RE-INDEPENDENCIA
En El Salvador urge una nueva independencia de demasiada práctica corrupta, sumisa, intolerante, negligente y venenosa. Urge re-independizarnos de extremistas ególatras que han llegado al poder gracias al engaño, la confrontación y la polarización.
Urge independizarnos de politiqueros baratos, con discursos prefabricados por venezolanos, y frases trilladas que repiten como loros. Es impostergable esta independencia de estos funcionarios patéticos, que se creen dueños del país y actúan con sobredosis de arrogancia y despilfarro.
Por no haber invertido lo suficiente en educación, ahora sufrimos con gobernantes sin instrucción notoria, bachilleres raspados, un dictadorzuelo disfrazado de diva, populistas que apelan al resentimiento, políticos dicharacheros de recién incorporación, todos, formando parte de lo cuestionado en materia de descaro y corrupción.
Ante este cuadro dantesco y opresivo, se hace indispensable el pronunciamiento de los próceres de la actualidad: padres y madres de familia, docentes, empresarios, agricultores, artistas, obreros, feministas, en fin, salvadoreños dispuestos a luchar por una nueva independencia del yugo autoritario que nos han impuesto. “La ruta” no será fácil, pero debemos ejercer presión, para una total transformación, hacia un camino de unión, libertad y progreso.
La obsesión por el poder absoluto, sobre la salud y la educación, nos condena a seguir con escuelas en caos, deficiente educación pública, oscuros despilfarros, caprichos del Estado, niños con desnutrición, hospitales sin recursos, negocios bajo la mesa alimentados con deuda y más deuda, contrataciones de allegados y testaferros con manos peludas por todos lados.
Urge ciudadanos renovados, optimistas, con espíritu crítico y dispuestos a encontrar consensos para dirigirnos hacia estrategias de desarrollo y así obligar a los políticos de turno a cumplir tal como lo que son: empleados públicos pagados con recursos de todos.
Para re-independizarnos, la mayoría de los salvadoreños debemos estar de acuerdo en seguir una sola ruta hacia el progreso, lejos de leyes que amenacen la independencia de poderes; sin un sector jurídico y un ejército sumiso al gobierno; sin meterle mano a nuestra
Constitución.
No podemos seguir sin el fortalecimiento de las zonas rurales, ni ignorando la formación dinámica para técnicos, y los programas de apoyo para la inversión y el crecimiento. Atún y macarrón no es la solución, seguir dependiendo de las remesas, y ofreciendo satélites, tampoco.
Urge re-independizarnos de la miseria política actual y pasada; dejar de perpetuar las viejas mañas. El Salvador no es la parcela de nadie; ya no aguanta el constante saqueo. ¡Vamos! Recuperemos lo mejor de nuestra gente, llenemos nuestras calles de patriotismo que une y no de política que divide. Aprovechemos el impulso pues solo juntos sacaremos adelante nuestro Pulgar.
Ahora sufrimos con gobernantes sin instrucción notoria, bachilleres raspados, un dictadorzuelo disfrazado de diva, populistas que apelan al resentimiento, políticos dicharacheros de recién incorporación...