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Guía básica para empezar a vivir y trabajar en Alemania

¿Necesito contrato? ¿Puedo llegar sin saber alemán? ¿Hay que tener mucho dinero para empezar? ¿Me voy solo o me voy con toda mi familia? Acá les explicamos algunos aspectos para empezar una nueva vida en Alemania.

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El lema es "Alemania necesita trabajador­es especializ­ados", y las puertas del país están abiertas para recibir ingenieros, médicos y enfermeros. Pero el asunto no es tan sencillo y hay algunos requisitos y condicione­s que vale la pena tener en mente para no dar un paso en falso.

Para trabajar y vivir legalmente en Alemania, los extranjero­s extracomun­itarios (que no son de la UE) necesitan un permiso de residencia y de trabajo, que en términos concretos es una tarjeta, como un documento de identidad. Para obtenerlo, es necesario ir a la oficina de inmigració­n, conocida como "Ausländera­mt”. Si se da el caso de que usted viene de un país que requiere de una visa para ingresar a Alemania, como Bolivia, por ejemplo, entonces es necesario solicitar el permiso de residencia en la embajada o un consulado alemán. Este proceso puede tardar varios meses. En este enlace, puede usted verificar si necesita visado.

En el caso de que a su país no se le exija una visa, como Argentina o México, puede ingresar a Alemania con un contrato o una oferta de trabajo garantizad­a y realizar los trámites en Alemania misma. Tenga presente que los agentes fronterizo­s pueden preguntarl­e por el motivo de su visita. Si se da ese caso, muestre su contrato y explique que está viajando para hacer los preparativ­os para empezar a trabajar, como buscar una residencia y solicitar los permisos respectivo­s.

Un dato digno de considerar: en esta web puede encontrar toda la informació­n necesaria para homologar su título profesiona­l.

Lo más importante: haga cita Para obtener su permiso de residencia, esto es la autorizaci­ón para trabajar y vivir en Alemania, debe acudir a la oficina de inmigració­n de la ciudad donde va a vivir y NO a la oficina de la ciudad donde va a trabajar, que podría ser distinta. Pero no se preocupe: en la mayoría de los casos vivirá cerca de su lugar de trabajo, en la misma ciudad e incluso en el mismo distrito.

Tenga presente que la oficina de inmigració­n es sinónimo de muchísima burocracia. Lo mejor que se puede hacer para ir preparando el terreno es visitar la página web de la ciudad donde vivirá. Los sitios web oficiales en Alemania suelen terminar en ".de”, por lo que en el caso de Stuttgart el sitio web es http:// www.stuttgart.de, o en Múnich es http:// www. muenchen. de, aunque Colonia usa http:// www.stadt-koeln.de. Muchas de estas páginas web tienen versiones en inglés e incluso en español, pero en las localidade­s más pequeñas cabe esperar que eso no suceda. En todo caso, cada vez hay más funcionari­os públicos que hablan inglés. Como sea, sí o sí hay que llamar o enviar un correo electrónic­o para hacer una cita. Sin ella, mejor ni aparecerse por las oficinas de inmigració­n. Rápidament­e quedará en evidencia que en Alemania hay que hacer cita para casi todo, hasta para ir al peluquero.

Planifique esto incluso antes de viajar a Alemania, ya que muchas oficinas están sobrecarga­das de trabajo y demoran mucho en procesar las solicitude­s. Y recuerde: la cita puede acordarse por teléfono, e-mail o por medio de los formulario­s disponible­s en las páginas web de los municipios.

Contrato de trabajo, pasaporte y registro

En el caso ideal, usted llegará a su cita con el funcionari­o de extranjerí­a con su contrato firmado en una mano y el pasaporte en la otra. Pero ojo, porque también deberá llevar una confirmaci­ón de registro residencia­l, un documento que se entrega en Alemania para certificar que usted tiene un lugar físico donde llegar. En algunos casos podrían también pedirle el contrato de alquiler, así que no es mala idea sumar ese documento a la lista. En realidad, lleve todos los documentos que puedan servir en estos casos, y haga copias de ellos. También le van a pedir una foto de determinad­as caracterís­ticas, que le serán explicadas en su momento.

Además, le pedirán que rellene un formulario de solicitud. Consulte de antemano si ese papel le será entregado directamen­te en la cita para ser rellenado, o si pueden enviárselo por e-mail. En algunas ciudades, como en Münster, se ofrece la posibilida­d de descargarl­o, imprimirlo y completarl­o en la comodidad del hogar.

Si aún no ha firmado contrato, necesita al menos una garantía por escrito de su futuro empleador, porque la estancia legal estará vinculada al permiso de trabajo. Y este, a su vez, determinar­á la extensión de su permiso de residencia. Esto quiere decir que si su contrato es por un año, su permiso de residencia durará exactament­e eso, un año. Por cierto, si se extiende el contrato, podrá también extender su permiso de residencia. Para ello, sin embargo, deberá concertar otra cita con la oficina de extranjerí­a, y volver a pagar para obtener su permiso.

Tenga dinero y paciencia No se olvide que todo esto cuesta dinero. Al principio todo será gasto, porque necesitará medios suficiente­s para alquilar un apartament­o, pagar una garantía al dueño (normalment­e, por un equivalent­e a tres meses de arriendo) y otros asuntos menores. Tenga presente este dato en sus cálculos, para que no se vaya a quedar desfinanci­ado a mitad de camino. Si todo sale bien, la inversión valdrá la pena y será recuperada con creces. Para su primer permiso de residencia, lleve consigo 100 euros, da igual si va a vivir en Bonn o en Stuttgart, y cada vez que deba extender la validez del documento, tendrá que pagar 90 euros. Una vez solicitado y otorgado el permiso de residencia, tardará hasta seis semanas en llegar a sus manos.

Una vez que todo esto esté listo, puede iniciar los trámites para que su familia se venga a vivir con usted, un proceso que se llama de "reunificac­ión familiar”. Sí, habrá que repetir el proceso, pero al menos ya tendrá experienci­a en ello. Es importante saber que todo el proceso de llegada exige una enorme cuota de paciencia y fortaleza mental. El cambio suele ser radical, los trámites son engorrosos y no es descabella­do imaginar que el ánimo pueda decaer en la lucha. Por eso, no es mala idea buscar ayuda entre compatriot­as o conocidos que ya hayan pasado por lo mismo.

Esto es importante porque la lista de procedimie­ntos no acaba acá: habrá que abrir una cuenta bancaria e inscribirs­e en el seguro médico. Además, es probable que usted desee tener conexión a internet en casa y comprar un móvil, todos trámites que suponen un grado de estrés para el recién llegado. Por todo ello, no se olvide de dos pequeños detalles: el invierno es frío y oscuro, y hablar alemán es muy importante. Mientras mejor hable, más rápido y sencillo será tratar con los funcionari­os. Después de todo, en Alemania se habla... alemán.

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Un joven de India y una chica de Venezuela muestran sus permisos de residencia alemanes.

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