“Efecto Evergrande” podría complicar la recuperación de Latinoamérica
El gigante inmobiliario Evergrande tiene una deuda de más de $300,000 millones y debe devolver $37,000 millones de préstamos a mediados de 2022, lo cual ha puesto en riesgo a cientos de bancos y financieras de China.
“Si consideramos que una desaceleración de la economía china hará que China importe menos e invierta menos, podemos entender que, por la dimensión que el país representa para Brasil, el impacto no será irrelevante”. Mauro Rochlin, ECONOMISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS FGV
La hipotética quiebra del gigante inmobiliario Evergrande podría ser una traba más para una recuperación más robusta a corto plazo de economías latinoamericanas como la de Brasil, que tienen a China como uno de sus principales socios comerciales, aunque los expertos creen que el impacto puede ser menor de lo previsto inicialmente.
Los rumores sobre una posible bancarrota de Evergrande, cuyos pasivos totales ascienden a más de $300,000 millones, sacudieron los mercados globales esta semana.
Mientras que Wall Street inició la semana con una caída del 1.78 %, la bolsa de Sao Paulo cedió un 2.33 % el pasado lunes, en un jornada que llegó a hundirse 3.5 %.
Sin embargo, en las tres últimas sesiones bursátiles, las principales plazas globales rebotaron y cerraron con ganancias, en un movimiento que indica que “en parte, el mercado está confiado de que (Evergrande) va a lograr a honrar o renegociar sus compromisos”, según explicó el economista del centro de estudios Fundaao Getulio Vargas (FGV ) Mauro Rochlin.
“Quizás el mercado haya entendido que el riesgo no es así tan sistémico, de cierta manera él ya está fijado en los precios”, dijo Rochlin en una entrevista con Efe, al agregar que, así, se desvanecería “esta pretensa crisis sistémica que para algunos era probable”. Sin embargo, el economista ponderó que una eventual quiebra del gigante inmobiliario podría resultar en la desaceleración puntual de la economía china, lo que tendría reflejos directos en el mercado de materias primas y en las economías de sus principales socios comerciales, como es el caso de Brasil y otros países latinoamericanos.
Mayor socio comercial, cliente e inversor productivo de Brasil, China es el destino de más del 25 % de todas las exportaciones brasileñas, además de ser el mayor comprador de hierro, ya que responde por casi dos tercios del mineral enviado por el país al exterior.
“Si consideramos que una desaceleración de la economía china hará que China importe menos e invierta menos, podemos entender que, por la dimensión que el país representa para Brasil, el impacto no será irrelevante”, sostuvo.
Lo mismo pasaría en las demás econo
mías latinoamericanas, ya que la demanda por materias primas, que “tanto consume China”, sufrirían un “parón” importante, según el investigador principal para América Latina del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, Carlos Malamud.
“Las materias primas se verían afectadas, habría una disminución en la demanda de productos energéticos pero también de minerales como el hierro o el cobre, muy utilizados en la construcción”, dijo.
No obstante, Malamud evaluó que la situación china “no preocupa demasiado a día de hoy”, pero alertó de que “hay que estar muy pendientes de esto”, pues un nuevo golpe para la economía china sería importante y con serias consecuencias para las economías latinoamericanas.
Así, el eventual -aunque “improbable”declive del gigante asiático supondría un “obstáculo más” para la retomada consistente de las economías locales, entre ellas la de Brasil, que cerró 2020 con una contracción del 4.1 % en su PIB y nunca llegó a recuperarse del batacazo sufrido entre 2015 y 2016, cuando se desplomó un 7 %. A Perú, una posible crisis del gigante chino, podría costar algunos puntos del PIB del próximo año, que ya se había corregido a la baja a 3.4 %, comentó una fuente del sector comercio.