"CUANDO HABLAS DE POBREZA EN PERÚ TE DICEN QUE... ¡ERES COMUNISTA!"
« Quand tu parles de pauvreté au Pérou on te traite de... communiste ! »
Avec Mario Vargas LLosa, Alfredo Bryce Echenique est l’un des écrivains péruviens les plus lus dans le monde. Etrangement, aucun de ses livres n’avait jamais été adapté au cinéma. C’est chose faite aujourd’hui avec le plus célèbre de ses romans, Un monde pour Julius, qui évoque l’enfance d’un petit garçon de la haute bourgeoisie de Lima dans les années 50 avec en toile de fond les profondes inégalités de la société péruvienne. Rencontre avec la réalisatrice, Rossana Díaz Costa.
Vocable: ¿Qué es lo que le motivó a adaptar un monumento de la literatura peruana como es Un mundo para Julius. Rossana Díaz Costa: La novela la llevo arrastrando conmigo desde hace mucho tiempo. Fue la primera novela “adulta” que yo leí, cuando tenía 12 o 13 años. Me dejó conmocionada, lloré mucho. Sin embargo, como el personaje de la novela, el niño Julius, había cosas que no entendía… La volví a leer a los 14, a los 15… Bueno, se puede decir que la novela me acompañó a lo largo de la secundaria. Cuando la terminé, lo entendí. La novela me explicó lo que veía a mi alrededor, la violencia de la injusticia social en el Perú, el racismo, el machismo... Yo era una chica de clase media que se fue empobreciendo en los años 80, pero estaba ubicada en un colegio privado de niños ricos, exacta
mente como el colegio de Julius. Por parte de mi papá, yo iba a sitios de Lima de extrema pobreza. La novela transcurre en el Lima de los 50, pero la situación no ha cambiado nada en el fondo: la desigualdad es profunda. Cuando estaba estudiando en la Escuela de Cinematografía de Madrid (ECAM), en un curso de adaptación, nos pidieron llevar una novela y se me ocurrió llevar... Un mundo para Julius, ¡de 500 páginas! Hice el tratamiento a mi nivel, el de un estudiante en el 2001… Pero transcurrían los años y siempre la tenía en mi cabeza… Además, me di cuenta —soy profesora en la universidad— de que los chicos de ahora no han leído la novela… Y, en el 2015, me dije, ¿y si hago Un mundo para Julius? Yo había seleccionado momentos de la novela y empecé a escribirlo todo de nuevo.
2. Vo: ¿Fue difícil conseguir los derechos? RDC: Me acerqué a la agencia de Carmen Balcells en Barcelona para pedirlos y me dijeron que había habido como cinco intentos de adaptarla, pero nadie lo hizo al final. Alfredo Bryce Echenique está ya muy mayor, así que estaban muy contentos de que hubiera un nuevo proyecto de adaptación, pero tenía que realizarse esta vez. Alfredo me ha apoyado mucho en el proceso, porque le había gustado mi primera película Viaje a Tumbuctú. Intervino personalmente para que se bajara el precio de adaptación de la novela. Por lo demás, me dio total libertad.
3. Vo: Para adaptar 500 páginas, ¿cuál fue su hilo de Ariadna? RDC: Lo más importante era quedarme con lo que le pasa al niño, adoptar su punto de vista y cómo vive los acontecimientos más relevantes de su infancia, que son la pérdida de su hermana, la de Vilma su niñera… Y, en medio de estos episodios traumáticos, cómo se da cuenta poco a poco de la gran desigualdad, del racismo hacia la servidumbre y todo lo que 'aprende' con los hombres de su casa. Representan un tipo de macho muy latino…
4. Vo: La película muestra la fuerza de opresión del patriarcado de manera muy impactante… RDC: Sí, quise darles importancia a los personajes de las mujeres. El personaje de la madre por ejemplo, Susan, parece frío y superficial, pero está triste. Está encerrada en un rol que tiene que cumplir de persona de la alta sociedad. Luego, el personaje de la niñera Vilma es muy importante. Me hace gracia porque hay gente que ha leído la novela, pero no recuerda al personaje de Vilma, cuando ella está desde el principio al fin. Recuerdan a personajes secundarios y... ¡no recuerdan al personaje conductor!
5. Vo: Siendo una película de época, ¿fue complicado producirla? RDC: Fue muy difícil conseguir dinero. Tuve que cortar partes del guion y trabajar con un plan de rodaje muy ajustado. 6. Vo: Y hacer un castin para la casa, ¿no? Porque es un verdadero personaje de la cinta… RDC: ¡Sí! Lima es una ciudad poscolonial, pero la mayoría de las casas de esa época han sido destruidas para hacer edificios nuevos o son sedes de instituciones o embajadas. La casa que encontramos estaba medio cerrada y hemos tenido que arreglarla.
7. Vo: Y, ¿cómo encontró al niño para el papel de Julius? RDC: Buscaba a niños con caracteres parecidos a los personajes de la novela. O sea, a un Julius de ahora… Y los ojos de Augusto Linares, de 9 años, contaban toda su soledad, sensibilidad y algo de tristeza.
8. Vo: La peli fue un éxito de taquilla en Perú, pero, ¿cómo fue recibida por las nuevas generaciones que, como decía al principio de esta entrevista, no han leído la novela? RDC: Aunque no hayan leído la novela, hablan mucho acerca de la desigualdad y el racismo. Y, por cierto, gracias al estreno del filme, hay un regreso de la novela… Hay una anécdota que dice mucho de la situación en el Perú: al 97 % de la gente le gusta la película, y especialmente el final, y hablan acerca de ello. Pero hay un sector al que le ha ofendido el final: gente muy de derechas que no quiere ver lo que pasa en Perú y me dice “la novela no acaba así, es muy divisorio…”. Cuando hablas de pobreza en Perú te dicen que... ¡eres comunista!
9. Vo: ¿Cómo ve la situación política de Perú? RDC: Es una situación muy inestable y nadie sabe lo que va a pasar. El Gobierno de Castillo no es un buen gobierno, pero como muchos otros que hubo antes. Lo que ocurre ahora es que hay una franja de la sociedad que lo que quiere es sacarle a toda costa, porque no soporta que un indígena sea presidente.
10. Vo: ¿El cine puede ayudar a cambiar las cosas? RDC: El cine no soluciona nada, pero ayuda a cuestionar. El problema es que hay muy buenos filmes peruanos que tienen éxito y premios en festivales internacionales, pero que acá nadie conoce. Necesitamos un cine medio para una lectura más fácil, que nos pueda representar al mismo tiempo internacionalmente, un poco como lo que ocurre en Argentina.
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