HALANDO LA PITA
Es inaudita la situación que estamos viviendo. Bukele y sus cortesanos están conduciendo al país al abismo. El grado de insensatez que muestran con cada chifladura ya raya en lo ridículo y la torpeza. La comunidad internacional y los países amigos lo miran con asombro y desconcierto. Las recientes declaraciones de la encargada de Negocios de Estados Unidos han sido la última manifestación de la preocupación que tienen por el rumbo equivocado que lleva el país porque hay que recordar que, en mayo, en aquella reunión que el presidente tuvo con el Cuerpo Diplomático, el representante de la Comunidad Europea literalmente le manifestó que fue chocante ver la forma en que la Asamblea dominada por la bancada oficial y de GANA estaba violentando el Estado de derecho en el país, y lo exhortó para que como presidente asumiera la responsabilidad de reforzar la democracia, no debilitarla.
Los mensajes de la comunidad internacional han sido contundentes. Así también han sido los llamados que la ciudadanía y todas las organizaciones sociales locales hemos realizado. Ninguna señal de cambio hemos visto. Está pasando todo lo contrario. Estamos viendo una escalada de atropellos al Estado de derecho que la encargada de Negocios de los Estados Unidos detalló en la televisión, y que la ciudadanía viene reclamando constantemente. Estamos llegando a un grado de polarización muy superior al que protagonizaron ARENA y el FMLN cuando fueron gobierno y oposición. Ahora la polarización no es entre partidos. Es Bukele contra la ciudadanía, contra las organizaciones sociales, contra la comunidad internacional. Es verdaderamente increíble.
Estamos volviendo a vivir en el país por los momentos de tensión que tuvimos antes de la guerra. Bukele en el discurso del Bicentenario amenazó a la población civil con usar gases lacrimógenos si continúan las manifestaciones. Asombra ver cómo en algunas sedes diplomáticas se ha tenido que reforzar la seguridad por el temor que tienen que el discurso oficial antagónico estimule acciones de grupos fanáticos, así como lo tienen que hacer en países donde gobiernan fundamentalistas islámicos, o donde desde las estructuras del Estado tienen grupos de choque especialistas en intimidar a los críticos y opositores. Ese tipo de grupos ya existen en el país, solo que operan desde las redes sociales para desacreditar, intimidar y amedrentar a críticos y adversarios políticos, pero también ya hemos visto cómo se han utilizado las fuerzas de seguridad para intimidar a jueces y magistrados del órgano judicial, diputados, periodistas, y lo que recientemente sucedió con el joven que hizo observaciones alrededor de la plataforma para utilizar el bitcóin.
De manera absurda los gobernantes se muestran envalentonados. Su inmadurez los está llevando a presumir que son capaces de hacer cualquier cosa, a tomar actitudes temerarias, y olvidarse de las consecuencias de sus acciones, como la que el domingo hizo la Corte Suprema de Justicia al desobedecer la resolución judicial de la Cámara de Familia que ordenaba suspender el retiro de los jueces. Están halando la pita. Deben saber que al final se rompe por el lado más débil.
Bukele tiene la fuerza del control del Estado, la capacidad de usarlo de manera abusiva y arbitraria para atemorizar y amedrentar a la ciudadanía. La población tiene la fuerza que le da sostener con su trabajo el funcionamiento del Estado y que tiene la capacidad de criticar y demandar respuestas efectivas a sus problemas y necesidades, y frenar los excesos y la corrupción de los funcionarios. Ha llegado a entender que la democracia no consiste solo en participar cada tres o cinco años en eventos electorales. Por eso fue la manifestación del 15 de septiembre. Los alcaldes están empezando a hacer sentir su incomodidad por la arbitrariedad con que el Gobierno les niega los fondos FODES que por ley les corresponde. La diáspora también empieza a enviar señales de preocupación y alerta. Se está haciendo sentir la fuerza ciudadana, y cuando las instituciones no funcionan para escuchar y defender a los ciudadanos, los países amigos que saben el valor que tiene la democracia también elevan sus voces. Veremos por dónde se rompe la pita.
Estamos llegando a un grado de polarización muy superior al que protagonizaron ARENA y el FMLN cuando fueron gobierno y oposición. Ahora la polarización no es entre partidos. Es Bukele contra la ciudadanía...