Análisis 14 La educación en los tiempos del covid-19 El título de este artículo hace referencia a una genial obra del escritor colombiano Gabriel García Márquez, y muestra que siempre la realidad supera a la ficción. Un virus ha logrado modificar el mundo y a los seres humanos tan rápidamente que es la envidia de Buda, Jesús, Mahoma o de cualquier dios; un éxito de mercadeo global sin parámetros de comparación. Aparte también ha puesto en jaque los cimientos del orgullo tecnológico de la generación 2.0. maestros, la enseñanza virtual significó un obligado cambio de paradigma. Su trabajo, valentía y creatividad deben ser reconocidos por autoridades, padres de familia y alumnos. Los docentes han absorbido los gastos de agua, luz, teléfono, internet, computadora, materiales de trabajo y un enorme etcétera que trajo consigo la educación virtual —y en muchos casos, de ellos y de sus hijos—. Muchos docentes ya estaban capacitados para este tipo de enseñanza, ya había experiencias previas —algunas muy interesantes— de educación a distancia y virtual. Y, todo docente, está obligado a mantener y buscar su capacitación constante para poder lograr sus metas, fines y objetivos —fundamentalmente su compromiso de vida y vocación con sus alumnos y para conseguir un mundo mejor—. “La mejor forma de aprender es enseñar”, este principio no cambia. Por Luis Alfredo Aguilar, docente de la Universidad Mariano Gálvez tecnológico educativo que ya tenía establecidas muchas de las herramientas y recursos de trabajo—. Tanto alumnos como maestros fueron llevados a las trincheras y la academia ha logrado ser una de las pocas actividades humanas triunfadoras ante esta devastadora pandemia. Como todas, estas batallas no han sido perfectas y hay muchos problemas para resolver. Aclaro, hablo desde la perspectiva de un docente que tiene alumnos con la posibilidad de acceder a internet. En el caso de la educación pública, en Guatemala y el mundo, la realidad es totalmente otra —no escapó al atraso y subdesarrollo de la mayoría de nuestra sociedad—. y de comodidad en este tipo de enseñanza. Solo queda como consejo que establezcan un severo control académico para velar por la calidad de la enseñanza que se les brinda a los alumnos, velar por la capacitación constante a sus docentes y mantener un equipo de herramientas educativas accesibles a alumnos, padres y docentes. Buscar y establecer alianzas estratégicas con las grandes empresas operadoras de internet para que esta básica herramienta de trabajo no sea una dificultad, sino una ayuda a alumnos, padres y maestros —especialmente en calidad y costos—. Establecido ya mi punto de partida para hablar de educación y pandemia, tengo claro que la enseñanza virtual se va a quedar —no es una moda pasajera— por muchas razones. Para las grandes empresas educativas ha mostrado ser rentable y práctica —no hay gastos de agua, luz, teléfono, internet, materiales de trabajo, etc.— Su clientela objetiva —los estudiantes y padres de familia— también ha visto interesantes posibilidades educativas Uno de los fundamentales cambios que esta terrible enfermedad ha provocado está en la educación. Esta pandemia modificó y unificó la enseñanza. La inmediata y genial respuesta del sistema educativo fue trasladar las clases a la virtualidad. Maestros, directores, dueños de colegios y de universidades merecen un reconocimiento porque su respuesta fue valiente —ayudados por un aparato Para los La educación es contagiosa en la realidad. Para llevar a cabo esta actividad se utilizó una escritura real de una sociedad y la clase se dividió en grupos de accionistas y conformantes del órgano de administración. del CoLAB de la UFM participó en el reto, sobre el que Abigail Monroy, estudiante de Administración de Empresas en la Facultad de Ciencias Económicas, comentó: Fue una experiencia que recordaré con alegría y entusiasmo. No solamente porque se llevó a cabo durante la cuarentena provocada por el covid-19, sino porque logró ampliar mi experiencia