Vencer el miedo y fomentar las habilidades sociales
La socialización se debe fortalecer en los niños, ya que es algo que se aprende.
Para Silvia Álava, resulta fundamental dotar a los niños de estrategias y herramientas para que puedan enfrentarse a situaciones de la vida cotidiana, porque en caso contrario “no se sienten capaces de aprender igual que los demás, o creen que necesitan siempre a sus padres para que les resuelvan las situaciones del día a día”. “Herramientas entre las que no se puede obviar una gestión adecuada del miedo”, prosigue, “ya que esta emoción es parte de su desarrollo evolutivo”. Según mantiene Álava, las actividades del libro tienen como objetivo que los padres y madres comprendan cómo sus hijos pueden manifestar esta emoción, y que los puedan acompañar de forma adecuada a través del juego.
Pero ¿qué pueden hacer los adultos al respecto? “Primero, recordar que cada niño o niña puede manifestar más un miedo que otro, o ser más sensible, y eso no nos tiene en principio que preocupar”, cuenta Gema Valenzuela, especialista en conducta infantil, trauma y apego. “En estas situaciones es importante estar calmados (…) y ofrecerles seguridad para que vayan interiorizando la creencia de que el mundo es un lugar seguro. Y el juego mejora la percepción que tienen de nosotros como figura de seguridad”, incide.
Si hay un aspecto de nuestras vidas que se ha visto mermado a causa del covid es el contacto que tenemos con los demás. “Y precisamente por eso cobra especial relevancia el que, como padres, se trabaje este aspecto con los niños, porque, al final, no son habilidades innatas, y si no las trabajamos con ellos, no las van a aprender de una manera adecuada”, explica la psicóloga, Sara Ríos.
“Aunque de cero a tres años los niños no son socialmente activos, es bueno que le vayamos acostumbrando a que estén con gente. De tres a seis empiezan a tener sus primeras relaciones sociales, y se puede enseñar a saludar y presentarse a los demás”, detalla Ríos.
“De seis a nueve, sus relaciones son algo más intensas y van apareciendo conflictos y, según nos acercamos a los 12, las relaciones sociales ya son algo vital, y por eso es bueno que las consolidemos y que las trabajemos con ellos”, termina.