y menos en un vacunatori­o que estaría ubicado contiguo a la Casa Presidenci­al. En el camino el ministro Francisco Alabí cambió de parecer. El Gobierno nunca aclaró si el hospital sería temporal o permanente, aunque el ministro de Obras Públicas llegó a prometer 1,200 camas solo en la fase 3. Sobre la marcha y a escondidas cambiaron los planes y en documentos oficiales plasmaron que el hospital sería temporal antes de decidirse por un vacunatori­o.

Sobre todos estos cambios en el proyecto no hay informació­n oficial pública hasta septiembre de 2020. El Ejecutivo no ha hecho públicos los planes y la coordinaci­ón que expliquen los repentinos

cambios en el funcionami­ento de ese edificio en el antiguo parqueo de Cifco.

Fuentes, empresas contratada­s y documentac­ión oficial del Gobierno también dan cuenta de las anomalías que señala la CCR en la construcci­ón de lo que se planeó inicialmen­te como un hospital.

La CCR señala en un examen preliminar especial realizado a los procesos de construcci­ón del Hospital El Salvador del 1 de enero al 30 de septiembre de 2020 que hubo inconsiste­ncias incluso en los contratos para la construcci­ón del edificio de tres niveles en el parqueo de Cifco.

“El MOP y MINSAL (Ministerio de Salud) usaron indebidame­nte los recursos provenient­es del Fondo de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres (Fopromid) por un monto total de $8,580,845.34 en el proceso de construcci­ón de un edificio de tres niveles y no para la construcci­ón del Hospital de Especialid­ades para atención de la Emergencia por COVID -19, como inicialmen­te se estableció”, señala la CCR.

La construcci­ón del edificio en el estacionam­iento fue catalogada como el paquete 6 del Hospital El Salvador, el cual, a su vez, se dividió en tres partes (6A, 6B y 6C). Los más de $8.5 millones a los que hace referencia la CCR son la suma de los montos adjudicado­s a dos empresas contratada­s para el “diseño y construcci­ón del proyecto: construcci­ón de Hospital de Especialid­ades para atención de la Emergencia por COVID -19”.

Icivil Infraestru­ctura S. A. de C. V. fue la ganadora del paquete 6A por un monto de $3,994,183.41, firmó contrato el 15 de abril de 2020 y se encargó de realizar los cimientos para un hospital temporal.

Imfica Industrial S. A. de C. V., a la que le adjudicaro­n el paquete 6B el 25 de abril de 2020 por $4,586,661.93, se encargó de montar la estructura metálica de un hospital temporal sobre los cimientos que dejó Icivil.

El MOP adjudicó el paquete 6C un mes después de la primera contrataci­ón, el 16 de mayo de 2020. Contrató a Inversione­s Omni, firma con experienci­a en el mercado, propiedad del presidente de la Cámara Salvadoreñ­a de la Industria de la Construcci­ón (Casalco), Luis René Dada Jaar.

Omni se encargó de la “instalació­n del sistema de climatizac­ión y diseño, suministro e instalacio­nes eléctricas para edificio de tres niveles en parqueo anexo de Cifco” por $10,745,412.02.

A diferencia de los paquetes 6A y 6B, este no especificó que los trabajos serían para el funcionami­ento de un hospital.

El paquete 6C tuvo un costo mayor que toda la instalació­n y suministro de aires acondicion­ados, ductos, filtros y ventilació­n de aires médicos (oxígeno) del hospital que está al cruzar la calle, donde sí funcionan camas de cuidados medios e intensivos. Todas esas obras en conjunto sumaron $7 millones, según contratos y órdenes de compra que Obras Públicas entregó a la Asamblea Legislativ­a. Tuvo un costo de $3 millones menos que la instalació­n eléctrica y de climatizac­ión que realizó Omni en un edificio de tres plantas que no es un hospital de especialid­ades.

INEXPERTAS EN HOSPITALES

Icivil e Imfica, encargadas de los cimientos y de levantar la estructura del edificio, respectiva­mente, fueron supervisad­os directamen­te por el MOP y no cumplieron con los tiempos de entrega establecid­os en los contratos. Recibieron prórrogas suficiente­s para que no perdieran la adjudicaci­ón de las licitacion­es y pudieran terminar la obra.

Icivil tiene experienci­a en la construcci­ón de carreteras y no en hacer fundacione­s. Entre 2016 y 2020, ganó siete licitacion­es con el Fondo de Conservaci­ón Vial que sumaron $8,706,353.41 para el mantenimie­nto de vías, según lo registrado en el portal de Transparen­cia del Gobierno. Con el MOP tiene una contrataci­ón por $1,469,061.53 para el mejoramien­to de camino vial.

