“LA PRIMERA MENTIRA HUMANA ES NO HABLAR”
Con respecto a la comunicación humana, los distintos tipos de lenguajes son prácticos y hay que construirlos. Es crucial atender al hecho real que cada vez que se utiliza cualquiera de ellos, ya sea convencional (verbal o escrito) o simbólico (o sin palabras), se pone de manifiesto su carácter relacional, es decir, la posibilidad de interconectar personas entre sí, de corazón a corazón. “Eso es así porque el hombre es relación, y en lo que hace el hombre se manifiesta él tal como quien es. Pero si bien conocemos de modo fácil el sentido de los lenguajes convencionales, porque somos nosotros los que les dotamos de sentido, conocer el sentido del lenguaje personal, sin embargo, solo es posible teniendo en cuenta la referencia de la persona humana. En efecto, es la misma persona la que es símbolo. La persona es remitencia, relación, apertura, libertad...” (Filosofía de la Comunicación. VV. AA. J. Yarce, Editor. Ser y comunicación. Polo, L. Pamplona: EUNSA, 1986. pp. 61-75. Selles, J. F., PENSAR, HABLAR Y COMUNICAR). Ser y comunicación (Leonardo Polo).
“El lenguaje personal es el modo de abrirse hacia la intimidad y hacia la transcendencia de la persona humana. Ese lenguaje no es convencional, porque ninguna persona es igual a otra y, por tanto, el sentido de su hablar, de su relación, es único, irrepetible. El intento de dar a entender la intimidad personal a través de lenguajes convencionales termina en el fracaso. Lo más seguro es que a uno no le entiendan o que le interpreten mal, máxime si en vez del lenguaje oral o escrito intenta usar otro que sea más plástico, como, por ejemplo, el de la pintura (por ello los cuadros en los que el artista, y esto es bastante posmoderno, intenta plasmar su intimidad son indescifrables, sencillamente porque usa un lenguaje no apto para tan alto cometido). Ello indica que la intimidad es superior en significado a lo que de ella es expresable por los lenguajes convencionales, y que el pudor respecto de su manifestación sea asunto ético”. (Selles, J. F. PENSAR, HABLAR Y COMUNICAR, https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2915658.pdf).
Se hace pues imprescindible preguntarse: “¿Se debe usar el lenguaje convencional de cualquier manera? No, sino que el lenguaje hay que emplearlo según una norma: la veracidad. El que no usa el lenguaje verazmente está destruyendo el lenguaje, y al destruir el lenguaje, está destruyendo la cooperación humana y, por tanto, poniendo en condiciones de inviabilidad el desarrollo del trabajo humano”. (Polo, L. La Ética, una versión moderna de temas clásicos. Scripta. https://revistas.unav.edu/index.php/scripta-theologica/article/view/10952 * *
El tiempo nunca se cansa de ir respirando a nuestro lado; y es ese soplo continuo el que nos evidencia que seguimos aquí.
Para los que no somos de este tiempo, la virtualidad es una aventura que parece herencia del Lejano Oeste.
Las personas están creadas para relacionarse, vivir y trabajar unidas, pero no se concibe que ocurra el trabajo humano sin la presencia del lenguaje (la comunicación). “Debe hablar, está llamado a dar de sí, a manifestar, y a darse a los demás. La primera mentira práctica estriba en emplear el lenguaje sin veracidad. La mentira en el trabajo, mentira también práctica, deriva de la lingüística, y admite varias modalidades: una, no trabajar, que es la mentira ontológica humana, pues el hombre está hecho para ello; otra, en trabajar mal, es decir, el amplio tema de la chapuza; otra, en el no trabajar en lo acordado siempre que lo acordado lo sea en vías al incremento del bien común, sino en otra dirección, etc. (https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2915658.pdf).
El lenguaje personal es el modo de abrirse hacia la intimidad y hacia la transcendencia de la persona humana. Ese lenguaje no es común o general, porque ninguna persona es igual a otra. Se hace necesario reconocer que el sentido al hablar, la forma de relacionarse, es único e irrepetible. Por lo tanto, es posible que tratar de dar a entender la intimidad exclusivamente a través de lenguajes convencionales podría ser un fiasco lleno de frustración, ya que se peligra de ser malentendido y de dar malas explicaderas (ejemplos frecuentes son las equivocaciones al grabar audios o escribir en Whatsapp).
“Lo más seguro es que a uno no le entiendan o que le interpreten mal, máxime si en vez del lenguaje oral o escrito intenta usar otro que sea más plástico, como, por ejemplo, el de la pintura (por ello los cuadros en los que el artista, y esto es bastante posmoderno, intenta plasmar su intimidad son indescifrables, sencillamente porque usa un lenguaje no apto para tan alto cometido). Ello indica que la intimidad es superior en significado a lo que de ella es expresable por los lenguajes convencionales, y que el pudor respecto de su manifestación sea asunto ético”. Leonardo Polo, Ética. Hacia una versión moderna de los temas clásicos, Unión Editorial, Madrid 1996, 196 pp., 15 x 21. | Scripta Theologica.
Las personas están creadas para relacionarse, vivir y trabajar unidas, pero no se concibe que ocurra el trabajo humano sin la presencia del lenguaje (la comunicación).