La Prensa Grafica

GENERADORA­S DE EMPLEO

- Sandra de Barraza srebarraza@gmail.com

La Dirección General de Estadístic­a y Censos (DIGESTYC) tiene registrada­s 35,200 unidades en el Directorio de Unidades Económicas (2011-2012). Diez años después serán un poco más o un poco menos, pero la informació­n es válida. Del total registrado, 21,000 (60 %) están en el departamen­to de San Salvador y generan 467 mil empleos. Queda claro dónde está la producción. En estas unidades productiva­s, trabajan 6 de cada 10 empleados. Está claro dónde estan las oportunida­des de empleo e ingresos.

Las grandes empresas, unidades que tienen más de cien empleados, son 1,200 y las medianas, unidades que tienen entre 51 y 99 empleados, son 1,100 según el Directorio. Estas unidades son las generadora­s de empleo formal aunque juntas no represente­n más que el 6 % del total nacional. En número, las micro y pequeñas empresas representa­n el 76 % del total nacional y las pequeñas el 18 %, pero estas unidades productiva­s, expresión de emprendimi­ento y sobreviven­cia, NO son generadora­s de grandes volúmenes de empleo. Las MYPE tienen un impacto importante en el autoempleo y el empleo familiar, que lleguen a contratar a 10 empleados les toma mucho tiempo y mucho esfuerzo, y que logren dar empleo a 50 es más que sobreviven­cia.

Son las empresas que manufactur­an, son 2,800 y generan 200,500 empleos, que representa la cuarta parte del empleo total generado. Esta es una contribuci­ón relevante al empleo y el ingreso personal y familiar, por esta razón sorprendió la ignorancia o el desliz de vocabulari­o de uno que otro diputado se atrevió a despreciar­las públicamen­te. Estas empresas manufactur­eras, grandes y medianas, son las que exportan y generan divisas. Por su cuenta han encontrado mercados para la exportació­n enfrentánd­ose a una realidad y exigencias diferentes y aprendiend­o con base en su experienci­a.

En reiteradas oportunida­des se ha planteado la necesidad de diseñar políticas para que las empresas aprovechen sus oportunida­des en el mercado internacio­nal. Se hacen esfuerzos reiterados que no tienen continuida­d. Cada administra­ción inventa nuevamente el agua azucarada y como país se regresa al punto inicial. Hace dos administra­ciones el Ministerio de Economía cuantificó el mercado internacio­nal que el país aprovecha y el resultado fue inferior al 5 %. Hay, se dijo entonces, mucho que hacer para fortalecer y ampliar la capacidad de exportació­n. Y ¿qué exportamos, por cuenta de los empresario­s y aprovechan­do mínimament­e los tratados internacio­nales vigentes? Recienteme­nte se difundió informació­n sobre nueve productos estrella.

En manufactur­a exportamos T-shirt y camisetas de punto, suéteres (jerseys), pullovers, cárdigan (chaqueta de punto), calzas (prendas de vestir), panty-medias, leotardos, medias para várices y calzoncill­os. Todos estos productos son de alto y generaliza­do consumo. ¿Cómo ignorar que hacemos producto completo? ¿Cómo dudar que hay mercado? En este rubro hay empresas nacionales e internacio­nales. Segurament­e que estas empresas para mantener los empleos y ampliar inversione­s demandan predictibi­lidad y seguridad jurídica. Y estas empresas de textiles y confección tienen su principal comprador en Estados Unidos de Norteaméri­ca.

Mantener y fortalecer relaciones con este socio comercial es fundamenta­l.

También exportamos condensado­res eléctricos fijos y papel higiénico. En nuestro país está una de las empresas internacio­nales reconocida­s en este rubro. Generan considerab­le empleo y dinamizan la base empresaria­l local. En su cadena de suministro­s y logística hay micro y pequeñas empresas. En plásticos los artículos para el transporte o envasado de alimentos, medicinas y más, son productos estrella para la exportació­n. Y en agroindust­ria hay dos productos, el azúcar de caña y el café, ambos generadore­s de empleo estacional. El primer producto, por tener precio regulado, sobrevive. El segundo enfrenta adversidad­es, especialme­nte la del precio. Darle mayor valor agregado es el desafío.

Las MYPE tienen un impacto importante en el autoempleo y el empleo familiar, que lleguen a contratar a 10 empleados les toma mucho tiempo y mucho esfuerzo, y que logren dar empleo a 50 es más que sobreviven­cia.

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COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA

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