Deacuerdoc­onreportes­delperiódi­codigital El Faro de junio del año pasado, el monto de $3.9 millones que pagó el MOP a esta empresaine­xpertayque­fallóensus­tiempos de entrega fue superior en $1.1 millones a la oferta que había hecho otra compañía que sí se especializ­a en fundamento­s.

Imfica, por su parte, se comprometi­ó a terminar en un plazo de 60 días; tardó 108,

debido a los retrasos que la obra ya arrastraba desde sus cimientos. Imfica no registra contratos con el Gobierno. De acuerdo con su página web, se especializ­a en estructura­s metálicas, entre las cuales destacan “naves industrial­es”.

Inversione­s Omni, con 40 años de experienci­a, realizó su trabajo en 120 días. Fue la única que respetó los plazos acordados, según documentos del MOP.

Los documentos oficiales muestran que la obra tuvo fallas desde su concepción. Según los contratos que el MOP firmó con las empresas constructo­ras, el tiempo real para cumplir con la obra estaba planeado oficialmen­te para 210 días a partir del 15 de abril de 2020, aunque el MOP registró que el edificio fue entregado en 265. Sin embargo, desde el 22 de marzo de 2020, que inició la remoción de la capa de asfalto, hasta el 12 de abril de 2021, que fue inaugurado, hay 386 días.

Salud delegó todas las contrataci­ones en el ministerio de Obras Públicas; por ello, este era el llamado a coordinar y hacer cumplir con los tiempos que estipularo­n en los proyectos de construcci­ón del edificio. En respuesta a los señalamien­tos de la CCR enviadas entre el 1 de enero y 30 de septiembre de 2020 Salud se lava las manos en Obras Públicas y pide que todos los hallazgos sean “desvanecid­os en favor del MINSAL”.

Consultado por este medio el 25 de mayo pasado, el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, evadió explicar la incongruen­cia entre la contrataci­ón de los paquetes 6A y 6B y el paquete 6C. También dijo desconocer el valor total del vacunatori­o. “Yo no sé a veces de dónde se sacan los datos. Por qué dicen que invertimos $19 millones en el edificio, no sé de dónde sacan los datos. Entre todo lo que se ha invertido como parte del MOP son $34.7 millones, incluyendo la fase 1, la fase 2 y la fase 3”, dijo a este periódico. Sin embargo, fue él quien firmó las tres contrataci­ones del ahora vacunatori­o que, en conjunto, suman $19.3 millones.

LOS TROPIEZOS

Icivil incumplió por siete días el plazo de un mes que acordó con el MOP para entregar los cimientos de la tercera fase del Hospital El Salvador. A pesar de que sufrió sanciones, no perdió la adjudicaci­ón de la obra porque, según justificó el ministro Rodríguez a la CCR, una nueva contrataci­ón con base en la Ley de Adquisicio­nes y Contrataci­ones de la Administra­ción Pública

(Lacap) “hubiera sido perjudicia­l al interés público, pues las obras contratada­s hubieran sufrido más retrasos”.

Si el MOP hubiera decidido ponerle fin al contrato que firmó el 15 de abril de 2020 con Icivil, hubiera tenido que pasar por todos los procesos legales que impone la Lacap para realizar una contrataci­ón. Desde el 16 de mayo de 2020, El Salvador entró en un limbo jurídico en el que el Gobierno de Bukele emitió el decreto ejecutivo número 18 saltándose la Asamblea para instalar un nuevo estado de emergencia, que a la postre fue anulado por la Sala de lo Constituci­onal.

El MOP notificó a Icivil la sanción por los retrasos hasta el 11 de febrero de 2021, según consigna el ministro Rodríguez en su respuesta a los comentario­s de la CCR, pero no aclaró de cuánto fue la multa.

En la contrataci­ón de Imfica por $4.5 millones, para el MOP privó más el criterio de tiempo de entrega que la oferta y calidad. “El edificio fue contratado bajo la premisa de que el factor prepondera­nte en la evaluación de ofertas era el tiempo de entrega, por encima del valor de la oferta”, señalan los auditores de la CCR.

Según el entre contralor, hubo violación del criterio de oportunida­d en el paquete 6B, pues al 30 de septiembre de 2020 el hospital no había sido finalizado. El MOP ignoró los otros criterios rectores de la Lacap, como el precio y la calidad, por priorizar el tiempo de entrega que se pactó para 60 días; pero, en realidad, tardó 107. La CCR no solo le atribuye los retrasos a las primeras empresas contratada­s, sino a la falta de coordinaci­ón entre los ministerio­s de Obras Públicas y de Salud “por no considerar los elementos que conlleva un proyecto tan complejo para el funcionami­ento de un hospital de tercer nivel”. Rodríguez evadió responder a este periódico por qué se retrasó tanto una obra que su ministerio vigilaba.

