La Prensa Grafica

Estela pide ayuda para reparar casa

Necesita construir un muro que impida el ingreso de agua a su vivienda cada invierno.

- Emanuel Boquin departamen­tos@laprensagr­afica.com

Llegan unos fariseos donde estás y quieren ponerte a prueba y te preguntan: "¿Puede un marido despedir a su esposa?" Les respondes: "¿Qué les ha ordenado Moisés?" y te Contestan: "Moisés ha permitido firmar un acta de separación y después divorciars­e". Pero les dices: "Moisés, al escribir esta ley, tomó en cuenta lo tercos que eran ustedes. Pero al principio de la creación Dios los hizo hombre y mujer; por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe". Cuando están en casa, tus discípulos te preguntan sobre lo mismo, y les dices: "El que se separa de su esposa y se casa con otra mujer, comete adulterio contra su esposa; y si la esposa abandona a su marido para casarse con otro hombre, también ésta comete adulterio".

Hoy tu palabra nos enseña, la victoria sobre la soledad. Es muy emotivo ver cómo Dios, según el libro del Génesis, se interesa por la soledad del hombre. Es claro, Señor, que no has creado al hombre para que viva en soledad, sino en relación, en compañía. Adán da a cada uno su nombre; con ello se quiere significar que ejerce dominio y señorío sobre ellos. Pero no basta. Es una relación de dominio, es una relación dispar, que no da plenitud de realizació­n y de gozo al ser humano. La única relación plena, satisfacto­ria, regocijant­e, es la relación con quien es igual que él, "carne de su carne". Es la relación propia de los seres humanos. El grado sumo de esta relación nos dices, es la relación matrimonia­l del varón y la mujer, por la que "los dos llegan a ser una sola carne". El matrimonio no es, pues, la única forma de relación ni el único modo de vencer la soledad. La relación de amistad, de compañeris­mo, de hermanos en religión, etc., vence también la soledad del hombre. Sin embargo, el matrimonio y la familia son institucio­nes naturales en las que la victoria sobre la soledad logra la máxima altura.

La victoria sobre la división. Estar solo es triste, penoso. Estar interiorme­nte dividido, lo es todavía más. División de la inteligenc­ia y de la voluntad: ¿Me caso o no me caso? División del corazón: De entre todos los chicos y chicas que conozco, ¿quién me puede ayudar más a vencer la soledad y a hacerme feliz? ¿a quién puedo yo ayudar mejor a amar y a ser feliz? División de las experienci­as vivas: ¡tantas experienci­as con este, aquel o el otro u otra, que dejan el alma vacía, el corazón medio roto, la amargura de la frustració­n, el descontent­o de uno mismo, la conciencia intranquil­a o hasta gravemente herida! El matrimonio, vivido en todo su esplendor y belleza, unifica el ser de la persona, lo lleva a la plenitud, a la complement­ación perfecta con su pareja, lo que hace que crezca y sea realmente imagen y semejanza de Dios. stela Benavides, habitante del Cantón La Morita, del municipio de San Jorge, en San Miguel, solicita ayuda para la construcci­ón de un muro y paredes de su hogar porque durante el invierno su vivienda se inunda por la creciente que desciende desde la calle principal de la localidad.

“Cada vez que llegan las lluvias la creciente se introduce a mi hogar y me daña la entrada de la casa. El agua se introduce bajo la cama, la mesa y se me arruina todo”, comentó la mujer.

Estela vive sola y trabaja realizando oficios domésticos, viaja hasta el municipio de Usulután y asegura que su salario ($150) los invierte en su mayoría en el pago diario de transporte y no tiene lo suficiente para comprar materiales de construcci­ón para reparar su vivienda.

“Estoy sola, no tengo dinero para comprar cemento y reparar todos los daños. En mi casa entra demasiada agua, si la corriente no me lleva la casa completa porque tiene buena base de bloque”, dijo.

Agregó que la única ayuda que recibe en ocasiones es la de su madre, y que así sale adelante, con limitacion­es.

EEsta mujer hace el llamado a personas altruistas que deseen colaborar de manera económica o con materiales de construcci­ón para mejorar su vivienda y olvidarse de las amenazas por lluvias en cada invierno.

“En muchas oportunida­des pedí ayuda a la alcaldía municipal de San Jorge, pero nunca me han brindado colaboraci­ón, siempre nos dicen que este es nuestro problema”, concluyó.

Si desea colaborar con esta mujer puede comunicars­e al número de teléfono: 7942-1851.

El matrimonio no es, pues, la única forma de relación ni el único modo de vencer la soledad.

AÑOS

 ?? ?? Urge. La mujer no tiene lo recursos económicos para reparar la casa.
Urge. La mujer no tiene lo recursos económicos para reparar la casa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador