GUARDIANES DE LAS TORTUGAS
Habitantes del cantón y playa Barra de Santiago, de Jujutla, trabajan desde hace años en proyectos de conservación de las tortugas marinas.
La playa barra de Santiago, en Jujutla, Ahuachapán, fue declarada como humedal de importancia internacional el 23 de julio de 2014, convirtiéndose en área protegida por la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas (Convenio de Ramsar).
Desde hace más de 45 años, pobladores de la Barra de Santiago desarrollan proyectos de conservación de tortugas marinas, por lo que esta es una de las zonas costeras con más neonatos de tortugas liberadas cada año, lo que también ha ayudado a disminuir la comercialización de huevos en el mercado negro.
Según Jorge Oviedo, director ejecutivo del Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES), la Barra de Santiago fue pionera en el programa de Conservación de Tortugas Marinas en El Salvador, que FIAES financia.
“La Barra de Santiago es una playa que está dentro de las áreas de conservación de El Salvador, es un sitio Ramsar, y también es parte del área de conservación El Imposible-barra de Santiago. FIAES es un fondo que está trabajando desde el año 2002 apoyando diversas iniciativas locales para la conservación de estos importantes quelonios”, expresó.
Añadió, que le apuestan fuertemente al programa de conservación de tortugas marinas, y que a la fecha contabilizan
unos 10 millones de neonatos de tortugas liberadas en más de 30 playas del país.
Comentó que en estas acciones cada vez se involucran más personas de la comunidad de la Barra de Santiago, entre ellas, tortugueros, lancheros, y mujeres, quienes se dedican al cuido del vivero de tortugas marinas, y que han formado la Asociación de Mujeres de Barra de Santiago (AMBAS).
“Nuestro socio local es AMBAS, quienes tienen bastante tiempo de estar trabajando con todo el entorno, no solo en la conservación de tortugas, sino también en la conservación de aves, manglares, y otras especies, y en programas y manejo de desechos sólidos”, dijo Oviedo.
Dora Martínez es una de las mujeres que forman parte de AMBAS y trabaja como viverista en los meses que hay arribo de tortugas en la costa de la Barra de Santiago. Aseguró, que gracias a este trabajo ha logrado sacar adelante a sus hijas. Además, señaló que otra de las gratificaciones de su labor es que ayuda a concienciar a las personas a no comercializar los huevos de tortuga en el mercado negro, y contribuir con la conservación de la especie.
“Mi trabajo es estar recibiendo los huevos todas las noches, los contamos por catorcenas, porque los tortugueros como contrapartida dan dos huevos más por cada docena. Luego los entierro en el vivero, se anota el día de la siembra y el día que van a nacer. Nacen a los 45 días, pero a veces por el clima se tardan de 49 a 50 días, de todos los huevos se reproduce el 80% y nosotras buscamos que nazcan más tortugas hembras para que la producción no se pierda y siga la reproducción”, narró.
Mientras que Eder Caceros, técnico de proyecto de AMBAS, contó que con el ministerio de Medio Ambiente, iniciaron en los últimos meses un proceso de marcaje de hembras anidantes, a las cuales les colocan unas placas para etiquetarlas con un número y una identificación para conocer su ciclo de vida y la ruta marina de desplazamiento. En el Salvador anidan cuatro especies de tortugas marinas: Golfina, Prieta, Baule y Carey, aunque la mayoría de avistamientos son de Golfina.