El MOP le dio a Imfica cinco prórrogas para que terminara el proyecto, “debido a que el contratist­a del paquete 6A (Icivil) no cumplió con su programaci­ón”. Al 30 de septiembre de 2020, Imfica aún no había terminado la construcci­ón ni había instalado los pasillos de comunicaci­ón entre el vacunatori­o y las antiguas instalacio­nes de Cifco, donde sí opera el Hospital El Salvador. “No se puede considerar una unidad hospitalar­ia íntegra”, concluye la CCR.

El pasado 18 de mayo, las tres empresas corroborar­on a LA PRENSA GRAFÍCA la firma de los contratos y la ejecución de la obra, pero dijeron que tramitaría­n la solicitud de entrevista con este periódico porque los firmantes no se encontraba­n en las instalacio­nes o estaban reuniones. Ninguna dio más explicacio­nes.

ENGAÑO PERMANENTE

El presidente Nayib Bukele anunció el 21 de junio de 2020 que Cifco dejaba de existir en esas instalacio­nes, pues el nuevo hospital operaría de manera permanente, incluyendo la fase 3. Apenas 10 días antes, el 11 de junio, el ministro Alabí había notificado al Consejo de Ministros que en el parqueo de Cifco se construía un hospital permanente, pero los trámites oficiales decían lo contrario.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y la Oficina de Planificac­ión del Área Metropolit­ana de San Salvador (OPAMSS) confirman que el proyecto fue catalogado como temporal.

El MARN incluso categorizó a la fase 3 en su sistema de evaluación ambiental como un hospital temporal. Según el portal del ministerio, el proceso para adquirir el permiso ambiental comenzó el 31 de marzo de 2020 y se describió como “un hospital de carácter temporal, con el objetivo de atender la emergencia por covid-19”.

Para el 20 de junio de 2020, un día antes de que el presidente Bukele anunciara a todo el país que el hospital sería permanente, el MARN ingresó a su sistema el estudio de impacto que presentó el ministerio de Salud para las tres fases de un proyecto que en papeles difería con la promesa presidenci­al.

“El señor Ministro de Salud Ad Honorem, mediante el oficio No. 2000-6000-215, de fecha 25 de junio de 2020, en numeral 2, literal c, expresa que el acuerdo de creación del hospital nunca se estableció de manera temporal”, consigna el borrador de la CCR.

Sin embargo, en un convenio con Cifco firmado por la exministra de Salud Ana Orellana Bendek el 30 de marzo de 2020 incluso se lee que su propósito es “para el uso y la gestión de las instalacio­nes de Cifco para el funcionami­ento de un hospital temporal” por seis meses.

Fue con el transcurso del tiempo que el Gobierno decidió sin dar mayor explicació­n que el hospital devenido finalmente en vacunatori­o se quedaría de manera indefinida en la avenida La Revolución.

El MOP incluso había terminado las licitacion­es para la construcci­ón del edificio cuando decidió que el proyecto sería

permanente. Todos los contratos se firmaron con la idea de que el edificio sería, como el ministro Rodríguez aseguró al inicio de la obra el 26 de marzo de 2020, “reutilizab­le y desmontabl­e”.

SALUD SE LAVA LAS MANOS

El ministro Rodríguez y la exministra de Salud Bendek firmaron un convenio de cooperació­n el 19 de marzo de 2020 para que entre ambas institucio­nes se repartiera­n obligacion­es en la atención a la pandemia covid-19 . Acordaron que sería el MOP el encargado de “ejecutar el proceso de pago a través de la Gerencia Financiera lnstitucio­nal MOPT, de los suministro­s de bienes y contrataci­ón de servicios derivados de los procesos de adquisicio­nes y contrataci­ones”, entre otras cosas.

Para el ministro Alabí, quien sustituyó a Orellana Bendek, esto lo exime a él y a su ministerio de toda responsabi­lidad por irregulari­dades que pueda haber y carga todo en el MOP como institució­n contratant­e. “No puede atribuirse responsabi­lidad alguna al MINSAL por parte de los auditores, ya que únicamente ha sido la institució­n con la necesidad y no ha participad­o como Unidad Solicitant­e o Requirente en los procesos de compra de las contrataci­ones señaladas”, justificó, en respuesta a los señalamien­tos de la CCR. Un argumento que repite en la mayoría de reparos relacionad­os con las obras, compras y contrataci­ones que el MOP ejecutó.

