YA NO ES CHIVO VIVIR EN EL SALVADOR
En redes están feriando camisetas como la de la foto de esta nota, pan caliente para la marcha de mañana en contra del abuso cyan de poder.
Antes que analicemos qué hay detrás de tan triste titular empecemos por contarles, a los que no son guanacos, que chivo (en este contexto) no es un animal de 4 patas.
Para los salvadoreños, “¡qué chivo!” significa qué bueno, qué bonito, agradable, divertido; algo bien hecho también. Está en boca de pobres y ricos, jóvenes y viejos, bellos y feos, cheles y prietos, hembras y machos, altos y bajos, “todo es igual en San Miguel en carnaaaaval” feliz como una lombriz la lorita Pepita. Chivo es algo así como “bacán” en trompa colombiana, “chévere” en venezolana y “pura vida” en Tiquicia.
Resulta que nuestra máxima expresión fue secuestrada por el gobierno para bautizar su experimento de billetera digital (cuete que salió soplado) con zanahoria de bienvenida de $30 en bitcóin.
Otra palabra muy nuestra, que se degeneró como “chivo”, es “mara”. Para los salvadoreños, “¡toda la mara!” era un grupo cercano de amigos que ahora, a raíz del control territorial de las pandillas, significa un grupo de delincuentes. Basta digitar “maras” en Google, y en vez de amigos pasándola bien, nos topamos con malacates tatuados hasta el cereguete.
Volviendo a la camiseta, no es chivo que nuestros impuestos se usen para pagar las 30 lucas de bienvenida, ni para montar y vigilar cajeros Chivo, en plazas públicas, a lo largo y ancho del país. ¿Qué chivo va a ser que nos quieran ver la cara afirmando que es una empresa privada?
Tampoco es chivo que el presidente de nuestra antigua república sea el tuitero de Chivo, intentando apagar el incendio de su fracasado debut, mientras el país entero navega desorbitado con Covid encachimbado.
¿Veá que no es chivo que los cuatro gatos que sí logren descargar la “Chivo wallet” le abran su vida privada a papá gobierno?
Pero más allá de esta debacle, no es chivo que la corrupción y el nepotismo, los mismos de siempre del pasado, sigan haciendo su agosto en el presente.
No es chivo el constante bombardeo de cantos de sirena por el ejército gubernamental de troles, diputados, periódico, radios y noticieros, todo pagado con nuestros impuestos.
Qué chivo va andar siendo el huevo financiero en el que nos han sumergido, donde las plenarias son cheque en blanco para sacar otro milloncito, como el de la celebración del bicentenario. “Tuza quemada, yo no vi nada”, informa la lorita.
No es chivo vivir en un país obsesionado con duplicar su ejército pues cree más en los soldados y fusiles que en los maestros y los libros.
No es chivo sobrevivir en una mezcla tóxica de odio, polarización, apatía, incertidumbre y mentira, en donde arrestan indiscriminadamente al enemigo, atacan a la prensa independiente, ahuyentan la inversión y les incomoda la libre expresión.
No es chivo que irrespetemos a 3 de nuestros 14 departamentos (La Paz, La Libertad y La Unión), y las 3 sagradas palabras de nuestra bandera.
No es chivo mentarle la madre a un árbitro por no pitar un penalti a nuestro favor, y aplaudirle a un presidente por descuartizar la democracia: justo las gotas que están rebalsando el vaso.
De plano que no es chivo que se pasen nuestra Constitución (y la lista Engel) por donde no pega el sol, den jaque mate y coloquen a “Yes men” en la Fiscalía, Corte Suprema, Fuerza Armada y Policía, poder absoluto con el que zampan el bitcóin y anuncian reelección, sin importar el rechazo del grueso de la población.
Lo que sí es “chivo” es que aún podemos manifestarnos para exigir respeto por nuestra democracia, por nuestra Libertad, por que El Salvador de nuestros hijos sea chivo para vivir. “Toda la mara” que no está de acuerdo con el rumbo de nuestro país, la cita es mañana, 8:30 a. m., Parque Cuscatlán.
¡Ya BASTA! #El15marchamos y saludaremos la Patria orgullosos en sus 200 años de libertad. ¿Cuál es la ruta?