La Prensa Grafica

“HALLO WEEN” SECRETOS DE UN CLÁSICO

ESTRENADA EN 1978, EL FILM DE JOHN CARPENTER SE REALIZÓ CON APENAS 300 MIL DÓLARES Y FUE UN ÉXITO FORMIDABLE DE TAQUILLA. “HALLOWEEN KILLS: LA NOCHE AÚN NO TERMINA” SE ESTRENA JUSTAMENTE HOY, EN ESTADOS UNIDOS.

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Hace unos días, se reactivó una de las sagas más ilustres del terror cinematogr­áfico con el estreno de “Halloween Kills: la noche aún no termina”, que es esperado con ansiedad por los fans del género luego de su lanzamient­o en la última edición del Festival de Venecia, en donde fue exhibida fuera de concurso.

La nueva parte de esta historia truculenta tiene varias novedades: su director David Gordon Green -el mismo de la muy divertida comedia Pineapple Expressarm­ó un historia coral en la que Laurie Strode, el inolvidabl­e personaje que marcó el debut en el cine de Jamie Lee Curtis, comparte protagonis­mo con algunos de los vecinos de la comunidad de Haddonfiel­d asediados por el sanguinari­o Michael Myers, un asesino que ya apareció, entre secuelas y reboots, en doce largometra­jes. Además el argumento tiene una impronta claramente anti-trump y feminista, aunque en su momento hubo quejas porque se aseguraba que la película exaltaba como ningún otro slasher la persecució­n de mujeres.

El film original de John Carpenter se estrenó en 1978 y causó sensación: producido con $300 mil terminó recaudando más de $ 70 millones yseconvirt­ióconelpas­odeltiempo­enun clásico del cine de terror.

Irwin Yablans, productor a cargo de la compañía Compass Internatio­nal Pictures, tenía en mente una historia de terror que reprodujer­a el clima de Psicosis (1960), el clásico de Alfred Hitchcock, pero con la idea de redefinir el slasher (subgéneroc­aracteriza­doporlapre­sencia de un psicópata que asesina brutalment­e a adolescent­es y jóvenes) a par tir de un guion que tuviera potencia y personalid­ad.loconsigui­ógraciasal­aportede una mujer: Debra Hill, en ese momento pareja de Carpenter y pieza clave en el libro de Halloween. Hill también tuvo un rol decisivo en la producción de la cinta, que fue el primer paso de una gran carrera que en 2003, poco antes de su muerte, fue premiada por la asociación Women in Film “por guiar a las mujeres productora­s en un mundo dominado por hombres”. Carpenter utilizó como referencia la tradición de la cultura anglosajon­a en torno a las casas encantadas para filmar en las locaciones de Los Ángeles, en donde se hizo la mayor parte de la película. Y también visitó un psiquiátri­co de Kentucky para capturar algunos de los comportami­entos más comunes de los internos y usarlos para la construcci­ón del perfil del malvado Michael

Myers.

INSPIRACIÓ­N DE OTRO CLÁSICO

El homenaje a Psicosis no se limita a las cuchillada­s del asesino. Hay más de una similitud argumental con la película de Hitchcock: el apellido del neurólogo interpreta­do por Donald Pleasence (Loomis) es el mismo del novio de Marion Crane, el papel de Janet Leigh en el famoso film de 1960, y, por sobre todas las cosas, Leigh es la madre de Jamie Lee Curtis, quien no tenía ninguna experienci­a en cine antes de Halloween y fue convocada en buena parte por ese parentesco, soñado como un talismán para el film. Carpenter había pensado inicialmen­te en Anne Lockhart para el protagónic­o, pero la actriz estaba ocupada con proyectos televisivo­s, entonces su lugar fue ocupado por una joven sin experienci­a que años más tarde se luciría en películas como Los enredos de Wanda y Mentiras verdaderas. El resultado fue óptimo: Jamie cumplió con creces con las exigencias del papel y su trabajo fue el puntapié inicial de una gran carrera en Hollywood. Para el resto del elenco, Carpenter resolvió hacer gala de su inconmovib­le cinefilia: fan de las produccion­es de la legendaria Hammer Films, cuyas películas de vampiros lo habían encandilad­o en la adolescenc­ia, eligió a Donald Pleasence, un héroe del cine clase B, para interpreta­r a Loomis, un psiquiatra que podría asimilarse a un Van Helsing dedicado a estudiar al asesino Myers como si fuera una nuevo Drácula. Se dice que Pleasence dio el sí porque su hija, estudiante de música, había quedado maravillad­a con la banda sonora de Asalto al precinto 13 compuesta por el propio director, responsabl­e del inquietant­e soundtrack de Halloween. Antes de cerrar con Pleasence, Carpenter había sondeado a Christophe­r Lee y Peter Cushing, a quienes les pareció muy poco el salario de 20 mil dólares que les ofreció el cineasta.

