LA EMPRESA MÁS IMPORTANTE
El desarrollo pleno del ser humano se logra cuando llega a ser independiente para decidir sobre su futuro y tener los medios para realizar sus planes de vida personal, familiar y profesional. Todas las personas hacen sus planes de vida y se preparan para hacerlos realidad en un proyecto nuevo, ejerciendo una profesión de forma independiente o colaborando dentro de una organización pública o privada. El objetivo es tener éxito, ver los frutos de su trabajo en el crecimiento del negocio, en las recompensas que recibe de su trabajo para tener los medios de vida para sostener y progresar. El nivel de progreso dependerá del esfuerzo que realice para contribuir en lograr y sostener buenos resultados. No hay fórmulas mágicas para lograr el éxito. Depende de la forma en que se aprovechen las oportunidades y que se haga mejor que otros. Todos pueden hacer algo igual o parecido. La diferencia para ser el mejor y tener mejores resultados será el esfuerzo, la perseverancia, la disciplina, la capacidad para innovar y ofrecer algo mejor. Todos los días se miden los resultados y al final de cada ciclo se evalúan y se crean los planes para mejorarlo en el siguiente.
El recurso más importante en cualquier actividad es el ser humano. La capacidad y las habilidades de las personas determinará los frutos que obtenga por su trabajo y la contribución que puede dar a los resultados que tenga su organización. El desarrollo de toda organización dependerá de la calidad y capacidad de su dirección en definir el rumbo de su empresa, e integrar, formar y desarrollar el mejor equipo para utilizar efectivamente los recursos que necesitan para proporcionar el producto o servicio ofrecido a sus clientes y lograr los resultados esperados. Por este motivo, las organizaciones que tienen mejores resultados estimulan, retienen y desarrollan sus mejores talentos.
Los conceptos y reflexiones anteriores deben servir para aplicarlos a lo que tenemos que hacer con la empresa que nos pertenece a todos, nuestro país.
Debemos atribuir la responsabilidad de los problemas que hemos tenido a que las dirigencias nacionales que hemos tenido en el tiempo no han tenido la visión para promover, participar y comprometerse en la ejecución y evaluación de un plan nacional de desarrollo que produzca mejores condiciones de vida y oportunidades de desarrollo para todos los salvadoreños. Los resultados de esas fallas son nuestras bajas tasas de crecimiento económico, los elevados niveles de pobreza, desigualdad y exclusión social, los problemas endémicos de inseguridad, estabilidad y gobernabilidad y, más recientemente, el desprestigio internacional.
Al aplicar al país los conceptos de una organización tenemos que admitir que ofrecemos un mal producto, y como resultado los propietarios, que somos todos los ciudadanos, no tenemos los beneficios que deberíamos recibir para atender nuestras necesidades más básicas.
El deterioro de la empresa es tan grave que hasta hemos perdido la capacidad para encargar su administración a personas que tengan una elevada formación profesional y sólidos principios éticos y morales que los haga incapaces de engañar y robar los recursos que les entregamos para que la empresa produzca los resultados que esperamos. Somos una empresa tan mala que ni siquiera tenemos capacidad de retener y desarrollar el talento que tenemos internamente.
Ante un panorama tan sombrío la solución está en involucrarnos, en recuperar las capacidades que un tiempo nos hicieron ofrecer el mejor producto de Centroamérica, cuando tuvimos los resultados que nos permitieron que grandes segmentos de la población salieran de la pobreza y aumentara la clase media. Fue la época en que el prestigio internacional que teníamos nos permitió la promoción de inversión extranjera y la instalación en el país de empresas que estaban a la vanguardia en el mundo. Fuimos capaces de hacerlo porque la administración del Estado y la elaboración de las políticas públicas se hacía con ciudadanos preparados y con la capacidad para relacionarse y proyectar confianza y seguridad a nivel local e internacional.
Necesitamos revisar la historia para acordarnos que en el pasado fuimos capaces de ofrecer mayores oportunidades de progreso y desarrollo para todos.
El recurso más importante en cualquier actividad es el ser humano. La capacidad y las habilidades de las personas determinarán los frutos que obtenga por su trabajo y la contribución que puede dar a los resultados que tenga su organización.