AHORA EL SALVADOR CONVOCA A SUS MEJORES HIJOS
Venimos advirtiendo hace tres años atrás de los posibles abusos que se cometerían a los derechos fundamentales de los ciudadanos y el uso abusivo de los recursos públicos, en un eventual escenario de controlar todo el poder por parte del presidente Bukele, algunos amigos se reían y otros nos decían paranoicos, sin embargo la realidad ahora ha golpeado tan duro la democracia, que se vuelve casi imposible disentir con los que detentan el poder, ya que para los seguidores del presidente y ciertos funcionarios, contrariar al presidente es el equivalente a una persecución y difamaciones interminables.
Los fanáticos y la horda de troles, que dan culto al presidente y que seguramente tienen un altar de su persona, no atacan las ideas ni usan el silogismo para contraargumentar, sino que el arsenal difamatorio lo dirigen contra cualquier ciudadano sin importar si es o no oposición y atacan a su familia, los amenazan, amedrentan y les ofrecen hasta las balas, con tal de persuadirlos para que no continúen usando la libertad de expresión para disentir de las malas políticas públicas que se están ejecutando desde CAPRES, de modo que el amedrentamiento, las amenazas y la venganza son sus armas. Ante este escenario los ciudadanos que no pertenecemos a un partido político ni tampoco hemos lactado del Estado por medio de la función pública solo tenemos dos caminos: guardar silencio ante esta fuerza avasalladora y permitir que la democracia se continúe hundiendo hasta tocar fondo como Nicaragua, Venezuela y Honduras; o alzar la voz ante el desmantelamiento acelerado y sistemático a la democracia y las graves violaciones a la Constitución, lo cierto es que si ahora guardas silencio, mañana tus hijos no podrán ni suspirar a menos que la dictadura se los permita.
En otras palabras, si hablas cuando debes callar, es un desacierto; si callas cuando debes hablar, es cobardía; si guardas silencio ante las graves violaciones a los principios democráticos, eres cómplice y pasarás al historia sin pena y gloria. Por ello pienso que este es el momento para unir a todos los sectores del país, sin importar las diferencias; sociales, ideológicas, religiosas o étnicas, lo que importa es que por medio de un pacto nacional luchemos por rescatar la república que ha caído en manos de autócratas que los une el control de los recursos públicos y la ansiedad de tomar todo el poder para no ser auditados.
Ahora El Salvador convoca a sus mejores hijos e hijas, para que defiendan la patria de la tiranía, de los indicios del saqueo desmedido que se está dando de los recursos públicos, de los cuales el presidente y los funcionarios no han querido dar cuentas ni han tenido una pizca de transparencia, por esa razón han cooptado todas las instituciones que administran justicia, incluyendo la FGR, para no ser investigados ni tener que rendir cuentas a nadie, por ello han comenzado a circular en un solo carril, es decir no volverán atrás, la reelección es tan importante para no abandonar el poder.
Primero porque cualquiera que compita por NI tendría que entregar al presidente actual a la justicia, porque conocen de primera mano los abusos de los recursos públicos y las graves violaciones a la Constitución y si llegara a ganar un candidato orgánico de todos los sectores de la población civil, ocurriría lo mismo; ante este temor, el presidente no se puede dar el lujo de soltar el poder, por ello sin duda se reelegirá a pesar de que lo negó mil veces. La sociedad civil debe organizarse lo más pronto posible para construir un acuerdo nacional y perfilar un par de líderes que provengan de su seno y sin pasado político, para catapultarlos a 2024.
Los ciudadanos que no pertenecemos a un partido político tenemos dos caminos: guardar silencio o alzar la voz.