SE ESTANCA LA VACUNACIÓN CONTRA EL COVID-19
HAY 1.6 MILLONES DE PERSONAS QUE NO HAN RECIBIDO NI UNA VACUNA CONTRA EL COVID-19, PERO EL PROMEDIO DIARIO DE PRIMERAS Y SEGUNDAS DOSIS SE HA REDUCIDO HASTA LLEGAR A LOS NIVELES MÁS BAJOS DESDE QUE COMENZÓ LA VACUNACIÓN.
Entre el 8 y el 14 de octubre, el Gobierno aplicó un promedio diario de 14,088 primeras y segundas dosis de la vacuna contra el covid-19, la cifra más baja desde que comenzó el proceso de inmunización en El Salvador, en febrero pasado.
Basándose en la información oficial, LPG Datos calculó el promedio móvil de siete días de la vacunación. Es decir, estimó la cantidad promedio de primeras, segundas y terceras vacunas aplicadas a diario en un periodo de siete días.
Las estimaciones muestran que el promedio móvil de la primera dosis llegó a su punto más alto hace dos meses, con una media de 43,385 inyecciones diarias entre el 26 de julio y el 2 de agosto. La segunda dosis vio su mejor promedio móvil el 25 de agosto, con 53,495 aplicaciones diarias.
Desde entonces, la tendencia ha sido a la baja, pero se profundizó a finales de septiembre. Ya para el 5 de octubre, el promedio móvil de primeras y segundas dosis comenzó a reducirse sin interrupciones, pasando de 32,498 a 14,088 el jueves pasado.
La vacunación no logró ganar velocidad ni con el lanzamiento de la modalidad casa por casa, el 6 de octubre, un intento del Gobierno por mejorar la cobertura mientras el país atraviesa uno de los peores momentos de la pandemia, con cifras récord de fallecidos.
Hasta el 14 de octubre, el promedio móvil de la primera dosis fue de 7,734, la cifra más baja de todo el proceso de vacunación; mientras que la media de las segundas dosis se ubicó en 6,353, similar a lo que se aplicaba a finales de abril.
EPIDEMIÓLOGOS: LA GENTE YA NO QUIERE VACUNARSE
Según los datos, el promedio móvil de la tercera vacuna también se ha reducido, pero es superior al de las primeras y segundas dosis. Entre el 8 y el 14 de octubre se colocó un promedio de 15,198 diarias, el más bajo desde que la medida se anunció el 24 de septiembre para determinados grupos poblacionales, y a pesar que desde el 6 de octubre está disponible para todos los mayores de 18 años.
El gremio médico ha cuestionado la conveniencia de generalizar la tercera vacuna, en parte porque temen que le robe recursos a la cobertura del esquema completo e impida lograr la inmunidad colectiva, que con la aparición de variantes más contagiosas implica tener al 90 % de la población con primera y segunda dosis.
En el caso salvadoreño, los datos muestran que, pese a la reducción, la tercera vacuna tiene un mejor ritmo. Entre el 8 y el 14 de octubre, por cada persona que recibía la primera o segunda vacuna, dos se colocaban la tercera.
“Indiscutiblemente iban a tener una cobertura alta de tercera vacuna porque quienes se la están poniendo ya tienen las dos dosis”, dijo el epidemiólogo Alfonso
Rosales. “Pero cuando ve la primera dosis, esta viene para abajo. Eso quiere decir que la gente ya no se está vacunando y esa es la gente que no se va a vacunar si no hay una buena estrategia de comunicación y un mejor acceso a la vacuna”, advirtió.
Citando los resultados de una reciente encuesta de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) y otras entidades de la sociedad civil, Rosales señaló que dos de las principales razones que exponen los no vacunados están relacionadas con la falta de información: temor a los efectos secundarios y confusión.
Rosales sostuvo que estos resultados confirman la necesidad de que el Gobierno implemente una campaña para educar sobre la vacunación y facilitar el acceso al fármaco. “En todo programa de vacunación, si no se acompaña de una estrategia de comunicación, pasa eso. Al inicio usted va a ver que hay una curva ascendente de la aplicación de la vacuna, porque es esa gente que ya está dispuesta, que no hay necesidad de convencerla. Pero después viene una meseta, en la cual la cobertura comienza a disminuir, porque ya se agotó esa cantidad de personas que inicialmente quería vacunarse, y empieza a verse la influencia de las personas que tienen ciertas dudas hacia las vacunas”, explicó.
El Gobierno se ha puesto como meta vacunar a 5,700,208 personas de 6 años y más, el 90 % de la población estimada para 2021. Hasta el 14 de octubre, habían 1,597,277 personas sin una sola dosis, advirtió el epidemiólogo Wilfrido Clará en su cuenta de Twitter. Además, señaló un estancamiento en la cobertura de las primeras y segundas dosis, pues en la última semana apenas creció 0.93 y 0.95 %, respectivamente.
“Aunque la población de 65 años o más y las personas con enfermedades o condiciones médicas subyacentes son las que se beneficiarán más de una dosis de refuerzo, la prioridad máxima debería de ser vacunara la población no vacunada”, indicó el médico. “Si algún beneficio se lograra de dar refuerzos de manera generalizada (indiscriminada), este no sobrepasará los beneficios de proveer protección inicial a la población que aún no está vacunada. Se salvarán más vidas si las vacunas se proveen a los que aún no tienen ninguna dosis”, agregó.
“Si algún beneficio se lograra de dar refuerzos de manera generalizada, este no sobrepasará los beneficios de proveer protección inicial a la población que aún no está vacunada”.
Wilfrido Clará,
EPIDEMIÓLOGO.
“La gente ya no se está vacunando y esa es la gente que no se va a vacunar si no hay una buena estrategia de comunicación y un mejor acceso a la vacuna”.
Alfonso Rosales,
EPIDEMIÓLOGO.