Las promesas recicladas de Nayib Bukele
Las promesas del 15 de septiembre de Bukele no son temas desconocidos de agenda, sino anuncios que el oficialismo ya hizo más de una vez.
a construcción del nuevo hospital Rosales y el de Nejapa. La construcción del Tren del Pacífico. Una reforma de pensiones. Esas fueron las promesas que Nayib Bukele realizó en su mensaje pregrabado transmitido como cadena nacional el pasado 15 de septiembre. El escenario — para él— no era el ideal: a primera hora, la población se manifestó en masa en su contra, y la comunidad internacional vislumbra un rumbo dictatorial de parte de su gobierno.
Sin poder celebrar el Bicentenario de la independencia en un escenario que le fuera más cómodo, Bukele lo hizo encerrado en Casa Presidencial y rodeado de militares, y prometió cosas bonitas que suenan bien y que pueden hacerle bien a la gente. Luego de menospreciar la marcha y de atacar a la comunidad internacional, fue lo que hizo Nayib Bukele . Lo que no hizo fue reconocer que esas mismas promesas ya las había hecho con anterioridad en su mandato y que ninguna de ellas ha caminado como sí ya lo había prometido.
Habló de los nuevos hospitales Rosales y Nejapa, pero no dijo que se construirán con fondos que heredó de un préstamo de una gestión del expresidente Salvador Sánchez Cerén. Habló del proyecto del Tren del Pacífico, pero no mencionó que ni siquiera ha sido elaborado el estudio de factibilidad del proyecto. Habló de una reforma de pensiones, pero no que, a casi mitad de su gestión, aún no ha hecho pública la forma en la que pretende mejorarlo.
Así, en un escenario de medias verdades y necesidad de propaganda para evadir el descontento popular, LA PRENSA GRÁFICA sometió a evaluación las tres principales promesas que Bukele hizo el 15 de septiembre para intentar lavar su imagen.
Y más que hechos, lo que hay sobre estas son vacíos; vacíos que permiten decir que hay más preguntas que respuestas respecto a la correcta —y verdadera— ejecución de proyectos que el Bukelismo pretende vender para congraciarse de nuevo con la población. Y ante esa necesidad de respuestas, toca lo de siempre: hacer más preguntas.
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