PAGO DE LOS BONOS Y OTROS MISTERIOS DEL ERARIO PÚBLICO
l gobierno salvadoreño honró el pago de los eurobonos que vencía este mes e hizo del cumplimiento de sus obligaciones el centro de un discurso que fue a la vez una filípica contra los medios internacionales que advirtieron del aumento del riesgo país y una reivindicación del bitcóin sin que viniera a cuenta.
Desde que hizo el anuncio del pago de esa deuda por $800 millones, el presidente de la República no ha dejado de vituperar a agencias calificadoras, analistas financieros y medios de comunicación internacionales en los que se cuestionó cómo haría El Salvador para no caer en impago, de dónde obtendría los fondos para el abono a ese empréstito y qué tanto se resistiría a las recomendaciones de los organismos multilaterales de revertir la Ley Bitcóin, hacer un ajuste fiscal y recortar su gasto ordinario.
En uno de sus malabarismos lingüísticos característicos, el régimen cuscatleco ha hecho del pago una victoria propagandística como si antes sucesivas administraciones no hubieran cumplido con las suyas. En lo que sí se ha distinguido de esos gobiernos es que además de ignorar las recomendaciones de gobernanza y sensatez que vienen del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial entre otros, quiere hacer creer a su audiencia que sus cuestionables decisiones de política macroeconómica salen fortalecidas y validadas de la coyuntura.
Hace exactamente un año, el Fondo Monetario no sólo advertía de los peligros que la cripto economía suponía para El Salvador, sino que adelantaba que la pretensión del régimen de emitir los malogrados bonos bitcóin entrañaba unos riesgos innecesarios. No fue la única fuente internacional de prestigio en desarmar la narrativa presidencial alrededor de esas especies digitales, y acaso por eso mismo la virulencia del gobierno en esta coyuntura, queriendo hacer ver al mundo que aquellos cuestionamientos estaban equivocados sólo porque
Si El Salvador superó el reto de pagar los eurobonos no fue gracias al bitcóin sino a pesar de decisiones tomadas con exceso de entusiasmo y paupérrimo análisis como la que lo volvió una moneda de curso legal en el país. Si el riesgo país aumenta, será por lo mismo; que se reduzca, que es lo deseable, dependerá entre otros factores de que se sepa cómo y con qué fondos pudo la administración sortear sus obligaciones.
Eel Estado honró finalmente su deuda.
Nada de lo que el gobierno salvadoreño afirma respecto del pago de los eurobonos se sostiene sin antes aclararle a la nación con qué fondos cubrió esa deuda y si no se trata solamente de posponer déficit ocupando dinero de otros préstamos y fuentes, como lo interpretan algunos entendidos en la materia. Como puede entenderse, dicho lo dicho, el objetivo fundamental no es sanear las finanzas del Estado sino fortalecer la narrativa combativa y contestataria e insistir en que la adopción de una segunda moneda fue una genialidad presidencial y no un grave error y un lastre que las finanzas públicas no necesitaban.
Si El Salvador superó el reto de pagar los eurobonos no fue gracias al bitcóin sino a pesar de decisiones tomadas con exceso de entusiasmo y paupérrimo análisis como la que lo volvió una moneda de curso legal en el país. Si el riesgo país aumenta, será por lo mismo; que se reduzca, que es lo deseable, dependerá entre otros factores de que se sepa cómo y con qué fondos pudo la administración sortear sus obligaciones. Pero esa verdad no saldrá a flote gracias a un régimen que sólo se siente cómodo dosificando la información a cuentagotas, sino por la actuación del periodismo y de los analistas a los que en este momento se acusa de haber mentido sólo por describir lo que ocurría en las finanzas nacionales.