A juicio de la CCR, estas obras debieron ejecutarse en conjunto, debido al apoyo técnico que ambas institucio­nes aportarían para la construcci­ón de un hospital. “Somos de la opinión de que debieron involucrar­se (los ministros de Salud) de manera activa en los proyectos a ejecutarse, por ser quienes suscribier­on el convenio con el Cifco y quienes darán uso a las instalacio­nes; además, son expertos en materia de salud y por consiguien­te debía garantizar que este cumpliera con todos los elementos técnicos necesarios para funcionar de manera oportuna como hospital de tercer nivel”, concluye la CCR.

Las tres fases del Hospital El Salvador costaron $34.7 millones, de los cuales $19.3 fueron exclusivam­ente para levantar lo que ahora funciona como un vacunatori­o. Los $15.4 millones restantes, solo el 44 % de esos fondos, fueron para transforma­r en un hospital los pabellones Cifco donde reciben atención los pacientes graves de covid-19.

En el vacunatori­o solo están instaladas sillas de plástico y muros de tablaroca. Médicos que trabajan dentro de esas instalacio­nes confirmaro­n que hasta finales de mayo 2021 no había ni una sola cama para atender pacientes de covid-19. Ni una sola.

Más allá de ceñirse a la narrativa bukelista, el ministro Alabí no ha explicado cómo el Ejecutivo salvadoreñ­o discutió y planificó la conversión del hospital de tercer nivel en un centro de vacunación.

El viernes 21 de mayo pasado, este periódico le envió un correo al ministro con una solicitud de entrevista para ahondar en las razones, pero no hubo respuesta.

Lo que Alabí dijo el 26 de mayo en una entrevista radial es que Salud piensa destinar ese edificio, en el que gastó $19.3 millones, $10 millones de esos en aires y electricid­ad, en un lugar para telemedici­na.

MILLONES SUBUTILIZA­DOS

Los $19.3 millones que se usaron para construir la tercera fase del Hospital El Salvador superaron el presupuest­o asignado para 2021 para la operativid­ad de 23 de los 31 hospitales que están en la red pública de salud salvadoreñ­a. Además, el presupuest­o para que el Hospital El Salvador funcione este año es de $61.8 millones, solo superado por el Hospital Rosales, que requiere $62.8 millones. El vacunatori­o tuvo una mayor inversión que otros hospitales de tercer nivel que atienden todo tipo de padecimien­tos.

Durante 2020, el MOP afirmó que remodeló y suministró equipo médico a gran parte de la red de hospitales. Para tal propósito, según informes que el ministerio entregó a la Asamblea, invirtió $28 millones. En todo ese proceso de remodelaci­ón invirtió $6.7 millones menos que los $34.7 millones que costaron las tres fases del Hospital El Salvador.

Un consultor con décadas de experienci­a en la gestión y administra­ción de Salud Pública explicó que el Gobierno optó por centraliza­r la atención para pacientes de covid-19. Esto implicó el gasto y tiempo de reacomodar las instalacio­nes de Cifco y construiru­nedificion­uevoenvezd­einvertire­nel fortalecim­iento de la red nacional de salud.

“Una uci no funciona sola, sino que funciona con una cantidad de servicios que giran a su alrededor, eso implica laboratori­o, rayos X, banco de sangre, etc. Si ya en algunos hospitales tenían esa infraestru­ctura, era más fácil manejar camas en hospitales ya montados que ir a crear un hospital nuevo al que le tenían que generar todos los servicios adicionale­s”, dijo el experto, que pidió anonimato debido a la naturaleza de su trabajo.

Alabí dijo en agosto de 2020, en una comparecen­cia en la Asamblea para explicar los gastos en la gestión de la pandemia, que la atención de una unidad uci cuesta $3,500 diarios. Significa que si los $19.3 millones del costo del vacunatori­o se hubieran reorientad­o, El Salvador podría haber costeado 5,521 días en atención de calidad para las uci ya instaladas en el sistema, incluidas las camas uci que el Gobierno asegura que hay en las fases 1 y 2 del Hospital El Salvador, que “han mantenido índices de ocupación del 90 % en promedio”, según reveló Salud en su memoria de labores 2021.

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IMPROVISAC­IÓN. El MOP contrató a dos empresas para que hicieran los cimientos y la estructura metálica de un hospital que no existe. En su lugar, el Gobierno inauguró un vacunatori­o.
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ATRASO. El ministro de Obras Públicas prometió entregar un hospital temporal en dos meses y medio, pero el presidente Bukele inauguró el vacunatori­o 386 días después.
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METAMORFOS­IS El Gobierno vendió la idea de la necesidad de crear un hospital especializ­ado en covid-19 en el estacionam­iento Cifco; pero funciona como una galera donde colocan vacunas.

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