10 CONSEJOS DE AUTOCUIDADO ANTE LA NUEVA CRISIS DE COVID-19
A pesar de las noticias alarmantes sobre el nuevo aumento de casos de infectados y la consecuente saturación de hospitales y centros de salud, es aflictivo percatarse de que mucha gente va por la calle caminando sin cuidar las tres medidas mínimas de bioseguridad: uso de mascarilla, cuidado de mantener la distancia de dos metros entre las personas y el de lavarse las manos frecuentemente (o aplicarse alcohol gel si no se puede).
Debido al hecho que las estadísticas señalan que, de los casos recientes de enfermos infectados mortales por coronavirus, el 90 % son de pacientes que no se han vacunado, https://cnnespanol.cnn.com/2021/07/08/muertes-recientes-por-covid-19-estados-unidos-no-estaban-vacunadas-trax/ , resulta imprescindible que hagamos el esfuerzo de animar a nuestros conciudadanos a vacunarse. Pero también es indispensable el autocuidado, por eso comparto 10 consejos espirituales ante el repunte del covid-19:
Aceptar la crisis. Hay que aceptar el peligro grande de contagiarnos o nuestra familia. “Aceptar no es una postura pasiva ni indiferente. Aceptar es más que tolerar, soportar o aguantar. La aceptación exige una comprensión”. Aceptar la crisis lleva a comprender la situación para vislumbrar acciones a corto, medio y largo plazo.
La crisis como oportunidad. La aceptación permite ver la crisis como una oportunidad de crecimiento personal y de país.
Espiritualizarse. “El ser humano puede operar desde su dimensión biológica, emocional, racional o espiritual. Las crisis ayudan al ser humano a identificarse con su dimensión más elevada, la espiritual, a encontrar una paz más profunda...”
Espíritu de servicio. Las crisis ayudan a multiplicar los actos de servicio a los demás, generando una cadena de actos de solidaridad entre individuos y pueblos.
Prudencia, no miedo. “Una adecuada gestión de la crisis exige aprender a distinguir la prudencia del miedo. La prudencia es espiritual y no consume energía vital; el miedo es emocional, y acaba con nuestra energía. La prudencia ante la crisis lleva a cumplir a rajatabla las indicaciones de las autoridades pertinentes...es fuente de paz y siempre suma. El miedo, en cambio, paraliza, resta y en nada contribuye al fin de la pandemia”.
6. Gestionar la incertidumbre. “La crisis ayuda a aprender a vivir con incertidumbre, lo que supone un alto grado de abandono en la providencia divina. Una de las necesidades básicas del ego es el deseo de control y de seguridad...”. El nuevo repunte del coronavirus es anti-ego porque demuestra que el ser humano no puede controlar el universo.
7. Cuidar las relaciones humanas. La crisis es una gran oportunidad para mejorar las relaciones humanas. Al volver al confinamiento, sea híbrido o total, estamos obligados a llevarnos bien con quienes convivimos, a veces en espacios reducidos y con pocos recursos económicos o instrumentales.
8. Huir del victimismo. “Una cosa es ser víctima del coronavirus y otra caer en el victimismo. Ser víctima del coronavirus es un hecho; el victimismo es, en cambio, una actitud, un modo de comportarse asumiendo indebidamente el papel de víctima. Es victimista busca excesiva compasión y elude su propia responsabilidad y no acata las medidas de bioseguridad, culpa los demás olvidando que cada cual es potencial transmisor o factor de riesgo”.
9. Vivir el presente. Vivir el hoy, para hacer rendir el tiempo y de sacar lo mejor de nosotros mismos.
10. Mantener la energía vital alta. “Un enfermo de coronavirus que perdona a su transmisor, que sonríe al personal sanitario que le cuida, que se aísla sin considerarse víctima, que aprovecha su aislamiento para orar, o meditar, agradeciendo los pequeños servicios, está derrochando energía vital a raudales...”.
Fuente: 2020_03_25_Ics_opinion_consejos_espirituales_coronavirus
Debido al hecho que las estadísticas señalan que, de los casos recientes de enfermos infectados mortales por coronavirus, el 90 % son de pacientes que no se han vacunado, resulta imprescindible que hagamos el esfuerzo de animar a nuestros conciudadanos a vacunarse.