NADA QUE CELEBRAR
El pasado 30 de junio, en El Salvador, celebramos el día del abogado, del profesional del Derecho, del estudiante de Derecho. Y algunas asociaciones de abogados y jueces festejaron tan importante y noble papel del abogado en la sociedad.
Personalmente creo que no hay nada que celebrar. Especialmente desde los jueces.
No podemos celebrar:
1. Que se haya removido de manera inconstitucional a los magistrados de la Salacn., únicamente por estar en desacuerdo con sus fallos, cuando favorecieron los derechos de los privados ilegalmente de libertad, los varados a quienes se negaba el ingreso al país indefinidamente, y por declarar inconstitucional las privaciones de derechos de las personas, por decreto ejecutivo, cuando debe ser por ley del legislador.
2. Que no se cumpla con el mandamiento judicial 1-2021, de 1 de mayo de 2021, que declaró inconstitucional la remoción de los magistrados por la legislatura.
3. Que se haya electo a magistrados, en violación al art. 186 inciso 3 de la Constitución, fuera de la lista de candidatos elegibles del CNJ.
4. Que respetables colegas abogados se desaguisado.
5. Que se haya tomado por la fuerza el despachos de los magistrados de la Salacn.
6. Que se haya perseguido, hostigado y coaccionado a los magistrados, para hacerlos renunciar.
7. Que el resto de magistrados de la CSJ se hayan instalado a constituir Corte Plena, con los magistrados golpistas y usurpadores.
8. Que jueces y abogados avalen y se adhieran (por temor, conveniencia, oportunismo o simpatía) a este comportamiento inconstitucional.
9. Que candidatos a magistrados y colegas abogados estén de acuerdo con reformar las cláusulas pétreas de la Constitución, especialmente, la prohibición de la reelección presidencial.
10. Que esta situación de facto continúe teniendo eficacia, en clara y flagrante violación a la Constitución de la República.
¿Qué vamos a celebrar? ¿Que no somos capaces de cumplir y hacer cumplir las reglas que rigen nuestra sociedad? ¿Que resulta más fácil, cómodo y conveniente, hacernos del lado del poder, y ser no solo consentidores, sino partícipes, cómplices y coautores, de esta violación a la
Constitución?
Si no se respeta nuestra Carta Magna, ni la estabilidad de los magistrados constitucionales, ¿cómo vamos a exigir a la ciudadanía, que cumpla con las reglas de tránsito, sus obligaciones paterno filiales, sus obligaciones derivadas de las relaciones de vecindad, y otro tipo de normas prohibitivas o imperativas, si ni siquiera el gremio de abogados respeta o se pronuncia para hacer respetar nuestra más fundamental norma de comportamiento?
Parecería ser que Carl Schmitt, el jurista que justificó la toma del poder por el Führer, tuviese razón. Pero sabemos que fue a Hans Kelsen a quien la historia le dio la razón, luego del terrible holocausto.
El Estado de Derecho, según don Elías Díaz, iusfilósofo salmantino, es el Poder sometido al Derecho. Y no al revés.
Bien dijeron los franceses en su histórica “Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano” (26 de agosto de 1789), que una sociedad que no garantice los derechos de las personas, ni la separación de poderes, no tiene Constitución.
Colegas juristas, los exhorto a que no se dejen seducir por las mieles del poder, no se presten a actuaciones ilegales e incorrectas. Ya es tiempo de que recuperemos la conciencia, como dijo San Romero de América, para no pasar a la historia como los juristas del terror. hayan
Palacio prestado a participar en
Judicial y se hayan violentado ese los
¿Que resulta más fácil, cómodo y conveniente, hacernos del lado del poder...?