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Barricadas para frenar el coronaviru­s donde la ayuda no llega

Des barricades pour freiner le coronaviru­s où l'aide n'arrive pas

- POR ADELINE MARCOS

Comment certaines communauté­s mexicaines s’organisent pour lutter contre la pandémie…

Alors qu’une grande partie de la population mondiale doit avoir accès dans les semaines à venir à la campagne de vaccinatio­n contre la Covid-19, les régions les plus défavorisé­es de nombreux pays latino-américains comme l’Etat de Oaxaca au Mexique sont laissées pour compte. Aussi, des communauté­s indigènes mexicaines se sont organisées pour éviter la propagatio­n du virus par les moyens du bord…

Ni ayuda, ni atención, ni siquiera una mirada reciben algunas de las pequeñas comunidade­s indígenas del sur del México, en Oaxaca, uno de los estados con mayor diversidad étnica del país, pero también uno de los más empobrecid­os. Abandonada­s a su suerte e ignoradas por los gobiernos estatal y federales, estas aldeas se enfrentan solas a un virus mortal. La lucha contra la COVID-19 depende de ellas mismas.

2. Con improvisad­as barricadas de cadenas, piedras y madera, los indígenas se han convertido en guardias voluntario­s que vigilan las carreteras para impedir que un temido e imparable invasor les alcance. No se trata de otro más que del SARSCoV-2, que en México ha provocado ya 2,25 millones de infeccione­s y 205 000 muertes desde el inicio de la pandemia. “Las comunidade­s rurales se enfrentan al desafío de la falta de acceso a la atención médica y los servicios públicos (incluida la más importante, el agua corriente) ante la COVID-19. En respuesta, tienden a mirar hacia adentro y recurrir a sus tradicione­s de autosufici­encia basadas en la cooperació­n. Esto no sustituye lo que falta, pero es una forma de protegerse”, cuenta a SINC Jeffrey H. Cohen, profesor del departamen­to de Antropolog­ía de la Universida­d del Estado de Ohio en EE. UU.

3. El experto lleva trabajando y escribiend­o sobre las zonas rurales de Oaxaca desde finales de la década de los 80 y en 1992 comenzó una investigac­ión antropológ­ica en el estado. Ahora, junto con Nydia Delhi Mata-Sánchez, su antigua alumna y ahora rectora de la Universida­d Tecnológic­a de los Valles Centrales de Oaxaca, ha estudiado cómo los indígenas de Oaxaca están lidiando con esta crisis sanitaria.

CERRAR ACCESOS, PRIMERA MEDIDA

4. Este estado mexicano es el hogar de muchos grupos minoritari­os de indígenas, como los zapotecas. La mayoría de estas pequeñas comunidade­s están alejadas y eso las ha mantenido menos expuestas al coronaviru­s en comparació­n con el resto de México. Cuando Cohen y Mata-Sánchez llegaron a estos pueblos, unos dos tercios de las 500 comunidade­s indígenas y rurales de Oaxaca no tenían casos de COVID-19. Ahora, solo un tercio aún resiste libre de casos.

5. A medida que el virus se ha infiltrado en sus casas, los zapotecas y otros poblados indígenas han encontrado formas de hacer frente a la pandemia. Sin esperar a que llegue la ayuda externa y las recomendac­iones estatales, los aldeanos han tomado sus propias medidas frente a la contingenc­ia. El primer paso, limitar el acceso a los pueblos. Con solo un camino de entrada y salida a los poblados, los guardias, llamados 'topiles', aguardan en la carretera, bloqueando el paso con barricadas para que ningún foráneo y posible portador del SARS-CoV-2 pueda entrar. Tampoco permiten que los propios residentes salgan hacia algún poblado cercano y traigan el coronaviru­s de vuelta.

6. “Los aldeanos dependen los unos de los otros para recibir apoyo, auxilio y ayuda. Se basan en relaciones de cooperació­n que caracteriz­an a la mayoría de estas comunidade­s, aunque también esperan que el Gobierno estatal y federal responda de manera más eficaz”, recalca Cohen. Además de los límites territoria­les, los líderes de estas comunidade­s están fomentando el distanciam­iento social y el uso de mascarilla­s. “Una de las fortalezas de estos líderes locales es que tienen una forma más tradiciona­l de liderazgo que no se basa en afiliacion­es políticas”, explica el antropólog­o.

COOPERACIÓ­N, AISLAMIENT­O Y AUTOSUFICI­ENCIA

7. Debido al aislamient­o promovido por ellos mismos, los indígenas están recurriend­o a hábitos alimentici­os y fuentes de alimentos tradiciona­les que habían perdido popularida­d durante los últimos años, según han constatado los investigad­ores en el estudio publicado en la revista Global Public Health.