educativa en la universidad y me permitió conocer a personas increíbles y talentosas que ahora puedo decir que se han vuelto mis amigos. Por Carmen Rodríguez, directora del Departamento de Formación Continua, Universidad Francisco Marroquín Desde que tenemos acceso a un celular, internet y Google, lo más importante no es lo que sabemos, sino lo que podemos hacer con la información que tenemos. Lo difícil es saber discernir entre verdadero y falso, hacer grandes preguntas, analizar la información con un ojo crítico, formular opiniones independientes, colaborar y comunicarnos de forma efectiva. Como valiente respuesta ante el covid-19, nuevos profesores y estudiantes se sumaron a la experimentación, el uso de tecnología en el aula y al aprendizaje activo. de clase a la situación actual y aprovechar la coyuntura que vivimos para enseñar partiendo de una situación y problemas reales. Estas metodologías preparan a los alumnos para que puedan afrontar y adaptarse ante cualquier reto. La clave está en aprender a aprender, aprender a ser, y aprender a hacer. Covid-19 fue la oportunidad perfecta (para todos) de permanecer flexibles, alertas, despiertos y continuar aprendiendo, celebrando y reflexionando sobre la importancia de la libertad. Esta pandemia nos permitió aceptar la responsabilidad del cambio. Desde el personal que planificó la logística, los docentes que migraron a clases en línea en 48 horas, a los estudiantes que optaron por sacar el máximo provecho de esto y seguir aprendiendo. El tesoro más grande que tiene una universidad es la curiosidad y el interés de su comunidad educativa por innovar y mejorar el aprendizaje. No hace falta inventar proyectos y problemas para una clase. El mundo nos presenta una serie de problemas complejos que permiten que los estudiantes y profesores colaboren en proyectos interdisciplinarios, busquen soluciones y que juntos co-creen prototipos reales para solucionar estos retos. Nada hace más relevante un curso que su aplicación en el mundo real. Con este fin en mente y aprovechando que la tecnología derriba barreras y fronteras, la UFM creó una alianza con el Make Impact Consortium del Massachusetts Institute of Technology, que lanzó el covid-19 Design Challenge para idear y diseñar soluciones ante los retos que tendremos que afrontar durante la reapertura de la sociedad. Un equipo de estudiantes Como dice Michael Oakeshott en El coronavirus aceleró el proceso de cambio en la educación porque nos hizo cuestionar cómo aprendemos mejor y por qué seguimos usando las prácticas pedagógicas de hace más de 500 años. La inercia, el miedo al fracaso y el “cómo se ha hecho siempre” limitaban nuestra capacidad de aprender y experimentar en el aula. La Voz del Aprendizaje Liberal: “Cada ser humano es una historia, y crea esa historia por sí mismo por la forma en que responde a las vicisitudes que encuentra en su vida”. Necesitamos equipar a las generaciones futuras con la adaptabilidad, flexibilidad, capacidad de análisis y pensamiento crítico necesario para enfrentar retos e incertidumbre. Además, hace falta tener una comunidad de personas con las que aprendemos. Un ejemplo de las experiencias de aprendizaje en línea de la UFM fue el curso de Sociedades Mercantiles de la Facultad de Derecho. En ella se celebró una Asamblea de Accionistas de una Sociedad de forma virtual. Esto permitió a los alumnos abordar las últimas reformas al Código de Comercio de Guatemala. En la Universidad Francisco Marroquín, un buen número de profesores llevaban años implementando metodologías de aprendizaje activo, como el diálogo socrático, el Team-Based Learning y el aprendizaje basado en proyectos y en problemas. El juego de roles, los casos, diálogos y el aprendizaje por medio de proyectos nos permitieron adaptar las actividades Compartimos nuestra caja de herramientas para el aprendizaje y te invitamos a visitarla en: Lo mejor para los alumnos fue que aprendieron viviendo una asamblea tal y como lo es formacioncontinua.ufm.edu