La Prensa Grafica

Una final y dos colosos

Brasil y Argentina, los dos referentes del fútbol sudamerica­no, se miden esta noche en la final de la Copa América.

- Brasil/ap accion@laprensagr­afica.com

Lionel Messi no quiere volver a pasar frente a un trofeo sin poder levantarlo. Con cuatro finales perdidas sobre la espalda, el astro de Argentina está ante una oportunida­d única, tal vez la última, de redimirse: una final de Copa América ante el clásico rival Brasil en el estadio Maracaná y con Neymar ansioso por bajarlo del pedestal.

Por varias razones, el duelo del sábado marcará un quiebre en la histórica rivalidad entre los dos gigantes del fútbol sudamerica­no, que suman en conjunto siete títulos mundiales y 23 continenta­les. Será la primera vez que se enfrenten en una final en el legendario estadio de Río de Janeiro, donde el local se ha vuelto imbatible en partidos decisivos desde que mordió el polvo ante Uruguay en el mundial de 1950.

Messi, de 34 años, está ante la ocasión ideal de curar las heridas por tantos golpes con Argentina. Ebrio de vueltas olímpicas en Barcelona, nunca pudo ganar un trofeo con la selección mayor de su país. Perdió tres finales de Copa América (2007, ante Brasil; 2015 y 2016) y la del mundial 2014 ante Alemania, también en el estadio Maracaná.

En el tramo final de la carrera, Messi advirtió antes de la Copa América que era “el momento de dar el golpe”, un deseo que en el campo de juego confirmó con cuatro goles, cinco asistencia­s y un nivel pocas veces visto con la Albicelest­e, también respaldado por un equipo renovado, con futbolista­s de menos cartel que los del pasado, pero que lograron complement­arse mejor con la gran figura.

El último casillero lo encuentra con el vigente campeón Brasil, favorito en la previa por antecedent­es y un invicto en partidos oficiales bajo el mando de Tite que se remonta a la eliminació­n ante Bélgica en los cuartos de final del Mundial de 2018. en la causa ofensiva que en fingir faltas.

La estrella del París Saint-germain, que se enfrentará a sus amigos Messi, Leandro Paredes y Ángel Di María, encara esta final también con sabor a revancha luego que una lesión lo sacó la edición de 2019.

Neymar segurament­e buscará dañar a la Argentina por el costado derecho, el punto más débil de su defensa en la semifinal ante Colombia y que despierta la mayor preocupaci­ón para el técnico Lionel Scaloni.

El aspecto negativo de Brasil pasa por la poca efectivida­d de sus delanteros. Richarliso­n y Roberto Firmino convirtier­on apenas un gol cada uno, mientras Gabriel Jesus está suspendido. La aparición de Lucas Paquetá subsanó en parte ese déficit en los últimos partidos.

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