EL VALOR DE SER Y PENSAR DIFERENTE
La mayor riqueza que tiene cualquier sociedad es su gente, su historia, su cultura, su idiosincrasia. Su valor es muy superior a los recursos naturales con los que la creación las ha dotado. Todas las organizaciones lo reconocen con razón como el factor que hace posible crecer, cambiar y generar riqueza, progreso y desarrollo.
Cada persona es un mundo, dice la sabiduría popular, y es porque cada una tiene rasgos, caracteres y talentos que la diferencian y la distinguen. Cada persona tiene el valor de ser y pensar diferente. Es la cualidad que reconocen, valoran y aprovechan los buenos líderes en países y todo tipo de organizaciones que procuran derribar todo tipo de barreras artificiales que separan y dividen al hombre. Es también la razón que motiva, anima e impulsa los esfuerzos realizados por todas las instituciones multilaterales dedicadas alrededor del mundo a la promoción y superación de las desigualdades sociales.
Dichosamente a lo largo de la historia hemos visto las grandes luchas sociales que la humanidad ha protagonizado para hacer valer y reconocer el valor que les corresponde desempeñar a las personas en toda la sociedad sin hacer distinción de ninguna clase. Así es como hemos visto la abolición de la esclavitud, el final de la discriminación de las personas de color, el reconocimiento del papel de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad y, más recientemente, la liberación de los pueblos sometidos a la opresión de regímenes totalitarios y autoritarios en la mayor parte del mundo, y la promoción y defensa universal de los derechos humanos. Fue fruto de estas luchas llegar a entender y reconocer en todo el mundo que el régimen democrático era el mejor sistema para que todas las personas, sin distinción de ninguna clase, participaran y llegaran a estar representadas en los órganos del Estado encargados de la atención de sus problemas y necesidades.
La esencia del sistema democrático es que la ciudadanía participe activamente y los funcionarios reconozcan y el respeten las diferencias de las personas porque esa es la principal riqueza de una sociedad. El papel del líder es reconocer, valorar y aprovechar esas diferencias para fomentar el debate para considerar diferentes puntos de vista que ayuden a determinar la mejor forma de solucionar y atender los problemas con los recursos que toda la ciudadanía les entrega con sus impuestos, contribuciones y obligaciones que se tiene que llegar a pagar. Todo lo que realiza un Gobierno lo hace con recursos que le entregan todos los ciudadanos. Por eso es que los funcionarios tienen la obligación de informar a la población sobre el uso de los recursos; por eso la necesidad de tener instituciones sólidas de control en todo el aparato del Estado para verificar que los funcionarios están diciendo la verdad; y por eso también la necesidad que una sociedad tiene de contar con medios de comunicación sólidos e independientes para recibir información sobre la actuación de los servidores públicos y cómo usan sus recursos.
La semana pasada comentábamos el papel que deben desempeñar los sistemas educativos para superar muchas de las deficiencias que nos tienen atrasados. También la educación debe desempeñar un papel fundamental para que todos los ciudadanos aprendamos a convivir y orientar las conductas para saber escuchar, dialogar, valorar las diferencias y entender que en cualquier ámbito el ser humano encuentra más factores que lo unen a que lo dividen. Los sistemas educativos también tienen que evolucionar y transformarse para dotar a los ciudadanos de mejores capacidades para afrontar los diferentes desafíos que se tiene que enfrentar para superarse, entender y saber desempeñar el papel que le corresponde en una sociedad. Vivimos una época en que todos los ciudadanos recibimos y conocemos todos los días una cantidad de información que nunca tuvimos anteriormente. Son circunstancias que imponen una carga de responsabilidad superior a los sistemas educativos y todos los liderazgos sociales.
Todo lo que realiza un Gobierno lo hace con recursos que le entregan todos los ciudadanos.