TRABAJO DE CUIDADOS
“Dime quién eres y te diré cuánto te toca cuidar” (UNFPA, 2024) es una interesante publicación que plantea que, en El Salvador, las mujeres dedican más tiempo que los hombres a la realización de las tareas de cuidado del hogar. Es una realidad cotidiana para las mujeres de las distintas edades, áreas geográficas, niveles educativos y estratos socioeconómicos. Miles de mujeres están atrapadas en el mundo de los cuidados sin la posibilidad de ir a la escuela o de trabajar para obtener ingresos propios.
El trabajo de cuidados del hogar incluye: 1. Cuidar a otras personas en su niñez y/o vejez, personas con alguna discapacidad y/o enfermedad o personas con una alta dedicación laboral. 2. Reparar diferentes activos del hogar como vivienda, muebles, electrodomésticos o vehículos. 3. Hacer distintos quehaceres del hogar. 4. Acarrear recursos naturales para el hogar como leña y/o agua. 5. Cuidar animales domésticos y/o mascotas. 6. Planificar las finanzas del hogar y/o pagar cuentas.
De acuerdo con datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2022, el 75.8 % de horas de la demanda de cuidado es cubierto por mujeres y el 24.2 % por hombres. A la semana, las mujeres de 5 años o más dedican en promedio 14.66 horas más que los hombres a distintas tareas de cuidado. De este modo, la carga femenina equivale al 268.9 % de horas de la carga masculina.
UNFPA subraya que el porcentaje de mujeres salvadoreñas con una alta carga de cuidado del hogar es muy superior al de los hombres en las distintas edades. La brecha de género más profunda afecta a las mujeres que no estudian ni trabajan en el cuidado de personas. En promedio, por cada 100 horas dedicadas por los hombres, las mujeres dedican 533.91 horas por semana.
También es reveladora la persistencia intergeneracional del rol protagónico de la mujer en la atención de los quehaceres del hogar y las necesidades de cuidado de otras personas. Sin importar el grupo etario, las mujeres dedican más horas que los hombres a la realización de estas dos tareas. En cambio, existe una persistencia intergeneracional del rol protagónico de los hombres en la atención de tareas vinculadas con la reparación del hogar y el transporte de recursos naturales como leña y agua.
Sin importar su edad, las mujeres rurales dedican más tiempo a los cuidados que sus pares urbanos; y en los hombres, los del área urbana dedican más tiempo que los del área rural. En coherencia con estas brechas, más de la mitad de las mujeres urbanas y rurales posee una alta carga de cuidado del hogar, mientras que en los hombres urbanos y rurales es menos de la sexta parte.
Adicionalmente, en 2022, las mujeres de 15 años y más dedicaban más tiempo a los cuidados que los hombres, sin importar si han logrado llegar al tercer ciclo de la educación básica, han obtenido su título de bachillerato o cursan alguna carrera técnica o universitaria (educación superior). Es decir, el acceso a una mayor educación no garantiza por sí misma un reparto equitativo en las tareas de cuidado.
Reflexión: la publicación del UNFPA es valiosa y oportuna. No obstante, convendría que en próximos informes se profundizara en las propuestas (de 81 páginas solo una tiene recomendaciones). Entre las sugerencias presentadas están las siguientes: (1) aplicar el enfoque de derechos; (2) considerar a las personas dependientes del cuidado y a las personas cuidadoras; (3) reducir la brecha de género vinculada a los cuidados; (4) fortalecer y universalizar las políticas de licencia parental remunerada (hombres y mujeres); (5) generar datos y análisis desagregados por género y edad sobre el trabajo de cuidado.
Sin importar su edad, las mujeres rurales dedican más tiempo a los cuidados que sus pares urbanos; y en los hombres, los del área urbana dedican más tiempo que los del área rural.