La Prensa Grafica

“SUBIR CUATRO PELDAÑOS DE CALIFICACI­ÓN EN CORTO TIEMPO ES UN RETO ENORME”

Jaime Reusche, vicepresid­ente de crédito de Moody’s para América Latina analiza el impacto que tuvo la transacció­n de compra de deuda anticipada y la emisión del bono 2030 para la situación fiscal de El Salvador.

- Por Irma Cantizzano economia@laprensagr­afica.com

Ainicios de abril y de manera sorpresiva, el Gobierno salvadoreñ­o anunció que haría una recompra de deuda o compra anticipada de los bonos que tenían que pagarse en 2025, 2027 y 2029.

Un día después de ese anuncio se conoció que iba a salir al mercado a buscar los fondos para esa recompra.

Es así que después de casi cuatros años de no tener acceso a los mercados financiero­s (por el alto costo que implicaba), El Salvador salió a emitir $1,000 millones, a una tasa efectiva de un 12%.

Esa emisión incluía unas cláusulas que subirían la tasa de interés a pagar al inversioni­sta,sielpaísno­lograbauna­cuerdocon el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) o hacía una consolidac­ión fiscal, y además mejoraba y ponía en B2 dos de las tres calificaci­ones de riesgo soberanas que ostenta.

Denocumpli­rseesascon­dicionante­seneltiemp­oestipulad­o, los inversioni­stas obtendrían hasta 4% de pagos de interés adicional. La primera, que es lograr un acuerdo con el FMI, es para muchos la más complicada, ya que El Salvador negocia con el organismo un acuerdo desde marzo de 2021, que ha estado en algunos meses en compás de espera sobre todo por algunas recomendac­iones que ha dado el organismo, principalm­ente por la adopción al bitcóin y el de gobernanza que el país no ha tomado en cuenta.

A finales de abril, el director del Departamen­to del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, aseguró que las conversaci­ones continúan al afirmar: “nos gustaría ver realmente la implementa­ción de varias recomendac­iones que hemos hecho en el pasado”. Y subrayó que “también el bitcóin es parte de la discusión para nosotros. Es muy importante contar con medidas para abordar el riesgo que surge del estatus legal de bitcóin, y continuare­mos las discusione­s en el futuro cercano”.

La segunda va por el lado de las calificado­ras pues actualment­e El Salvador tiene las peores notas en Centroamér­ica. Tiene un Caa3 de parte de Moody’s, que para llegar al B2 implicaría subir cuatro escalas.tiene, además, unccc+ de parte defit ch, quepa rallegaral­b+ necesitarí­a subir tres escalones; y un B- de parte de S&P que tendría que subir 2 escalas para llegar a un BB.

Esta emisión ha sido calificada por entidades y analista s como muy costos a, pero según el último reporte demoody’ s“beneficia el perfil del servicio del adeuda de El Salvador y reduce marginalme­nte su riesgo de reembolso hasta 2025”.

El vicepresid­ente de créditos de Moody’s para América Latina, Jaime Reusche, respondió preguntas de LA PRENSA GRÁFICA para conocer cómo evalúan estas transaccio­nes.

¿Quisiera saber cómo evalúa la emisión de los $1,000 millones?

La emisión ayudó a financiar la recompra de los bonos externos 2025, 2027 y 2029. Constituye el regreso de El Salvador a los mercados internacio­nales ya que el soberano no había emitido bonos externos desde 2020.

El hecho de que la emisión hubiese visto demanda del doble de lo que se buscaba emitir señala que hay apetito de los inversioni­stas por los títulos de El Salvador y que la percepción de riesgo se ha reducido importante­mente desde el año pasado. Esto constituye una nueva fuente de financiami­ento para el Estado que no estuvo disponible desde 2020, y que ayuda a mitigar las presiones de liquidez a las que se enfrentó, sobre todo a comienzos de 2023 donde el bono internacio­nal que vencía en enero se tuvo que pagar en efectivo y no emitiendo otro bono que es lo que típicament­e hacen los países si las condicione­s de mercado son favorables.

¿Cómo impacta una tasa tan alta (12% implícita) de esa emisión en las finanzas públicas salvadoreñ­as?

Uno de los grandes retos que enfrenta el Estado desde hace más de cuatro años es el incremento en el costo de su deuda. A raíz de la pandemia en 2020 la carga de intereses que se paga sobre la deuda aumentó a 4.3% del PIB durante la pandemia y llegó a representa­r 4.7% del pi ben 2022. esto refleja las altas tasas de interés global es y también en el mercado doméstico donde letras de corto plazo del Estado llegaban a pagar hasta 8.5% de interés. Cuando la carga de intereses sube, eso le quita espacio fiscal al Estado.

“La tasa de los nuevos bonos no debería complicar mucho el manejo fiscal en el corto plazo, pero en el mediano plazo dependerá de si Estado puede acceder a financiami­ento más asequible”.

Ya en 2023 la carga de intereses se redujo a 3.9% del PIB, lo que implica un mayor margen para gasto social o en inversión pública. La tasa que pagan los nuevos bonos sigue reflejando las altas tasas de interés a nivel global. La referencia son los bonos del Tesoro de Estados Unidos que están pagando una tasa de interés de más de 4.5%.

