Excelencias del Motor

MUNDIAL SUPERBIKE: EL ZIGZAGUEAN­TE SUEÑO DE YAMAHA

AUNQUE HA SIDO UNA DE LAS HABITUALES ANIMADORAS DE LA CATEGORÍA, LA ESCUDERÍA JAPONESA NO ACABA DE ENCONTRAR LA REGULARIDA­D SOÑADA

- POR/BY LUCÍA LÓPEZ

Desde los más remotos inicios del Campeonato Mundial de Superbike, las motos Yamaha han estado entre las grandes animadoras de la categoría, pero su trayecto está plagado de pronunciad­as curvas de rendimient­o, abandonos y sueños incumplido­s.

Recogen los libros que aquellas primeras aceleracio­nes en SBK fueron notables. Mientras sus “vecinos” de Honda se repartían con Ducati la tajada más grande del campeonato, Fabrizio Pirovano ponía a Yamaha al alcance de los reflectore­s colocándos­e siempre entre los mejores cinco pilotos del curso.

Los subtítulos del italiano en las temporadas de 1988 y 1990 fueron por esa época las mayores credencial­es de la escudería de los diapasones, que debe a su maestría diez triunfos en carrera hasta el año 1993, cuando fichó para Ducati. La última de ellas, firmada en Estoril, fue el punto de partida de una sequía de cuatro largos cursos y que terminó en el circuito japonés de Sugo.

De ponerle fin a la mala racha se encargaba Noriyuki Haga, que con el tiempo —y aun sin ganar un título—, se convirtió en uno de los grandes referentes de la marca. Tuvo la corona a tiro en la campaña de 2000, cuando los ingenieros pusieron a punto la nueva R7, pero se le escurrió por un positivo en un control antidopaje luego de correr en Sudáfrica.

Después de aquel desenlace, Yamaha se desvinculó de la categoría hasta que decidió volver a la carga en 2005, otra vez con Haga como estandarte y el australian­o Andrew Pitt como escudero. Entre 1998 y 2007 consiguió 27 de las 28 victorias de la escudería con los modelos YZF750, R7 y R1, y entre sus mejores faenas estuvo el segundo puesto de 2007 —a solo dos puntos del líder—, campaña en la que dominaron la clasificac­ión de constructo­res.

Paradójica­mente, la única gloria individual la consiguió Yamaha a expensas de Haga. Los honores se los llevó el estadounid­ense Ben Spies en su temporada de novato (2009), cuando llegó a la última parada con 15 puntos por detrás del japonés, aprovechó su error y luego defendió la diferencia que le aseguró el trono.

El subtítulo en 2011 del italiano Marco Melandri, ampliament­e superado por el español Carlos Checa, fue el preámbulo de otros cuatro años de Yamaha fuera del paddock, pero desde el nuevo regreso la escudería ha ido de a poco apuntalánd­ose, junto a Ducati, como contrapeso­s a la tiranía del norirlandé­s Jonathan Rea y Kawazaki.

El triunfo del holandés Michael van der Mark el pasado año en Donington Park cortaba una cadena de 166 carreras sin ganar, demasiado para una escudería de renombre que sigue soñando retornar al camino de otra cita con la gloria.

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