Recompra pone mayor presión a caja fiscal
Hacienda deberá de buscar fuentes internas para pagar en enero los $667 millones del bono. Economistas consideran que la recompra es una estrategia de imagen.
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De referencia para El Salvador cerró así: acienda solo compraría un 11 % de la deuda de 2023 o en su defecto un 33 % del remanente de lo pendiente de la emisión 2025, con los $74 millones que ha ofrecido para hacer la segunda compra anticipada de deuda, según se anunció el martes.
Por lo que para algunos analistas, este último anuncio de compra anticipada es más una cuestión de “imagen” que de reducir contundentemente el pago de los bonos.
“Es otra vez una estrategia mediática, si alguien que no conoce del tema y escucha que el país está haciendo una recompra anticipada de bonos puede pensar que la situación financiera de El Salvador es muy buena; pero cuando entra y ve los detalles se da cuenta que el monto es muy pequeño, casi simbólico”, dice Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).
El Gobierno realizó por primera vez en la historia del país, una compra anticipada de la deuda que vence en 2023 y 2025, el pasado 20 de septiembre por la que pagó $364 millones; y anunció que en noviembre haría una segunda operación similar.
En esa segunda ocasión, se esperaba que el Gobierno priorizara el pago de los bonos de 2023 para reducir de alguna manera los $667 millones que deberá pagar el 24 de enero y de los cuáles aún no se tiene certeza de la fuente directa
HDe referencia para El Salvador cerró así: con la cual se financiarán.
“El momento es algo inusual ya que era más práctico priorizar la renovación de los vencimientos de corto plazo en enero de 2023 en lugar de prepagar los vencimientos de mediano plazo en 2025”, señala un análisis del Banco Santander.
Esa es la misma opinión de otro analista consultado y quien pidió no revelar su nombre, que refirió que al pagar primero el bono de 2025 y no el inmediato de 2023, aumenta la presión de caja.
Por su parte, Castaneda opina que, si bien, es positivo que el país tenga un ahorro al pagar de manera anticipada, el hecho de no pagar el precio real, cierra cada vez más las ventanas de financiamiento externas; es decir que suma un impacto adicional al perfil del riesgo del país.
Él lo ejemplifica así: “Si a usted un amigo le presta dinero, $100, y usted le dice en unos meses que si quiere le puede pagar $62 antes de tiempo, lo agarra porque piensa que quizás después no le podrá pagar... pero ya no le volverá a prestar”.
FONDOS PENDIENTES
El 24 de enero próximo el país tendrá que pagar los $667 millones del bono 2023, en el presupuesto general del Estado decía que se iba a requerir esa cantidad de otros préstamos, no se sabe cuáles; porque el mercado externo está cerrado para el país