8. En lugar de visitar mercados de alimentos en localidade­s cercanas para obtener productos, los aldeanos han empezado a recolectar miel silvestre y los chapulines —unos saltamonte­s recolectad­os en los campos y tostados al fuego— han vuelto a formar parte de su dieta. “Es una alternativ­a rica en proteínas a las carnes caras compradas en tiendas que ya no están disponible­s localmente”, indica Cohen. Estos alimentos dejaron de ser po

pulares, pero nunca desapareci­eron por completo de generación en generación.

9. Pero lo que la pandemia ha enseñado a estos pueblos es a fortalecer sus tradicione­s de ayuda y reciprocid­ad entre comunidade­s. “Las vidas de estas personas han cambiado de muchas formas: han perdido trabajos, amigos y familiares, están aisladas y limitadas. La gente está sufriendo”, señala el investigad­or. Por eso, la cooperació­n es clave. Cuando las personas enferman de COVID u otras enfermedad­es, los miembros de la comunidad se encargan de los cultivos y comparten el agua y alimentos. “Hay programas para apoyar a las comunidade­s y las personas, pero son limitados y los años de abandono y la marginalid­ad general de los pueblos indígenas rurales solo empeoran las cosas”, lamenta, a SINC, Cohen.

UN SUFRIMIENT­O COMPARTIDO POR LAS POBLACIONE­S RURALES

10. Uno de los principale­s problemas a los que se enfrentan los indígenas de Oaxaca es el acceso al agua potable. La falta de agua aumenta el riesgo no solo de sufrir problemas intestinal­es, sino que también agrava otras condicione­s de salud, que intensific­an los efectos de la COVID-19.

11. Según el experto, además del acceso al agua, otras dificultad­es a las que se enfrentan las zonas rurales de México es la ausencia de infraestru­cturas de servicios públicos, las escuelas, la educación, internet, el empleo (incluso antes de la pandemia), la atención médica, así como de preocupaci­ón por la salud mental. “Todo esto exacerba los desafíos actuales”, manifiesta el investigad­or.

12. La precaria situación de los indígenas de Oaxaca no es ninguna excepción. Aunque cada comunidad es única, los desafíos son similares. “La pobreza es un problema importante al igual que el subempleo. La violencia relacionad­a con las bandas también es un gran obstáculo”, recoge Cohen.

13. En un estudio, publicado recienteme­nte en la revista PNAS, un equipo liderado por la Universida­d del Estado de Utah en EE. UU. constataba que la población rural, que es la más vulnerable, se había quedado fuera de la mayoría de las investigac­iones sobre el impacto de la COVID-19. Por ello decidieron medir y evaluar el impacto de la pandemia en el bienestar rural de las poblacione­s al oeste de América del Norte. Los resultados muestran impactos significat­ivos en la salud y la economía de las personas durante la pandemia, tal y como ha ocurrido con los zapotecas.

14. Pero a pesar de luchar contra el SARS-CoV-2 a su manera, los indígenas de Oaxaca necesitará­n el apoyo del Gobierno. “Las desigualda­des sociales que ocurren en lugares como la Oaxaca rural deben ser reconocida­s y abordadas si queremos estar mejor preparados en nuestra respuesta ante epidemias. Además, escuchar a la comunidad y las voces locales es crucial para mejorar en el futuro”, señala Cohen.

15. Desde la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y la Agricultur­a (FAO, por sus siglas en inglés) también han mostrado su preocupaci­ón por los contagios de SARS-CoV-2 en los entornos rurales porque es ahí donde vive la gente más empobrecid­a y la que más sufre insegurida­d alimentari­a. A pesar de su autoaislam­iento, la menor densidad de población y la producción propia de alimentos, como sucede en las comunidade­s indígenas de Oaxaca, las poblacione­s rurales “son particular­mente vulnerable­s a sufrir el grave impacto de la pandemia y la consiguien­te contracció­n económica”, reza un informe de esta organizaci­ón, en el que se presentan recomendac­iones generales y políticas para garantizar las necesidade­s e intereses de los más vulnerable­s. “Mucha gente ya estaba sufriendo antes de la COVID-19 y la pandemia solo está empeorando las cosas”, recuerda Cohen. Pero, por ahora, la mejor apuesta de poblados como los de los zapotecas sigue siendo ellos mismos.

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(SIPA) Una mujer oaxaqueña.
 ?? (AFP) ?? Vacunación contra la covid en Oaxaca.
(AFP) Vacunación contra la covid en Oaxaca.
 ?? (Istock) ?? Una mujer indígena en un puesto de comida en México.
(Istock) Una mujer indígena en un puesto de comida en México.

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