OJO DE AGUA, FUENTE DE VIDA EN EL ZAPOTAL
Un cristalino nacimiento es la principal fuente de abastecimiento de agua para cientos de personas en la zona rural de El Carmen, en La Unión.
Los lavaderos públicos del caserío El Zapotal, en el cantón Olomega, del municipio de El Carmen en el departamento de La Unión, además de ser de gran utilidad para los habitantes, son considerados como un patrimonio de la comunidad.
Los lavaderos se ubican en un fresco y cristalino nacimiento de agua que ha existido desde siempre en el cantón y que es la principal fuente de agua de la zona.
Los pobladores usan esta agua para lavar, cocinar e incluso para consumir, “Toda la gente del cantón viene aquí a lavar la ropa, pero también llevamos agua para tomar y para bañarnos. Este ojo de agua nos sirve mucho, sino existiera tuvieramos que ir hasta la laguna (de Olomega)”, comentó Maria Deysi Ramos, habitante del caserío El Zapotal.
La existencia de este nacimiento de agua es una bendición para la comunidad, ya que la mayoría de viviendas del cantón no cuentan con servicio de agua potable y solo algunas casas tienen pozos artesanales para abastecerse del líquido.
Doña María Yolanda Argueta, de 52 años, recordó que hace uso de los lavaderos desde que tenía 14 años, cuando comenzó a acompañar a su mamá a lavar.
“Yo venía con mi madre cuando estaba pequeña y se lavaba en las piedras que habían aquí. Antes esto era diferente, pero el ojo de agua siempre ha estado”, afirmó.
Los lavaderos de El Zapotal también son aprovechados por personas de otros cantones del municipio afectados por la escasez de agua o atraídos por la belleza natural del nacimiento de agua.
“Viene mucha gente de afuera y dicen que está bonito el lugar porque hay agua. Algunos hasta asan carne asada o traen comida preparada para pasar un rato en familia. Aquí nadie paga nada, esto es de todos”, manifestó doña María.
Hace un tiempo la comunidad se organizó para mejorar la infraestructura del lugar ya que en algunas ocasiones animales entraban al agua y la ensuciaban.
“Entre todos pusimos un poquito de dinero para cercar el espacio por qué las vacas se metían y algunas veces hasta lo botaban a uno. También se recogió dinero para arreglar los lavaderos”, contó otra habitante.
Los lugareños aseguraron que hacen todo lo posible por cuidar este nacimiento ya que es la única fuente de agua con la que cuentan, pero aún así hace algunos años su nivel se redujo considerablemente debido a la falta de lluvias en la zona, llegando a quedar casi seco.
“Hubo varios años en que el nivel del agua muy bajo, gracias a Dios con el invierno del año pasado el agua regresó y ya podemos hacer nuestras cosas aquí de nuevo”, expresó María Argueta, usuaria de los lavaderos.
Las usuarias afirmaron que cada quien se ubica en el espacio que desea para lavar y que este espacio pertenece a todos los habitantes y nadie puede apropiarse de ellos.
Los habitantes del caserío El Zapotal tienen planificado continuar con las mejoras en el sitio.