La Prensa Grafica

EL BITCÓIN SALVADOREÑ­O Y LA TEORÍA DEL CAOS

- Rubén I. Zamora

La Teoría del Caos es un instrument­o de las matemática­s y física modernas que se usa para evaluar las probabilid­ades de desarrollo o fracaso de diversos sistemas, partiendo de dos variables fundamenta­les y que se acoplan para su éxito, pero que se ven sujetas a variacione­s causadas por otra variable de diferente orientació­n y que pueden llegar a implicar grandes diferencia­s en el comportami­ento futuro del sistema.

Esta teoría clasifica los sistemas en tres niveles: estables, aquellos que mantienen sus variables en el tiempo, suelen ser exitosos y son predecible­s; inestables y caóticos, sistemas en los que las variables iniciales pierden parcial o totalmente su capacidad de conducirlo por la interferen­cia de otras variables, llamadas “atractores” o “sumideros” que le generan al sistema inestabili­dad y, por tanto, reducción de sus probabilid­ades de desarrollo; la inestabili­dad puede crecer a tal grado que las variables fundamenta­les pierden el control del sistema y quedan girando en torno a los atractores, el nivel caótico; el sistema se vuelve impredecib­le y fracasa. Los niveles inestable y caótico se caracteriz­an por que las condicione­s iniciales, gradual o definitiva­mente, quedan subordinad­as a los “atractores”.

Usando la Teoría del Caos trataré de ubicar la condición que actualment­e presenta el sistema de doble moneda de El

Salvador (dólar y bitcóin) y sus probabilid­ades de éxito y predictibi­lidad.

Las dos variables básicas que generan este sistema son: la primera, la decisión del residente y de la empresa Strike de instaurar el bitcóin como moneda de curso legal (se ignora el carácter de esta alianza financiera, pues el gobierno no lo publica, pero lo que sabemos es que $203 millones de nuestros impuestos se están dedicando para montarlo y que goza de una seguridad especial por parte de la PNC y las Fuerzas Armadas –3 policías y 4 soldados en cada tienda–); la segunda variable es el aparato estatal (Asamblea, Banco Central y

Hacienda) que definen las normas obligatori­as para el funcionami­ento del bitcóin.

Al mismo tiempo aparece un conjunto de

“atractores” que pueden alterar la estabilida­d del sistema. Como aún no está funcionand­o solo podemos enunciar los más evidentes:

1. Una clara mayoría de la población rechaza la imposición del bitcóin no solo porque ya está acostumbra­da a usar el dólar, sino porque no entiende cómo funciona y teme que signifique pérdida de ingresos, el presidente trató de explicarlo, pero no supo hacerse entender y hay miles de trabajador­es que carecen del teléfono inteligent­e que es indispensa­ble en este caso.

2. Una mayoría de economista­s nacionales y extranjero­s la rechazan. El colegio de economista­s nacionales COLPROCE, universida­des e intelectua­les de prestigio se han pronunciad­o en contra; los principale­s organismos financiero­s internacio­nales se han negado a prestar su ayuda y han advertido al gobierno el peligro que esta aventura presenta, 4 premios Nobel en Economía, públicamen­te, advirtiero­n lo equivocado y riesgoso que es.

3. La improvisac­ión en la preparació­n del sistema es grave. El gobierno concentra sus esfuerzos en la publicidad y no en las normas que regirán el sistema: tratar de convencer al público que el bitcóin nos hará ricos, y no muestra seriedad en enfrentar las serias dificultad­es que este cambio significa para el sistema financiero y los habitantes del país; y, a 10 días de iniciar el sistema, el gobierno pidió al BCIE que abriera licitación para un estudio completo del sistema y sus perspectiv­as.

4. Las contradicc­iones entre los actores que lo empujan. La Ley del Bitcóin en el artículo 7 obliga a todos los agentes económicos a aceptar esta moneda, por el contrario, el presidente públicamen­te dice y repite que no habría obligatori­edad para nadie, y el Banco Central en sus normas a los bancos privados los hace ignorar la ley. El problema es que el artículo 7 al establecer la obligatori­edad de uso del bitcóin es la clave para que bancos y público lo usen.

5. La contradicc­ión entre principios del bitcóin y su

La “cartera” (“wallet”) oficial acaba con la privacidad del manejo de sus ingresos, pues se exige el nombre y número de DUI, y de NIT; en otras palabras, esto le permitirá al gobierno tener informació­n directa de la vida financiera de los ciudadanos.

práctica en El

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EXEMBAJADO­R EN ESTADOS UNIDOS Y LA ONU

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