VIEJOS Y NUEVOS DESAFÍOS
Los efectos de la pandemia de covid-19, la guerra rusa-ucraniana, la inflación global y el cambio climático nublan el horizonte económico y profundizan los problemas estructurales de El Salvador (pobreza, informalidad, limitación fiscal, desequilibrio territorial y vulnerabilidad ambiental). Numerosas familias están viendo afectado su nivel de vida y les preocupa el futuro de sus hijos en suelo cuscatleco.
La inquietud de muchos connacionales se debe al riesgo de una recesión mundial, al desempleo entre los trabajadores hispanos en Estados Unidos y a la exacerbación de los problemas internos preexistentes (bajo nivel de inversión, alto nivel de endeudamiento, sistema educativo ineficiente y desempleo juvenil).
El panorama es retador y demanda medidas consistentes de corto, mediano y largo plazo. Un paso estratégico consiste en armonizar el enfoque de desarrollo (búsqueda del bien común para las presentes y futuras generaciones) y el enfoque político (búsqueda del poder público). De armonizar estos enfoques y hacer que sean dos caras de una misma moneda (El Salvador), las prioridades se clarificarían y las perspectivas del país mejorarían significativamente.
A continuación, se listan diez “viejos y nuevos desafíos” desde una óptica de desarrollo.
Desafío-viejo 1: Eliminar la pobreza extrema. Aproximadamente medio millón de personas no tienen ingresos suficientes para adquirir la canasta básica alimentaria. Son principalmente familias con niños y del área rural.
Desafío-viejo 2: Descontaminar los ríos. Más del 90 % de las fuentes de agua superficial está contaminado. Esto tiene que ver con el desordenado crecimiento urbano, los inadecuados usos del suelo y el control deficiente de las descargas de aguas negras y vertimientos agrícolas e industriales.
Desafío-viejo 3: Contener la migración masiva e irregular. Tres de cada 10 compatriotas viven en otras latitudes y abandonaron su terruño por múltiples razones (estrechez del mercado laboral, violencia social, falta de una aplicación efectiva y justa de la ley, unificación familiar y otras).
Desafío-viejo 4: Desconcentrar la actividad económica del AMSS. El desequilibrio territorial expresa una desfavorable dualidad: el AMSS y el resto del país. Este camino es inconveniente por el alto riesgo sísmico capitalino.
Desafío-viejo 5: Sincerar y sanear las finanzas públicas. Ante un elevado riesgo país y una potencial presión social, el gobierno tendría que implantar disposiciones fiscales para mejorar la equidad sin afectar al crecimiento. Este punto condiciona la viabilidad de todo programa de gobierno.
Desafío-viejo 6: Implementar una agenda de desarrollo. Luego de cometerse el error de adoptar la dolarización a costa del Plan de Nación a finales del año 2000, la apertura interna ha estado paralizada.
Desafío-nuevo 1: Cohesionar a la sociedad. El éxodo, la violencia delincuencial, el consumismo y la adicción al celular (nomofobia) han quebrantado la unidad básica de la sociedad (la familia) y el sentido comunitario
Desafío-nuevo 2: Facilitar la digitalización. La brecha tecnológica afecta más a niños del área rural, a hogares de escasos recursos y a microempresas. Digitalizar es clave para mejorar el aprendizaje, aumentar la productividad y hacer más eficiente la prestación de servicios. La tarea es que nadie se quede atrás.
Desafío-nuevo 3: Empoderar y favorecer la autonomía económica de las mujeres. La erradicación de la pobreza depende de la capacidad de las mujeres de generar ingresos y recursos propios a través de un trabajo remunerado, así como de un uso equitativo del tiempo (particularmente en lo relacionado con el cuidado).
Desafío-nuevo 4: Incrementar la resiliencia frente a los efectos del calentamiento global. Las unidades agropecuarias, empresas y prestadores de servicios públicos deben ajustar sus procesos, prácticas y métodos para moderar los daños potenciales e impactos del cambio climático. ¡El tiempo apremia!
Un paso estratégico consiste en armonizar el enfoque de desarrollo (búsqueda del bien común para las presentes y futuras generaciones) y el enfoque político (búsqueda del poder público).