El futuro avión supersónico Mach 3
ESTA AERONAVE, QUE MIRA AL FUTURO, VIAJARÁ A TRES VECES LA VELOCIDAD DEL SONIDO Y SERÁ UTILIZADA PARA VUELOS COMERCIALES DE LAS LÍNEAS AÉREAS
El tercer avión supersónico de pasajeros en la historia de la aeronáutica, fabricado en serie, está en camino. Primero fue el Tu-144; el segundo y más famoso fue el Concorde, que voló durante 27 años. Finalmente, ambos quedaron en tierra por su baja rentabilidad, caros mantenimientos y otras dificultades.
Además del Tu-144 soviético y el Concorde franco-británico, Norteamérica creó dos proyectos: el Boeing 2707 y el Lockheed
L-2000. El primero fue el más favorecido; sin embargo, nunca se construyó ni siquiera un prototipo. El segundo solo quedó en la aspiración. Y ninguno de los dos supersónicos estadounidenses voló jamás.
La aeronáutica tiene, entre sus «asignaturas pendientes», que las aeronaves supersónicas comerciales disminuyan los tiempos de vuelo entre grandes ciudades y hagan de nuestro mundo una «aldea cada vez más pequeña». Ahora está en marcha un nuevo proyecto: el Mach 3, más rápido y más soñador que sus antecesores.
El Mach 3 espera viajar a unos 3 700 km/h: será más rápido que los míticos Tu-144 (Mach 1 y 2), entre 1000 y 2000 km/h, y el Concorde (Mach 2.04), alrededor de 2 500 km/h. Lo lleva a cabo Virgin Galactic Holdings Inc., una compañía que proyecta los viajes aeroespaciales y cuenta con su propia constructora de aviones.
Virgin Galactic fue fundada en 2004 por el empresario británico Richard Branson, quien ya era propietario, desde los años 80 del siglo pasado, de la aerolínea Virgin Atlantic, una empresa que comenzó a dar vuelos entre el Reino Unido y las Islas Malvinas desde 1982. La propulsión del Mach 3 está a cargo de Rolls-Royce.
En agosto del año pasado (2020) ya fue presentada la primera etapa del diseño de esta aeronave supersónica. El diseño del prototipo acaba de pasar las revisiones de la Mission Concept Review de la NASA. Sin embargo, a Virgin Galactic y Rolls-Royce les queda por definir los materiales adecuados para el veloz avión, pues hay que tener en cuenta las altas tensiones y las temperaturas por la velocidad, así como el rozamiento del avión con la atmósfera. Asimismo, es preciso reducir el ruido que genera todo supersónico al cruzar la barrera del sonido. Fue justamente ese ruido lo que privó al Concorde de volar sobre las ciudades a su velocidad máxima. Solo podía hacerlo cuando ya sobrevolaba el Atlántico.
A todo ello hay que agregar, por supuesto, que el emprendimiento sea rentable. Y un aspecto que no se debe olvidar es la capacidad total de la aeronave. Según precisó la compañía, dispondrá entre 9 y 12 asientos o entre 9 y 19, en dependencia de la configuración escogida (en el Concorde viajaban 128 y en Tu-144, 140). Aunque transcurrirá algún tiempo antes de ver volar al Mach 3, ya se ofrecen algunas expectativas muy favorables. La aeronave podrá volar a unos 3 700 km/h a una altura de 20 000 m, por lo que viajar de Londres a Nueva York serían solo 90 minutos. Además, no necesitaría de ningún aeropuerto especial para operar.
Asimismo, la cabina podría personalizarse de acuerdo con los requerimientos de cada cliente, incluido el reacondicionamiento de las plazas a bordo, con los tipos
Business o First Class. Por otra parte, el avión estaría disponible para ser utilizado como parte de la flota comercial de cualquier aerolínea o por propietarios que tengan su aeronave privada.