Italia ganó en penaltis la final de la Euro:
Vino de atrás para igualar, forzar la prórroga, imponerse en los penaltis y llevarse la Euro.
Llevábamos diciendo desde mayo que notábamos un ambiente particular, había algo mágico en el vestuario”.
GIORGIO CHIELLINI, JUGADOR DE ITALIA
Los penaltis, el mayor enemigo de la historia reciente de la selección inglesa, castigaron a una rácana Inglaterra y alzaron el vuelo de Italia, que gana la segunda Eurocopa de su historia y se encumbra ante la afición de Wembley al empatar 1-1 en 120 minutos y 3-2 en la tanda de penaltis.
La racanería inglesa, desatada desde el gol de Luke Shaw en el minuto dos, fue castigada por los dioses del fútbol en los penaltis, después de que Leonardo Bonucci empatara y mandara el encuentro a la prórroga. En los lanzamientos, Gianluigi Donnaruma se vistió de héroe, paró dos penaltis y entonó el himno italiano en el templo inglés.
La primera Eurocopa para Italia desde 1968, la que le niega la gloria a Inglaterra 55 años después de su último título internacional, en una final que empezó prometiendo locura y acabó por todo lo alto.
No había otra manera de acabar la Eurocopa más loca de todas que con el gol más rápido de la historia de las finales. Menos de dos minutos tardó Inglaterra en enrabietar a su hinchada, loca por pegar saltos, quitarse la camiseta y celebrar algo 55 años después con el gol de Shaw.
Este chispazo de Inglaterra fue seguido de un fútbol eléctrico de las dos selecciones, con el centro del campo italiano apagado y el fluir de las transiciones rápidas, sobre todo a través de los extremos ingleses.
Italia se obcecaba en ataques
intrascendentes y tuvo que recurrir a su esencia, al balón parado, para igualar la final. Córner peinado en el primer palo. Verratti se lanzó en plancha y conectó un cabezazo que sacó Pickford, rebotando la pelota en el palo y quedando a placer de Bonucci, que solo tuvo que empujarla para obligar el tiempo extra, que no varió el tablero.
En los penaltis, empezó anotando Berardi. Replicó Kane y erró Belotti. No falló Maguire. 2-1. Bonucci asumió el mando y no decepcionó, a diferencia de un Marcus Rashford que entró para los penaltis y tiró el suyo al palo. Bernasdeschi lo dejó para la gloria italiana, cuando Sancho se encontró con la primera gran estirada de Donnaruma. Pero Jorginho falló. Una alegría efímera, porque Donnaruma frenó a Saka y mandó la copa a Roma.
“No fue fácil, sobre todo para mí, que me lesioné al principio de la Eurocopa, pero en este grupo todos son titulares”.
ALESSANDRO FLORENZI,
JUGADOR DE ITALIA
“Los penaltis son la peor sensación del mundo cuando pierdes. No ha sido nuestra noche.”
HARRY KANE,
JUGADOR DE INGLATERRA