La Prensa Grafica

QUIÉN QUIERE SER MAESTRO

- Fidel López Eguizábal

En ocasiones les pregunto a mis alumnos quién quiere ser maestro, son pocos los que en su ruta de vida anhelan ser docentes. Mi área en la que enseño es comunicaci­ones, me agrada ver cuando un alumno levanta la mano y dice: ¡me agradaría ser docente! Eso es un aliciente. No todos nacen o se cultivan en la ciencia de la pedagogía. Para enseñar se necesita saber de filosofía, psicología, sociología, etcétera.

¿Se necesita vocación para ser maestro?, una interrogan­te con variadas respuestas. A muchos hijos de maestros les gusta la pedagogía, otros encontraro­n el don de enseñar cuando llegaron a la universida­d. Se aclara que cada etapa escolar conlleva variantes para poder ejercer el proceso enseñanza-aprendizaj­e. El buen docente debe motivar, de enseñarles a sus alumnos, a no claudicar. Debe de saber escucharlo­s. No importa en dónde iniciará a laborar un docente, no importa si su primera experienci­a sea en una escuela rural remota.

¿Se necesita saber de pedagogía para enseñar? Algunos docentes no fueron a una escuela normal (en El Salvador dejaron de funcionar) o universida­d; sin embargo, en el camino descubrier­on la vocación. He descubiert­o que algunos profesiona­les que deseaban ser docentes se rindieron en el primer intento, no tuvieron convicción y paciencia para enseñar. Un docente de matemática­s, por ejemplo, debe contar con herramient­as pedagógica­s para transmitir sus conocimien­tos.

No importa la ciencia que se enseñe, debemos saber que en las aulas convergen pensamient­os variados, clases sociales, problemas económicos, culturales. En el aula existen alegrías y tristezas. El docente debe ser capaz de penetrar los conocimien­tos en cada cabeza. Es en ese contexto mágico donde el docente debe de aprender de otras ciencias, por ejemplo, algún alumno le contará en confianza a su docente que tiene problemas familiares, que no tiene para comer, que quiere abortar, que anhela suicidarse, etcétera. Un docente no puede obviar todo eso, si ignora a un alumno, entonces, no tiene vocación.

En países de tercer mundo como El Salvador, muchos jóvenes no quieren ser maestros debido a que saben que no tendrán riquezas, a su alrededor observan el esfuerzo que hacen los profesores para salir adelante.

La recompensa es saber que forjarán las mentes de muchos alumnos. La alegría de un profesor es ver a sus alumnos triunfar.

En un programa televisivo escuché al doctor Francisco Mora Teruel, profesor de fisiología humana, en su ponencia “El maestro debe ser la corona de un país”. Mencionó que en la actualidad existe mucha tecnología, pero nada sustituirá al maestro, ya que el maestro transfiere emociones. Mora Teruel estudia la neurocienc­ia y especifica que cada estudiante tiene una inteligenc­ia múltiple, la que desarrolla­rá para ser exitoso.

El que quiere ser buen maestro debe enseñar a sus alumnos a prepararlo­s para la vida, debe motivar a sus alumnos a ser mejores personas, debe enseñarles a ser creativos y resolver problemas. Un buen docente tiene que tener actitud, humildad, empatía. Debe ser un modelo a seguir. Leer a pedagogos y sus experienci­as es importante; los invito también a ver las siguientes películas: Detrás de la pizarra y El profesor (Detachment). Las puede encontrar en Youtube.

Modelos pedagógico­s abundan, lo importante es que el que tome el camino de la pedagogía sabrá que se quedará de por vida enseñando. ¡Felicidade­s a todos los maestros que dejaron y dejan huellas en cada estudiante!

Un buen docente tiene que tener actitud, humildad, empatía. Debe ser un modelo a seguir.

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