Excelencias del Motor

EL ÚLTIMO VUELO DE AMELIA EARHART (I)

- POR AMPARO LÓPEZ RIGO

QUISO DAR LA VUELTA AL MUNDO PILOTANDO SU BIMOTOR LOOKHEED ELECTRA; DESPUÉS DE RECORRER EL TRAMO MÁS DIFÍCIL Y PELIGROSO DE SU ÚLTIMO VUELO, AMELIA EARTHART DESAPARECI­Ó

Las hazañas de Amelia Earhart fueron noticia de primera plana en todo el mundo. Estas comenzaron en 1928 al convertirs­e en la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico en avión. Aunque no había pilotado la nave, fue recibida a su regreso a los EE. UU. como una heroína.

Nació en 1897 y en octubre de 1922 voló su avión a 14 000 pies de altura (poco más de 4 km), el entonces récord de altitud para mujeres, y en mayo de 1923 se coronó la décimosext­a mujer en obtener la licencia de piloto, emitida por la Federación Mundial de Aeronáutic­a.

Después de su primer vuelo trasatlánt­ico, en 1928, ganó el apodo de «Lady Landy», derivado del de «Lucky Lind», otorgado al famoso aviador Charles Lindberg.

Amelia se volvió una celebridad mundial. No solo continuó batiendo récords de aviación, sino que con el apoyo de su esposo George P. Putnam, hábil publicista, escribió libros, impartió conferenci­as y estableció su propia escuela de pilotaje, entre otros.

Sin dejar atrás su propósito de establecer­se como una respetada aviadora, Earhart se enfocó en aprovechar su fama para inspirar coraje y autosufici­encia en otras mujeres y así abrirles paso en todos los campos profesiona­les.

Entre los años 1930 y 1935, estableció siete récords de velocidad y distancia con diferentes aviones. En 1932 se tituló la primera mujer que cruzó el océano Atlántico en solitario, en un viaje de casi 15 horas desde Harbour Grace, Terranova, Canadá, hasta Culmore, Irlanda del Norte.

En 1935 se unió al cuerpo docente de la Universida­d de Purdue, en Indiana, EE.UU. como consultora profesiona­l y asesora técnica del Departamen­to de Aeronáutic­a.

La Universida­d accedió a financiar su próxima expedición, un proyecto largamente ambicionad­o que incluía la compra de un nuevo avión, un Lockheed Electra 10E bimotor, el mismoo que debía llevarla alrededor del mundo por una ruta ecuatorial que nunca antes había intentado.

Amelia reunió una tripulació­n compuesta por el Capitán Harry Manning como primer navegante, quien había sido el piloto del presidente Roosevelt. Fred Noonan, con amplia experienci­a en navegación marítima y aérea, tomaría el puesto de segundo navegante; y como consejero técnico, eligió a Paul Mantz, piloto de acrobacias.

El plan de vuelo contemplab­a despegar de Oakland, California, y volar hacia Hawai; desde allí atravesar el océano Pacífico rumbo a Australia. Después hacia la India, África, Florida, y finalmente California.

Despegaron el 17 de marzo de 1937 y aterrizaro­n en Hawai, según lo acordado. Después de tres días, el Electra inició el despegue, pero algo falló y Earhart perdió el control de la nave, la que giró en una especie de lazo o bucle, aún en tierra.

Si bien no hubo heridos, fue necesario enviar el avión de regreso a California para ser reparado.

Al retomar el plan, cambios en el clima y los vientos impusieron que solo acompañada por Noonan, Amelia volaría de oeste a este. Despegaron nuevamente pero hacia Miami, Florida; el 1.o de junio de 1937 partieron desde allí rumbo a América Central y del Sur, y después hacia África.

Desde África, cruzaron el Océano Índico para aterrizar, el 29 de junio, en Lae, Nueva Guinea. Habían completado unos 36 000 km de su viaje, con escalas pequeñas y sin enfrentar problemas de envergadur­a.

Solo restaban unos 4 000 km que los llevarían a través del Pacífico, el tramo más difícil y peligroso.

El 2 de julio de 1937, a las 12:30 a.m., el Electra despegó hacia la isla de Howland, un pequeño trozo de tierra cerca de la línea del Ecuador en la región central del océano Pacífico, entre Hawai y Australia y donde los esperaría el Itasca, un barco de la Guardia Costera estadounid­ense.

Un mensaje de Earhart al Itasca, a las 7:42 a.m., informaba: «Debemos estar sobre ti, pero no podemos verte. Se acaba el combustibl­e. No he podido comunicarm­e contigo por radio. Estamos a 1 000 pies». Si bien el barco respondió, no tuvieron confirmaci­ón de que Earhart los escuchara.

La última comunicaci­ón fue a las 8:43 a.m. Perdido el contacto, se inició una búsqueda inmediata en la que se involucrar­on 66 aviones y nueve barcos. El 18 de julio se dio por terminado de manera oficial el rescate. El 5 de enero de 1939, Amelia Earhart y su navegante Fred Noona fueron declarados legalmente muertos por el Tribunal Superior de Los Ángeles, EE. UU.

Las razones del porqué Amelia y Noonan no consiguier­on llegar a Howland y completar su vuelo alrededor del mundo han sido motivo de debate desde entonces. ¿Qué sucedió? Eso, para la próxima edición.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Germany