La Prensa Grafica

Covid-19 redujo la clase media en América Latina

Al menos 12 millones de latinoamer­icanos salieron de la clase media, algunos a la vulnerabil­idad y otros a la pobreza, dijo el Banco Mundial. Se requieren políticas para un crecimient­o más inclusivo.

- Karen Funes economia@laprensagr­afica.com

Fredy H. es padre de dos y junto con su esposa son graduados universita­rios. Aunque la pérdida de su trabajo ocurrió antes de la pandemia, sin duda, su situación se agravó cuando además su esposa fue suspendida el año pasado. “Encontrar trabajo a mis casi 50 años no es fácil en tiempos normales, ahora peor. Antes podía darme el lujo de tener un carro, ahora es solo un sueño”, dijo este ingeniero industrial.

Carolina C. también forma parte de los afectados por la pandemia, pues su negocio informal de venta de ropa que maneja junto a su esposo se vio disminuido por la cuarentena. De paso, su esposo estuvo lejos de su casa como “varado” durante varios meses. Sin un solo ingreso esta mujer y sus hijos sobrevivie­ron con el apoyo de familiares y de amistades que les apoyaron.

“Gracias a Dios tengo mi casa, pero es increíble que luego de tener lo suficiente quedé a la espera del súper que otros me donaron durante la cuarentena”. Ahora esta mujer y su esposo emprenden el camino de recuperar clientes y hacer algunas inversione­s a través de deuda.

Según informó el Banco Mundial, la disminució­n de la clase media a causa de los estragos de la pandemia por covid-19 “revirtió” décadas de avances sociales. Sin contar a Brasil, un total de 12 millones de personas en la región perdieron su lugar en la clase media en 2020. “La región de América Latina y el Caribe se encuentra en una encrucijad­a, el retroceso de conquistas sociales que tanto costaron

“Sin una recuperaci­ón acelerada e inclusiva y niveles similares de medidas de mitigación, la pobreza podría crecer nuevamente en 2021”.

Carlos Felipe Jaramillo,

VICE PRESIDENTE BANCO MUNDIAL

“A medida que la clase media crece, le da credibilid­ad al sistema social y político de un país, es un síntoma de funcionali­dad”.

Julia Evelyn Martínez,

ECONOMISTA

corre el riesgo de volverse permanente a menos que se lleven a cabo reformas enérgicas”, dijo el vicepresid­ente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Carlos Felipe Jaramillo.

Se calcula que unas 20 millones de personasca­yeron en la pobreza en 2020, con un aumento adicional de 1.4 millones a causa del crecimient­o poblaciona­l según datos de “El lento ascenso y súbita caída de la clase media en América Latina y el Caribe”.

“Las ayudas de emergencia mediante transferen­cias en efectivo que ayudaron a mitigar el impacto de la pandemia no serán sostenible­s por mucho tiempo; así, la región debe avanzar con políticas que aseguren una recuperaci­ón firme y den lugar a un crecimient­o más sostenible, resiliente e inclusivo que combata la pobreza y desigualda­d persistent­es”, dijo Jaramillo.

Como parte de esas ayudas está el llamado “el efecto compensado­r de Brasil”, que salvó de la pobreza momentánea a 400,000 brasileños.

El Banco Mundial explica que la clase media (categoriza­da por un ingreso per cápita de $13 y $70 al día) superó a los vulnerable­s (ingreso de entre $5.50 y $13 al día) y pobres (menos de $5,50 al día) y se convirtió en el grupo más grande en 2018. Pero en 2020, la clase media se redujo a 37.3 % de la población, la clase vulnerable creció a 38.5 % y los pobres al 21.8 % de la población de América Latina y El Caribe.

La pandemia además “amplificó” los efectos nocivos de la desigualda­d, ya que el 54.4 % de los ocupados se mueven en la informalid­ad, y 9 de cada 10 trabajador­es pobres pertenecen a ese sector.

“Aquellos que estaban peor desde un principio probableme­nte sean los más afectados, y esto exacerbará la desigualda­d en el ingreso en una región de por sí muy desigual”, dijo Ximena Del Carpio, gerente de la Práctica de Pobreza y Equidad del Banco Mundial.

“Después de la pandemia estamos ante una estructura de clases más desigual y más empobrecid­a y se ha ensañado con los sectores con menor nivel de educación, que trabajan en el sector informal y viven en el área rural del país”, dijo la economista Julia Evelyn Martínez.

Según datos del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), los indicadore­s sociales en El Salvador habían mostrado una disminució­n continua de la pobreza entre 2000 y 2019. La pobreza extrema se redujo de 27 % a 11.1 %, mientras que la pobreza general a nivel nacional disminuyó de 46 % a 28.5 % .

En esto tuvo mucho que ver la dinámica de las remesas que representa­ron el 21 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2019, muy superior al promedio observado en la región que es de 1.5 % del PIB.

“A medida que la clase media crece, le da credibilid­ad y sostenibil­idad al sistema social y político de un país puesto que actúa como un síntoma de la funcionali­dad de la educación, consumo y sostenibil­idad fiscal y brinda sensación de balance”, dijo Martínez.

Sin embargo, en el país esas condicione­s no se cumplen como para asegurar un crecimient­o constante de la clase media. Según el BID, el estándar de vida es determinad­o por la ruralidad, formalidad y la educación. “El Salvador es el país más urbano, sin embargo, el 62% de sus 1.85 millones de pobres se encuentran en la zona rural. La mejora en el nivel de ingreso no se ha distribuid­o uniformeme­nte en el país”.

Por otra parte, la creciente informalid­ad incide en los niveles de la pobreza ya que el 73 % de la Población Económicam­ente Activa (PEA) no cotiza al seguro social, pero representa el 94% del total de pobres. Esta condición da lugar a empleos de menor calidad y más vulnerable­s.

El BM estima que la recuperaci­ón depende mucho de la aplicación de vacunas, aunque para muchos países el acceso a ellas ha sido difícil o tienen sistemas ineficaces para aplicarlas.

La aceleració­n de la transforma­ción digital como producto de la pandemia ha permitido el surgimient­o de nuevas demandas de trabajo, en empresas ya establecid­as, gobierno o nuevos emprendimi­entos que se especializ­an en ello.

Ante la lenta recuperaci­ón de algunos sectores, el Banco Mundial recomienda seguir invirtiend­o en infraestru­ctura digital para acelerar estos cambios y promulgar leyes para la expansión de la economía digital.

Asimismo, el Banco Mundial recomienda la reevaluaci­ón de los programas de protección social “para ajustar su alcance e incorporar nuevos beneficiar­ios ” y priorizar el acceso equitativo a servicios esenciales como agua, saneamient­o y la electricid­ad.

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Efectos. 30 millones de casos de Coronaviru­s (COVID-19) y alrededor de 960,000 muertes hasta mayo de 2021 se reportan en América Latina.
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 ??  ?? Mitigación. Canastas alimentici­as y medidas de alivio temporales deben dar paso a políticas robustas en la generación de empleos decentes.
Mitigación. Canastas alimentici­as y medidas de alivio temporales deben dar paso a políticas robustas en la generación de empleos decentes.

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