CASABLANCA 2, Y EL PRESUPUESTO
Siempre creí que sacarían la segunda parte de Casablanca, pues quedó mucha tela que cortar. Resulta que ahí mismo (en 1943) ocurrió el encuentro entre el inglés Sir Winston Churchill y el gringo Franklin Roosevelt; reunión secreta cuyo objetivo fue unir fuerzas en contra de los nazis. Churchill un personaje visionario aceptó la recomendación de Roosevelt de asesorarse por expertos físicos, políticos, matemáticos y financieros, para que hicieran el cálculo del número de barcos, aviones, tanques, efectivos militares y municiones requeridos para vencer al enemigo.
Al inicio, Churchill no estaba muy convencido de la propuesta de los expertos, pero la aceptó al barajarla con su mejor amigo Frederick Lindemann, brillante compañero de Albert Einstein y PHD en física. También Churchill aceptó que su Real Fuerza Aérea (RAF) siguiera las instrucciones de los norteamericanos, expertos en ofensivas y ataques militares (les decían “Bomber Mafia”). En resumen, uniendo fuerzas y acatando recomendaciones, derrotaron a los nazis comandados por alguien que no aceptaba recomendaciones de nadie.
Cuando alguien comanda sin escuchar, tarde o temprano es vencido. Aplicando esta realidad a nuestro país, también comandado por alguien que no escucha recomendaciones ni consejos, estamos condenados al fracaso. La vacunación masiva puede ser un proyecto bien llevado, pero el mal manejo de la pandemia retrocedió nuestra economía, nuestra salud y nuestra educación. Tanto hemos hablado de los asocios público-privados, para no recurrir en tanto préstamo, y que las inversiones y los asocios sean de beneficio para todos, pero nada. Tampoco vemos nada para estimular al sector informal, el cual representa arriba del 70 % del comercio.
Después de mucho ocultismo, recién salió a la luz el presupuesto 2022, con 155 % de aumento para pagar el mega aparato de comunicación de mentiras presidenciales. ¡Estamos gobernados por una agencia de publicidad engañosa! Brilla por su ausencia presupuesto para los sectores productivos, los que generan los impuestos y pagan los salarios del gobierno. Seguimos abriendo hoyos, tapando suciedades, sin escuchar recomendaciones ni aceptar críticas.
Debíamos de aprender de Winston Churchill; dejarnos asesorar y a escuchar, para vencer a nuestros enemigos más grandes: la pobreza y la ignorancia. Debíamos de asesorarnos para enfocarnos en progreso social y económico. Si seguimos sordos, jamás encontraremos el camino correcto y nos seguiremos hundiendo en deuda y miseria.
Ojalá, algún día, El Salvador sea el escenario de nuestra propia Casablanca 2 cuya narrativa se centre en acabar con la corrupción, la necedad, la arrogancia y la ignorancia. Ojalá, algún día, los salvadoreños unamos fuerzas y acatemos recomendaciones de expertos que, al igual que a Churchill, nos guíen hacia el camino correcto para derrotar la pobreza y la ignorancia.
Cuando alguien comanda sin escuchar, tarde o temprano es vencido. Aplicando esta realidad a nuestro país, también comandado por alguien que no escucha recomendaciones ni consejos, estamos condenados al fracaso.