GOES SUMARÁ YA 14,000 MILITARES EN SEGURIDAD
EL GOES ANUNCIÓ UNA NUEVA FASE DE SU PLAN DE SEGURIDAD PÚBLICA, LLAMADA EXTRACCIÓN, PERO ESPECIALISTAS CONSIDERAN QUE BÁSICAMENTE SE TRATA DE MÁS MILITARIZACIÓN.
“Básicamente lo que vamos a hacer es cercar grandes ciudades y extraer a los terroristas que están escondidos en ellas, sin darles la mínima posibilidad de escapar”.
Nayib Bukele, PRESIDENTE DE EL SALVADOR.
Sumar más militares a tareas de seguridad pública, cercar ciudades y municipios más grandes con base a la experiencia reciente de Comasagua y entrar a las zonas sitiadas para extraer pandilleros. Así se resume la nueva fase del plan de seguridad pública del gobierno del presidente Nayib Bukele, llamada “Extracción” y que fue hecha pública el pasado miércoles.
Bukele dijo que esta comprende la quinta fase del Plan Control Territorial (PCT), un plan que tal como publicó LA PRENSA GRÁFICA en febrero de este año, no existe como tal y que no se ha hecho público para fiscalizarlo.
Verónica Reyna, del Servicio Social Pasionista (SSP), coincide con la dificultad para corroborar la existencia del PCT y cree que los anuncios de nuevas fases responden a coyunturas y necesidades específicas, no necesariamente a un plan.
“A mi juicio es una política que muy probablemente no esté escrita, sino que va respondiendo más bien a las coyunturas y necesidades no sólo de seguridad o más bien, creo que lo que menos hace es responder a la situación de seguridad, sino más bien a una estrategia de posicionamiento político que el presidente utiliza, desde el discurso populista que ha generado en torno al combate de la delincuencia y en particular de esa supuesta guerra en contra de las pandillas”, analizó.
Bukele dijo el miércoles, durante la juramentación de nuevas tropas militares en San Juan Opico, que en esta nueva fase se sumarán más elementos de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) a tareas de seguridad pública en conjunto con la Policía Nacional Civil (PNC) y que con ello llegarían ya a 14,000 elementos castrenses.
Estos soldados participarán también en más cercos militares como el que se instaló en Comasagua durante octubre. “Básicamente lo que vamos a hacer es cercar grandes ciudades y extraer a los terroristas que están escondidos dentro de las comunidades, sin darles la mínima posibilidad de escapar”, dijo Bukele.
Reyna considera que esta táctica puede prestarse a más vulneraciones de la po
blación que no pertenece a pandillas y que no tiene antecedentes delictivos. “Lo que preocupa realmente es qué utilidad van a tener estos cercos muy probablemente dominados por militares. Preocupa que sea una estrategia nueva para restringir derechos de la población, que sea utilizado para generar temor, control y vigilancia no solo de las estructuras criminales sino también de la población misma y que esto lleve a incrementar los casos de violaciones a derechos humanos que estamos documentando”, añadió.
Otro sector que reaccionó con dudas sobre la idea de más cercos es la comunidad LGBTI. Nataly Paz de la Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos, detalló que los agentes policiales y los militares han sido señalados históricamente como los principales agresores de este sector de la población y que hacer este tipo de cercos podría aumentar dicha violencia, ya que uno de los factores que la desencadena es cuando se piden documentos a las personas trans y estos no corresponde a su expresión de identidad.
“Cuando la policía pide el documento, cambia su actitud, se vuelven más agresivos y empiezan con violencia verbal que ha llegado a violencia física, empujones, golpes, patadas, entre otros”, señaló.
Organizaciones sociales como el SSPAS, Cristosal y DPLF denunciaron recientemente ante el Comité contra la Tortura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que durante el actual régimen de excepción, en nombre de la guerra contra las pandillas, se han realizado miles de detenciones arbitrarias y denunciaron vulneraciones de derechos humanos cometidos por soldados y policías. Por ello temen que haya más militarización.
MÁS CAPTURAS
Tal como lo anunció el presidente Nayib Bukele, la fase de extracción conllevará también más detenciones, las cuales se
sumarían a las 58,000 que ya se contabilizan durante el régimen de excepción (entre marzo y noviembre de este año) y los 37,000 reos que ya habían en las cárceles salvadoreñas antes de la actual medida.
La PNC dijo ante el Comité contra la Tortura de la ONU el pasado 18 de noviembre que según datos de inteligencia policial en El Salvador hay cerca de 118,000 pandilleros activos.
En este sentido, Tiziano Breda, analista del International Crisis Group (ICG) para Centroamérica, dijo el miércoles en una conferencia de la Global Initiative, que el hacinamiento en las cárceles puede traer peores resultados a largo plazo.
“Los buenos resultados (del plan de seguridad en El Salvador) pueden ser temporales. Encerrar a tantas personas en prisión puede hacer que el problema en lugar de erradicarse evolucione”, expuso.
“La política de encarcelamiento masivo no es nueva, ya venía con el Plan Mano Dura, pero con este tamaño nunca se había visto. Y no sabemos si esto terminará alentando a las pandillas para que se reorganicen o si terminan siendo desmanteladas por completo”, agregó.
Verónica Reyna dijo que lo más útil sería poder verificar si cada fase ha dado resultados concretos, pero esa información es reservada por las autoridades.
“Lo que preocupa realmente es qué utilidad van a tener estos cercos muy probablemente dominados por militares. Preocupa que sea una estrategia nueva para restringir derechos de la población”.
Veronyca Reyna, DEL SERVICIO SOCIAL PASIONISTA.
“Los buenos resultados (del plan de seguridad pública en El Salvador) pueden ser temporales. Encerrar a tantas personas en prisión puede hacer que el problema en lugar de erradicarse termine por evolucionar”.
Tiziano Breda, ANALISTA DEL ICG.