COLOR DE HORMIGA
Cuando algo no sale como uno espera, presenta dificultades o presagia graves problemas, es que la cosa se ha puesto color de hormiga. Otras formas de expresar la misma situación: te sale el tiro por la culata, no diste pie con bola, no llegaste a feliz puerto, te fuiste de pique, se te puso yuca, la regaste. Todo esto le sucedió a nuestro gobierno durante el mes de nuestros 200 años de independencia.
Me pregunto si esta debacle es consecuencia de la lluvia de sal que le cayó al clan Bukele (de manos de un grupo de brujas), durante la megamarcha del 15. Puede ser, pero yo más creo que nuestra paciencia, y resistencia a tanta mentira (y tanta movida), tiene su límite. El vaso ha rebalsado.
La gota que rebalsó el vaso fue la legalización de consecutiva reelección, mala decisión de la Sala de lo Inconstitucional, hoy compuesta por los 5 nuevos integrantes en la lista “Se Busca” de Engel. “Que legalicen el monte mejor”, suplica la lorita Pepita.
Como todo el mundo ya sabe, masas de ciudadanos que amamos nuestro país, expresamos un YA BASTA topando las calles entre el Parque Cuscatlán y la Plaza Morazán. Semejante multitud les puso la cosa color de hormiga. ¡No a la reelección! era uno de un popurrí de expresiones y cánticos señalando por qué estamos tan preocupados y enojados.
Contraste marcado ver al gobierno reculado en La Casona, dry cleaneados, con alfombra roja, chafas igual de shineados, y diplomáticos que seguro hubiesen preferido estar tirados en el sofá viendo Netflix, y no parados soplándose falsas acusaciones de haber financiado la marcha.
Pena ajena. Es que cuando la cosa se pone yuca, uno balbucea incoherencias; perdónenlo, y no se sientan mal, pues también le echó la culpa al malo de la película, disco rayado,
ARENAFMLN que, por cierto, también quemó el cajero Chivo, el consulado móvil de Long Island, y hasta el mercado San Miguelito. Como que el imaginario oficial sí está viendo Netflix.
Los ojos del mundo atentos al tiro que nos sale por la culata en Bitcoinland. Para no arrancar con tanque vacío, apostó (con nuestro pisto) $21 millones en bitcóin, y ante su debut cuscatleco del
7SEP, se desploma su valor. El 19SEP decide apostar otros milloncitos, y se vuelve a desplomar, razón del “Devuelvan lo Chiviado.”
Otra razón por la cual el vaso de nuestra paciencia ha rebalsado es ver al carcelero oficial (otro integrante de la lista “Se Busca Por Corrupto o Antidemocrático”), campante y sonante tras haber sido intermediario en la negociación con las maras, y vender $1.6 millones de canasta básica, destinada para saciar el hambre de víctimas de la pandemia. “Pecado mortal”, le tira sal la lorita.
Otra razón por la que el gobierno se fue de pique en septiembre fue la lectura del “Libro de Jugadas”, muestra de que el vaso en Washington también ha rebalsado. La reacción presidencial tampoco dio pie con bola: desde repetir como lora aburrida el trillado “no somos patio trasero de nadie”, y amenazar con “en mi casa no mandan”, hasta autodefinirse como Dictador de El Salvador, que luego le bajó al chistecito: Dictador Más Cool Del Mundo Mundial.
Pues ya no es tan cool que digamos; sus cadenas nacionales ya no levantan polvo, y en su mensaje a las Naciones Unidas (saber qué dijo), lucía derrotado. Además, ¿qué de cool va a tener la actual situación política, económica y social de nuestro Pulgar?
Octubre, que todo lo descubre, a la vista. Nombre de Dios.
Nuestra paciencia, y resistencia a tanta mentira (y tanta movida), tiene su límite. El vaso ha rebalsado.