Universitario apuesta por la elaboración de quesadillas
Jonathan Matamoros se graduó de técnico en periodismo, pero hasta ahora no ha ejercido su profesión.
“Me gradué en el 2012 y he estado mandando mi hoja de vida a distintos lugares, pero hasta ahora no me ha salido ninguna oportunidad”. Jonathan Matamoros, EMPRENDEDOR
Cuando el reloj marca las 3 de la madrugada, Jonathan Matamoros, de 35 años, inicia su jornada laboral diaria. Comienza limpiando el horno y las latas para cocinar más de dos docenas de quesadillas.
Tres horas depués, las quesadillas están listas y Jonathan se prepara para salir a venderlas de manera ambulante en la colonia Carrillo de Ahuachapán y sus alrededores.
Jonathan no es panadero, hace nueve años se graduó como técnico en periodismo, de una universidad privada de San Salvador, pero ante la falta de oportunidades laborales decidió reinventarse y emprender su propio negocio de elaboración de quesadillas.
“Me gradué en el 2012 y todo este tiempo he estado mandando mi hoja de vida a distintas empresas y medios de comunicación, pero no me ha salido ninguna oportunidad, entonces quise emprender en este negocio de las quesadillas y me ha funcionado; sin embargo, no me olvido del sueño de todo comunicador que es ejercer”, expresó el emprendedor. Antes de dedicarse a la venta de quesadillas, Jonathan se ganaba la vida vendiendo boletos de lotería, pero luego que el Gobierno decretara la cuarentena domiciliar en el país debido a la pandemia del covid-19, tuvo que reinventarse y fue así que decidió emprender el negocio de las quesadillas trabajando desde su casa.
“Gracias a este negocio es que yo he podido ir pasando el día y salir adelante”, aseguró Jonathan, quien no pierde las esperanzas de que algún día alguien confíe en él y en su potencial y pueda laborar para un canal de televisión o redactar para un periódico de circulación nacional.
El emprendedor aseguró que mientras ese día no llegue se dedicará a hacer crecer su negocio. Con esta finalidad también ha comenzado a hornear pan francés, flautas y variedad de pan dulce. Además, ofrece repostería por encargos.
“Con mi familia somos clientes frecuentes, hemos visto a este joven emprender trabajar fuerte y estamos satisfechos con el producto porque es muy bueno, y de excelente calidad”, expresó Julio César Mejía, un cliente frecuente de Jonathan.
María Matamoros, madre de Jonathan, manifestó su satisfacción por el desempeño de su hijo, ya que a pesar de las adversidades no ha decaído y ha buscado los medios para salir adelante.
Aunque recordó que para ella fue muy díficil poder pagarle sus estudios universitarios, debido a su situación económica.
“Mi mayor ilusión es verlo trabajando un día en la profesión que sacó. Para mi fue bastante difícil sacarlo adelante porque a una de pobre le cuesta pagar la universidad”, manifestó la mujer.