Alerta Raquel: un esfuerzo por todas las desaparecidas
La Asociación de Mujeres Ixchel creó una alerta en redes sociales y un sitio web que permite agilizar y visibilizar la búsqueda de mujeres.
Raquel, una joven de ojos cafés, piel trigueña y cabello corto rizado, buscaba una oferta de empleo a sus 24 años. Con la esperanza de encontrarla salió a dejar su hoja de vida a un centro comercial el miércoles 27 de 2019, el que ahora su familia recuerda como el día que la vio por última vez. El último lugar donde fue vista es un arco que identifica a la colonia Santísima Trinidad, en Ayutuxtepeque.
Raquel nunca volvió a casa y su madre comenzó a contar uno a uno los días, sin encontrarla. Al pasar un año, como conmemoración al aniversario de su desaparición, nació Alerta Raquel, una iniciativa que tiene por objetivo brindar a las víctimas de la desaparición el apoyo que el Estado no dio a Raquel y su familia.
“La iniciativa surge como apoyo a la familia de Raquel, para visibilizar la desaparición de mujeres, sobre todo mujeres jóvenes que la sociedad dice que hay razones de género detrás de esas desapariciones, porque están asociadas con el cuerpo y la sexualidad de las mujeres, la violencia sexual, en algunos casos desde sus parejas”, expresó Krissia Aquino, representante de Alerta Raquel.
Meses antes de su desaparición, Raquel se había organizado y recibido procesos de formación feminista para mujeres jóvenes. Así es como se crea el vínculo de su búsqueda. Estas mujeres tienen un objetivo claro: visibilizar cada nombre y rostro como una forma de reivindicar que no se tienen que olvidar con el tiempo, que las víctimas siguen presentes mientras no sean encontradas y que las familias, sobre todo las madres, pasan los años posteriores buscándolas.
El registro personalizado de Alerta Raquel comenzó a conformarse en octubre de 2020 con la foto, nombre y datos personales de cada una de las desaparecidas a las que les dan seguimiento a través de un monitoreo constante con los familiares. A la fecha se han publicado 72 alertas.
Krissia Aquino detalla que uno de los mayores retos ha sido crear esta base de datos: “Lo más difícil es conformar la información de las víctimas, el seguimiento de los casos, porque la mayoría de los familiares tienen temor a denunciar y luego de la denuncia es complicado brindarles seguimiento porque viene la estigmatización que siempre es hacia las mujeres”.
La desaparición de una mujer, en su mayoría, es el eslabón final de una cadena de violencia de género que antes probablemente estuvo expresada en diferentes ciclos de violencia, sostiene Aquino.
Según el registro, de los 72 avisos publicados hasta hoy 48 pertenecen a niñas entre los 12 y 18 años. En su mayoría, son de familias que están representadas por condiciones socioeconómicas muy precarias, alojadas en colonias complicadas, con dominio territorial del crimen organizado y de las pandillas. Allí, las jóvenes se convierten en víctimas del abandono estatal de estas comunidades.
Esa ausencia de las instituciones del Estado fue lo que hizo que la Asociación de Mujeres Ixchel decidiera sacar a la luz las desapariciones a través de un enfoque feminista que les permita ayudar a construir una ruta de atención a los familiares de víctimas. “Queremos que conozcan sus derechos, que el fenómeno sea atendido y que se escuchen a las personas que sufren”, concluyó Aquino.