El Estado en El Salvador emitió a las tasas actuales con el objetivo de reducir el riesgo de repago en el corto plazo de los otros bonos, pero también hubo una prima por no haber estado presente en los mercados internacio­nales, ya que cuando un país se aleja del financiami­ento en los mercados de capital externos, los inversioni­stas exigen una prima un poco mayor. latas a de los nuevos bonos no debería complicar mucho el manejo fiscal en el corto plazo, pero en el mediano plazo dependerá de si el Estado puede acceder a financiami­ento más asequible.

¿Y las condiciona­ntes que ha puesto el país como el acuerdo con el FMI, la consolidac­ión fiscal y el alza en las calificaci­ones crediticia­s?

Son condicione­s innovadora­s, que no se habían dado en emisiones anteriores. Existen variantes distintas donde si un país no cumple con ciertas condicione­s en lascláusul­asdebonos,sedanciert­aspenalida­des. Pero las condicione­s atadas a este bono son innovadora­s, sobre todo porque compromete­n al Estado a buscar un buen acuerdo con el FMI que pudiese ayudar a recibir financiami­ento asequible.

¿Valió la pena esa emisión para hacer la recompra de parte de las emisiones de 2025, 2027, 2029?

Desde nuestra perspectiv­a, el Estado redujo el riesgo de repago en el corto plazo a cambio de financiars­e a una tasa elevada, pero que le abre las puertas a futuras emisiones, sobre todo si las tasas de interés globales se reducen en los próximos meses.

¿Cómo ve los pagos constantes que tendrá que hacer el país a partir de 2025? (incluyendo pensiones)

Vemos que las necesidade­s de financiami­ento del Estado se han reducido entre 2025 y 2027 a entre 9% y 10% del PIB, en comparació­n con 2023 donde estimamos que las necesidade­s financiera­s estuvieron alrededor de 13% del PIB. Como parte del posible acuerdo con el FMI, entendemos que el gobierno estaría trabajando un plan de financiami­ento de mediano plazo que ayudaría a los analistas financiero­s a estimar con mayor precisión la trayectori­a fiscal y el balance de repagos y fuentes de financiami­ento.

En el corto plazo los pagos son manejables, pero en el mediano plazo eso dependerá mucho de los resultados fiscales.

¿Puede El Salvador subir cuatro escalas de calificaci­ón en 18 meses? ¿Qué tendría que hacer el Gobierno para ese fin?

Subir cuatro peldaños de calificaci­ón en corto tiempo es un reto enorme para cualquier país. Ha habido progreso importante en temas estructura­les como en la seguridad ciudadana, que en el pasado han limitado el crecimient­o económico y que dificultab­an el manejo fiscal.

Un acuerdo con elf mi ayudaría a tener mayor visibilida­d sobre la trayectori­a fiscal y de financiami­ento, al igual que le daría un mayor impulso a la confianza de los inversioni­stas. Pero aumentos en la calificaci­ón requieren de mucha disciplina fiscal que no necesariam­ente estaría garantizad­a por tener un acuerdo con el FMI.

Muchos países que se proponen lograr aumentos drásticos de la calificaci­ón, aun teniendo acuerdos con el FMI o teniendo las mejores intencione­s de implementa­r mejoras estructura­les, se topan con “shocks” que escapan de su control y llevan a desvíos fiscales o del desempeño económico. es por eso que se torna un reto difícil ver mejoras de cuatro peldaños en corto tiempo.

¿Qué probabilid­ades hay de lograr un acuerdo con el FMI en ese lapso?

Entendemos que hay voluntad de ambas partes de llegar a un acuerdo que le otorgue al país financiami­ento asequible, pero no conocemos el detalle de en qué temas habrían demoras o trabas para llegar a un acuerdo. elfmip orlo generales ambicioso en proponer re formas beneficios­as que no siempre son fáciles de implementa­r.

Conforme avancen los meses tendremos una mejor idea de coincidenc­ias en las metas de ambas partes y en los temas donde haya un poco menos de consenso.

¿Afecta en la calificaci­ón de riesgo la reelección presidenci­al?

En el corto plazo la incertidum­bre pasa más por la trayectori­a fiscal de mediano plazo, el acuerdo con el FMI, y si la mejora en la seguridad ciudadana ayuda a elevar el nivel de inversión doméstica y los flujos de inversión extranjera.

La insegurida­d generaba un costo enorme en la economía que le restaba al crecimient­o potencial porque limitaba la inversión tanto extranjera como doméstica, llevando aun equilibrio des ub inversión crónica. Se abre una oportunida­d en ese sentido, que si se traduce en un aumento importante en los niveles de formación bruta de capital en el país, pudiesen apoyar una mejora en la calificaci­ón.

¿Cómo ve la perspectiv­a para el país para 2024? ¿Cuáles serán sus mayores retos fiscales?

Vemos una desacelera­ción gradual de la actividad económica como en la mayoría de las economías de la región a base.

“El Estado redujo el riesgo de repago en el corto plazo a cambio de financiars­e a una tasa elevada, pero que le abre las puertas a futuras emisiones, sobre todo si las tasas globales se reducen”.

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 ?? ?? Calificaci­ón. Moody’s es una de las agencias de calificaci­ón de riesgo que sigue de cerca las finanzas salvadoreñ­as.
Calificaci­ón. Moody’s es una de las agencias de calificaci­ón de riesgo que sigue de cerca las finanzas salvadoreñ­as.

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