LA RECETA ORIGINAL
con el aroma de la vainilla, canela y nuez moscada
El rompopo, aparte de ser una bebida tradicional para las fiestas de fin de año, en la actualidad también es empleado en repostería para preparación de galletas,
pasteles, tortas o helados. Preparación: 15 min.
Tiempo total: 1 hora. Porciones: 4 Dificultad: fácil
Plato módico: L160
Ingredientes
2 litros de leche
1½ tazas de azúcar ½ cucharadita de sal 6 cucharaditas de vainilla 3 rajas de canela
1 pizca de nuez moscada 9 yemas de huevo
½ taza de ron Paso a paso
1/ Calentar la leche en una olla, cuando empiece a hervir bajar el fuego y agregar azúcar, sal, vainilla, canela y nuez moscada. Mover constantemente con una cuchara de madera para evitar que se pegue.
2/ Cuando haya reducido un poco, retirar del fuego y dejar enfriar. Batir las yemas de huevo hasta que cambien de color y agregar a la leche tibia sin dejar de batir.
3/ Llevar de nuevo al fuego, dejar hervir, retirar y agregar el ron. Mezclar bien y servir frío. Sobre las yemas de huevo. Se deben batir enérgicamente hasta que cambien de color y tengan una textura uniforme.
El rompopo es una bebida muy popular en Latinoamérica y disfrutada mayormente en las fiestas de fin de año como aperitivo o como digestivo después de las comidas. Estamos en la temporada en donde no puede faltar esta bebida de sabor dulce y aromático que se elabora a base de leche, yemas de huevo, licor y vainilla.
muchas versiones sobre el origen de esta bebida, pero la más acertada es que fue llevada a México por los españoles en 1524, específicamente por los frailes franciscanos durante la época virreinal; época en la que empezó el mestizaje gastronómico en América Latina. El nombre de la receta original es rompón, sin embargo, en otros países se le conoce con diferente nombre, mientras que en Honduras le llamamos rompopo. Según la historia de esta bebida tradicional de Navidad, en ese entonces únicamente era preparada en los conventos por las monjas clarisas, y se dice que fueron ellas quienes lo bautizaron como rompope y lo preparaban exclusivamente para autoridades eclesiásticas y personalidades del gobierno, pues para las monjas era prohibido probar las comidas y bebidas que preparaban, especialmente si estas contenían licor, pero con el paso del tiempo se les autorizó que pudieran consumirlo.