El 10 % de la huella de carbono es por alimentos sin consumir
Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y la FAO destaca en esta fecha que es urgente gestionar el desperdicio de alimentos de forma más responsable y sobre todo hace un llamado a no desperdiciarlos.
Hoy es el Día Mundial de la Alimentación y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) afirma que el mundo se enfrenta a un aumento exponencial del hambre por varias razones, pero sobre todo debido a la crisis climática y a la pandemia de covid-19.
Pero no son el único problema: hay también desperdicio de alimentos.
En su documento “Nuestras acciones son nuestro futuro”, publicado esta semana, el PMA destaca que hasta el 10 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), también conocidas como la “huella de carbono”, están asociadas a alimentos que no son consumidos.
“Mientras millones de personas pasan hambre, todos los días se pierden grandes cantidades de alimentos, ya sea porque se estropean durante la producción o el transporte o porque los hogares, minoristas o restaurantes los arrojan a contenedores de basura”, advierte el documento, que además destaca la necesidad de mejorar las producciones, mejorar la nutrición y mejorar el medio ambiente, para poder vivir una mejor vida.
El PMA estima que solo en América Latina se pierde o se desperdicia hasta 127 millones de toneladas de alimentos al año, es decir, 348,000 toneladas cada día; y cuando el desperdicio de estos alimentos llena los vertederos en todo el mundo, se descomponen y generan metano, un GEI más dañino que el dióxido de carbono (CO2). En los países en desarrollo, señala el PMA, es necesario mejorar las estructuras de almacenamiento para evitar estas pérdidas.
Por otra parte, el desperdicio de estos alimentos genera, a su vez, otro problema: la pérdida de calorías importantes en la nutrición de la población.
Solo los países de América Latina y el Caribe pierden el 14 % de las calorías que se producen en la región.
Además, 36 millones de personas podrían cubrir sus necesidades calóricas solo con los alimentos desaprove
chados en los puntos de venta directa a los consumidores.
Según las estadísticas de la FAO en este documento, el planeta tendrá que sustentar a 10,000 millones de personas para el año 2050, lo que ejercerá una presión cada vez mayor en los recursos naturales, el medio ambiente y el clima.
Y más importante aún es que los sistemas agroalimentarios actuales están exponiendo desigualdades e injusticias profundas: no menos de 2,000 millones de personas no tienen acceso regular a cantidades suficientes de alimentos nutritivos e inocuos, mientras que otros 3,000 millones no pueden permitirse dietas saludables.
Debido a la recesión económica provocada por la pandemia, podrían sumarse otros 100 millones más a los 690 millones de personas que ya padecen hambre.
“¿Cómo podemos permitir que se tiren alimentos cuando 800 millones de personas en todo el mundo siguen pasando hambre a diario?”, cuestionó el director general de la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, durante el lanzamiento del estado mundial de la agricultura y la alimentación el año anterior.
¿CÓMO EL AGRICULTOR ESTÁ SOBREVIVIENDO A LA PANDEMIA?
Reinventándose, como le ha tocado a Hugo Granados, un agricultor de San Marcos Jiboa, municipio de San Luis Talpa, departamento de La Paz.
Hugo es presidente de la Cooperativa Mar y Fe de R.L., que nación hace ocho años para dedicarse a la pesca artesanal, pero el cambio climático y la pandemia la estaba hundiendo en la pobreza al no permitirles salir a pescar, por lo que sus miembros de se vieron obligados a no depender de una sola fuente de ingreso. Ahora también se dedica a la producción del plátano.
“Con la pandemia estábamos parados, no había comprador para nuestro producto pesquero, no teníamos para dónde; pero es ahí que llega la FAO y nos ofreció un nuevo proyecto, nos dieron a elegir entre la crianza de aves, producción de hortalizas y plátano; nosotros teníamos que decidir qué; nos reunimos todos los socios y decimos optar por el proyecto de producción de plátano, debido a la estabilidad de sus precios y a que es un producto rentable que da buenas ganancias”, dice.