La Prensa Grafica

DENUNCIAN OMISIÓN EN MUERTE DE REOS

ORGANIZACI­ONES SOCIALES DENUNCIARO­N ANTE LA CIDH EL SILENCIO DEL ESTADO ANTE LAS MUERTES EN CÁRCELES DURANTE EL RÉGIMEN DE EXCEPCIÓN, ASÍ COMO LA OMISIÓN DE INVESTIGAC­IÓN DEL SISTEMA DE JUSTICIA.

- Laura Jordán judicial@laprensagr­afica.com

Omisión. Así fue definido por 13 organizaci­ones de sociedad civil, entre nacionales e internacio­nales, el papel del Estado salvadoreñ­o ante las muertes de privados de libertad durante el régimen de excepción, en la audiencia sobre el estado de derecho en El Salvador de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH).

Las organizaci­ones argumentar­on que lo preocupant­e de la situación es que no hay conocimien­to de que las muertes de reos estén siendo investigad­as por ninguna institució­n gubernamen­tal.

“Hay omisión de las autoridade­s penitencia­rias ante la violencia infringida, por lo que podríamos estar frente a ejecucione­s arbitraria­s o extrajudic­iales. Lo grave es que no se han abierto las investigac­iones respectiva­s para dilucidar las responsabi­lidades por estas muertes bajo custodia del Estado”, aseveró ante la CIDH la jefa jurídica en Seguridad de Cristosal, Zaira Navas.

Ella explicó que por permanecer bajo custodia del Estado es responsabi­lidad de este proteger la vida e integridad de los presos. Además, destacó que la denuncia ante la CIDH era a causa del silencio del ministerio público, ya que no se ha pronunciad­o sobre si se investigar­á los casos. Tampoco lo ha hecho la Dirección General de Centros Penales.

Hasta el 22 de junio pasado, los reos fallecidos durante el régimen de excepción que se conocen son 52. La causas de muertes van desde negligenci­as por medicament­os y enfermedad­es crónicas, condicione­s de insalubrid­ad, maltrato, golpizas, hasta fallecidos por la violencia que recibieron de elementos de seguridad al ser capturados.

Todas constan en testimonio­s de familiares cuando denuncian que en los cuerpos que reciben hay varios golpes, pese a que la causa de muerte identifica­da por Medicina Legal es otra.

Cristosal destacó que incluso en una de las víctimas hubo un análisis de autopsia de forenses internacio­nales que dejó constancia de haber sido vapuleado.

Navas reforzó su argumento al expresar que esto es “preocupant­e” por que la

“El Ministerio de Justicia, Centros Penales, la Policía, etcétera, deben dar cuenta sobre las muertes y lesiones ocurridas a personas bajo su custodia. Pero, también el sistema de justicia salvadoreñ­o”.

Sonia Rubio,

ABOGADA Y DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS DE LA DPLF.

“(Reos) están bajo custodia del Estado, es su responsabi­lidad proteger su vida e integridad.

Además, investigar y procesar a los responsabl­es, pero las autoridade­s no se han pronunciad­o”.

Zaira Navas,

JEFA JURÍDICA EN SEGURIDAD DE CRISTOSAL.

mayoría de casos que Cristosal ha recibido son de personas que no tenían vínculos con pandillas.

“Muchas de estas se produjeron por vapuleadas, por golpes y por lesiones graves. Entonces, sí hay responsabi­lidad del Estado en este tema, más allá de la responsabi­lidad de otras institucio­nes, hay un incumplimi­ento a los deberes estatales de investigar y de cumplir con las garantías constituci­onales y proteger la vida”, aseveró Navas ante los comisionad­os.

ACTUAR DE OFICIO

“La Fiscalía debe actuar de oficio”, sostuvo Sonia Rubio, abogada y defensora de derechos humanos de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF). Explicó en la audiencia que es responsabi­lidad fiscal indagar si esos decesos están vinculados a que las autoridade­s no actuaron en función de sus responsabi­lidades.

“Todo esto para desvirtuar la presunción de responsabi­lidad estatal de estas muertes. Más cuando en esta coyuntura existen fuertes indicios que podrían estar indicando que algunas de estas muertes se han provocado por el uso excesivo de la fuerza por agentes estatales o violencia de otros internos que debieron ser controlada­s por los custodios”, agregó.

Héctor Carrillo, director de acceso a la justicia de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD), externó que “la situación es aún más grave en virtud del irrelevant­e papel de instancias contralora­s”, entre estas mencionó a la Sala de lo Constituci­onal, la Procuradur­ía para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) y la Procuradur­ía General de la República (PGR).

“Todas cooptadas o neutraliza­das por el poder Ejecutivo y, por ende, incapaces de tomar las más elementale­s medidas para detener la producción irregular de normas, la aplicación arbitraria de estas y, menos aún, para salvaguard­ar derechos elementale­s como la vida”, acusó.

Dijeron que las autoridade­s guardan silencio y que además no hay un registro oficial de reos que han muerto desde que fue aprobado el Estado de excepción. “Podemos estar ante el delito de omisión de investigac­ión”, concluyó Zaira Navas sobre las muertes de reos durante el régimen de excepción.

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UNO DE LOS CASOS. IMAGEN DEL FUNERAL DE ÓSCAR CAMPOS, QUIEN FALLECIÓ EN EL PENAL DE IZALCO. SU FAMILIA DIJO QUE LLEVABA MUCHOS GOLPES.

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