LOS SUFRIMIENT­OS DE CASTLE

A pesar de que este papel lo consagró como una estrella entre los fans del cine de terror, Castle -quien luego desarrolló una modesta carrera como guionista- reveló alguna vez que sufrió bastante con las exigencias del rodaje, especialme­nte durante la escena en la que Myers escapa del sanatorio bajo una lluvia torrencial. La producción consiguió la famosa máscara blanca por apenas dos dólares en una tienda de Hollywood Boulevard dedicada a la venta de productos relacionad­os con la saga Star Trek. Otro amigo de Carpenter fue el artífice de la modificaci­ones que se hicieron a la máscara original para que luciera más escalofria­nte: la ampliación de las cuencas oculares, la eliminació­n de cabello y patillas y la acentuació­n de su tono blancuzco (todas caracterís­ticas que reforzaron el aspecto mecánico e inhumano del asesino) fueron ideas de Tommy Lee Wallace, que pasó a la historia como director artístico de Halloween, pero también colaboró en el guion y el montaje del film. Wallace también tomó la acertada decisión de que Myers usara un mono azul oscuro que resaltó todavía más la palidez de la máscara. Había crecido en el mismo lugar en el que pasó su infancia el director: Bowling Green, Kentucky, y ya había trabajado con él en otras dos películas, Dark Star (1974) y Asalto al precinto 13 (1976). Fue él quien encontró en South Pasadena, el barrio de Los Ángeles ideal para recrear el ambiente de pueblo pequeño y tranquilo del desolado Haddonfiel­d de Halloween, un sitio que de pronto se vuelve un infierno para sus escasos habitantes. Carpenter volvería a usar ese mismo escenario para Christine (1983). Además South Pasadena entraría más tarde en el foco de más de un director: allí también se rodaron escenas de la saga Volver al futuro, Muchacho lobo y la versión de Halloween que Rob Zombie estrenó en el año 2007. Para evitar problemas con Pleasence debido al exiguo pago que le propuso, concentró los dieciocho minutos de película en los finalmente apareció el actor británico en solo cinco jornadas. Y la experienci­a de las grabacione­s con él fueron también muy buenas, ya que el actor sugirió modificar algunos pasajes del guion para acentuar la imaginería inquietant­e de la historia.

LA ENIGMÁTICA CASA

Pero el ancla de las locaciones fue la arquetípic­a casa encantada, en donde Michael Myers perpetra su primer y apabullant­e crimen siendo un niño. El lugar era un antiguo asilo de ancianos que había quedado relegado a depósito de sillas de ruedas y muletas. La reparación de esa casa saltbox, típica de la Nueva Inglaterra de finales del siglo XIX, fue parcial (solo se arreglaron los lugares que se usaron para el rodaje, y se terminó muy cerca del inicio de las jornadas). “La pintura se estaba secando y el papel tapiz aún se estaba levantando cuando empezamos la filmación”, recordó años más tarde Wallace. Sin embargo, allí se lograron hacer las tomas del famoso inicio de la película: “Fueron apenas cuatro, de las cuales usamos tres muy bien combinadas en la sala de montaje”, declaró Wallace. Hoy conocida como Century House, es considerad­a por los historiado­res de South Pasadena como una de las primeras casas construida­s en el pequeño suburbio allá por 1888. Corrió el riesgo de ser demolida varias veces, pero un concejal del lugar (David Margrave, ya fallecido) pudo salvarla: la compró por un valor simbólico y para dejar espacio al complejo de departamen­tos que se quedó con el terreno la trasladó íntegra (es una estructura de madera que lo permite) a un espacio lindante con las vías del tren que atraviesan la intersecci­ón de Mission Street y Meridian Avenue. Fanáticos de Halloween de todo el mundo la visitan regularmen­te, aunque deben abstenerse de tomar fotografía­s en la entrada para no molestar al corredor de seguros y el agente financiero que hoy tienen sus oficinas en ese mismo lugar.la casa de Laurie y el colegio que aparece en la película también son locaciones de South Pasadena. La única escena para la cual el equipo tuvo que hacer el esfuerzo de alejarse un poco fue, paradójica­mente, una que no tiene demasiada importanci­a en la historia: aquella en la que el doctor Loomis advierte a la policía de Haddonfiel­d sobre el regreso del asesino Michael Myers desde un teléfono público ubicado al borde de la ruta. Esos planos se hicieron en un tramo estéril de ruta, que la producción encontró al este de Los Ángeles.

UN ÉXITO ARRASADOR

Filmada con muchas limitacion­es debido al exiguo presupuest­o disponible, Halloween fue presentada oficialmen­te el 25 de octubre de 1978 en el AMC Empire Theatre de Kentucky y tuvo una salida de 240 salas en todo los Estados Unidos. Muy pronto se perfiló como una de las películas independie­ntes más taquillera­s de su época y, con el paso de los años, se consolidó como un film de culto que estableció nuevos parámetros para el cine de terror.

A partir de allí, la crítica -que empezó a familiariz­arse con el tipo de cintas que de cineastas como Carpenter,

George A. Romero, Tobe Hooper y

David Cronenberg- acuñó el concepto “knife film” para este tipo de thrillers protagoniz­ados por asesinos seriales que matan a cuchillazo­s. Esa es la huella que dejó una película de bajo presupuest­o.

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