MIGUEL ÁNGEL SIMÁN
En la misma ceremonia en que Nena de Alfaro era distinguida como “Miembro Honoraria 2021” de FUSADES y Claudia Umaña Araujo asumía las riendas de la entidad como su primera presidenta en la historia, el líder saliente de nuestro más importante “think tank”, Miguel Ángel Simán, motivaba a la audiencia con unas palabras que merecen profunda y serena reflexión por parte de todos los que amamos a El Salvador.
El evento de FUSADES se daba en una coyuntura compleja: a pocos días de cumplirse un mes desde el golpe institucional perpetrado por la “Asamblea Cian” al país y a casi dos años de funciones de un gobierno que ha venido desmantelando, sin pausa y sin pudor, nuestro sistema democrático. Ni Nena ni Claudia, ambas muy conocidas por su carácter y valentía, ocultaron a los asistentes el dramatismo del momento histórico que vivimos.
“El futuro que tiene El Salvador es muy incierto”, dijo sin ambages Claudia. “Nuestra patria está en grave peligro”, expresó Nena con su acostumbrada firmeza. Miguel Ángel, que dejaba la presidencia de la Fundación tras seis años de trabajo tesonero, ofreció la clave del reto que tenemos los defensores de la libertad: “No podemos dejar de decir la verdad, aunque muchas veces incomode. No lo hacemos porque nos hace sentir importantes, o porque tengamos ambiciones políticas, o porque nos interese ser oposición: lo hacemos porque es lo correcto y debemos actuar con integridad”.
La integridad, ciertamente, implica coraje y determinación. No es íntegro solo quien está convencido de la validez de unos principios, sino el que está dispuesto a luchar por ellos en todo tiempo, aunque los elementos hostiles arrecien con furor e intensidad. “Los mayores enemigos de la democracia son la apatía y el miedo”, expuso Miguel
Ángel, “esa apatía que abre las puertas al mal, y ese miedo que solo trae tristeza y esclavitud”.
“Muchos historiadores y politólogos”, continuó,
“han tratado de explicar el porqué algunas personas actúan contra sus propios principios en circunstancias adversas, y cómo lo justifican. Y generalmente han identificado un proceso gradual de relativización de los principios, acompañado con la necesidad de estar cerca del poder, o el deseo de salvar un activo cultural o económico, o la necesidad de acomodarse para pretender un sentimiento de paz interior... Pero al final todas son justificaciones vagas e insostenibles en el tiempo. Porque los humanos sí tenemos la capacidad de discernir y decidir cómo responder ante las circunstancias y encrucijadas de la vida”.
Citando a Saint-exupéry, el presidente saliente de FUSADES se dirigió a cada uno de nosotros: “Si quieres construir un barco, no apresures a la gente para recolectar madera y asignar tareas o trabajos, sino enséñales a anhelar la infinita inmensidad del mar”. Y aunque hacer esto comporte sacrificios y peligros, “habrá que recordar que la historia eventualmente nos confrontará por las decisiones que tomemos, y por lo que hicimos o no en momentos en inflexión”.
Agradecer a Miguel Ángel Simán por tan inspiradoras palabras sería poco. Su admirable trayectoria de 14 años en FUSADES demuestra que la coherencia entre discurso y acción ha marcado su vida de manera indeleble, y que de esa coherencia nos hemos beneficiado todos los salvadoreños comprometidos con la libertad, el bien, la dignidad humana y la verdad. Dios te bendiga siempre, Miguel Ángel.
“Los mayores enemigos de la democracia son la apatía y el miedo... esa apatía que abre las puertas al mal, y ese miedo que solo trae tristeza y esclavitud”.