“Hay una falta de educación sexual y reproductiva. El Ministerio de Educación y el Ministerio de Salud tienen una tarea muy fuerte para coordinarse y mejorar las currículas”.
“Se debe tomar esa decisión por parte del Estado de generar esta política nacional de becas para niñas que por razones de embarazo se ven obligadas a desertar”.
Georgina Villalta, GERENTE DE RIA.
América Romualdo, LAS DIGNAS.
niñez y adolescencia en estado de embarazo, pero datos del Ministerio de Salud (MINSAL), recopilados por el Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos, de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), evidencian que estos casos se registran en edades tan tempranas como los 9 años.
En 2021, el MINSAL reportó 5,975 inscripciones maternas en niñez y adolescencia. De estas, 33 correspondieron a niñas de 9 a 11 años y 5,942 en adolescentes de 12 a 17 años.
Un estudio de la Red para la Infancia y Adolescencia (RIA), presentado ayer, también indica que solo en 2021, el MINSAL atendió a 44,678 niñas y adolescentes embarazadas, de las cuales el 22.13 % (9,889) estaban entre los 10 y 19 años. De estas, el 0.91 % correspondió a niñas entre 10 y 14 años, mientras el 21.21 % en adolescentes de 15 a 19 años.
De las embarazadas que abandonaron el sistema educativo, indica el estudio de la Alianza, la mayoría estaba en los departamentos de San Salvador (33), La Libertad (21), Usulután (21), San Miguel (17) y Morazán (14).
La investigadora de ORMUSA, Silvia Juárez, afirmó que “niñas y adolescentes embarazadas significa que hubo un proceso de violencia sexual”. Keyla Cáceres de la Colectiva Amorales, coincidió y aseguró que estos embarazos fueron producto del estupro y violación.
Desde enero hasta el 1 se septiembre de 2021, se registraron 626 casos de estupro en la niñez y adolescencia, 596 violaciones en menor o incapaz, 464 agresiones sexuales en menor o incapaz, 211 de acoso sexual y 179 violaciones agravadas en menor o incapaz, indica el informe de la RIA, citando datos de instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
¿POR QUÉ DESERTAN?
Los motivos por los que las niñas y adolescentes abandonaron sus educación no se establecen en el estudio, pero se infiere que esta decisión estaría vinculada a la discriminación, estigmatización, salud mental y trabajo. A través de un taller consultivo con niños, niñas y adolescentes, la Alianza encontró que “las niñas y adolescentes embarazadas dejaban sus estudios para dedicarse a tareas domésticas y roles reproductivos”.
Silvia Juárez, de ORMUSA, dijo que la estigmatización juega un papel determinante, porque básicamente “son culpabilizadas de su propia victimización, son señaladas por ‘permitir’ (el embarazo)”, apuntó. Explicó que hay un doble mensaje contrapuesto: “Por un lado le decimos a las niñas que son las culpables de su embarazo, pero también le decimos a los niños que ellos deben y tienen el derecho de la prerrogativa de coptar esos cuerpos, de estigmatizarlos y de verles como si fueran desechos humanos”.
Para la Alianza y las expertas consultadas, otro de los motivos de la deserción es que a estas niñas y adolescentes las obligan a tomar el rol de un adulto, por lo que deben buscar un trabajo y dedicarse al cuido del bebé de manera forzada.
Juárez advirtió que esto solo abona a la precarización de la situación de las niñas y adolescentes, ya que su mercado laboral se reduce, por ejemplo, al trabajo doméstico. “Hay también una decisión familiar que las niñas a esa edad ya pueden generar ingresos y, por lo tanto, se alienta a que deserten del sistema educativo y que más bien ingresen al mercado, aun en condiciones precarias”, explicó.
Keyla Cáceres, de Amorales, aseguró que el abandono de los estudios genera no solo que las niñas y adolescentes pierdan sus proyectos de vida, sino que también estén condenadas a vivir en círculos de violencia y pobreza. “No hay solo una frustración, sino que también está el círculo vicioso que traslada de generación en