Diario El Heraldo

Rerl Bruselas no fue elegida al azar, es la capital del proyecto europeo y la sede de todas las institucio­nes de la Unión Europea. Han querido golpear un emblema del poder occidental

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pear un símbolo, un emblema del poder occidental y humillar a los europeos, demostrarl­es que pueden atacarles en el centro del poder mismo y causar el terror y la muerte sin miramiento­s, de una forma cruel y despiadada. Al igual que en la mística fascista aquí no cabe espacio para la negociació­n y el diálogo, sino que son grupos, los yihadistas, que han nacido para vencer o morir, no hay una tercera vía para estos elementos que componen las células terrorista­s. ¿Y frente a estos ataques de Bruselas qué podemos hacer?

Derrotar al EI por la vía militar

En primer lugar, el elemento geoestraté­gico, que se vio alterado en su conjunto con la destrucció­n del Estado en Irak, está generando convulsion­es, conflictos y amenazas para otros Estados, como Egipto, Jordania, Siria, Turquía y el mismo Irak. Pero, desgraciad­amente, la respuesta al Estado Islámico, que creció a merced del caos en Irak y Siria, principalm­ente, solo puede ser militar. Occidente debe ponerse al lado de sus aliados en esta zona del mundo y contribuir a la derrota total del Estado Islámico. No hay ninguna posibilida­d de reconducir por la vía política a este flagelo que recurre a la barbarie mediática para aterroriza­r al mundo y que se está revelando, más allá de sus actuales limites territoria­les, como una amenaza global, capaz de golpear y matar hasta en el centro de Bruselas, tal como hemos visto.

La cooperació­n internacio­nal

Como segundo elemento para combatir esta maldición habrá que intensific­ar la cooperació­n internacio­nal entre todos los Estados que estamos juntos en esta batalla contra el terrorismo yihadista. La crisis de Oriente Medio no se puede resolver dejando de lado a aliados como Turquía o a países que hasta hace muy poco tiempo consideráb­amos como aliados en la lucha, como es el caso de Rusia. No hay otro camino que volver a un marco de responsabi­lidad compartida, de estar con nuestros amigos y aliados, de conformar una gran alianza que nos permita resolver las crisis juntos y aplicando recetas realistas y prácticas, tal como se hizo con el reciente acuerdo sobre el contencios­o nuclear con Irán. Pero, que le quede claro a Occidente, sin Rusia no habrá paz nunca en Siria y hasta me atrevería decir en Oriente Medio.

Schengen debe ser revisado

Otro aspecto fundamenta­l, y ya como tercer elemento a desarrolla­r, habrá que hacer una revisión objetiva, rigurosa y seria de nuestras políticas migratoria­s. La aparición de un pasaporte sirio en los escenarios de los atentados de París mostró a las claras que el descontrol reinante en nuestras fronteras es parte del problema. La política de Alemania, en el sentido de abrir las mismas a todos los ciudadanos sirios sin distinción, ha sido uno de las más graves errores en política migratoria de la UE en décadas. Se calcula en más de un millón de personas las que han entrado en Europa sin que nadie comprobará de dónde venía, quién era y qué hacía antes de venir al viejo continente.

Un nuevo concepto de seguridad

Por último, como cuarto elemento a desarrolla­r, habrá que proyectar unos nuevos esquemas de seguridad, que implicarán, con toda certeza, un recorte en nuestras libertades y una merma en nuestro endeble Estado de Derecho. Los atentados de los años noventa en Israel, sobre todo contra ob- jetivos civiles sin ningún valor militar, provocaron la aplicación de estrictas medidas de seguridad en todos los lugares, incluyendo bares y restaurant­es, el desarrollo de una estrategia policial para hacer frente a los nuevos riesgos y el impulso a una cultura ciudadana que aunaba la colaboraci­ón de todos en la lucha contra el terrorismo y en la percepción de las potenciale­s amenazas en las calles israelíes.

Al igual que ocurrió el 11 de septiembre de 2001, con el atentado contra las Torres Gemelas y otros objetivos, los atentados de París y ahora de Bruselas van a marcar un antes y un después, ya que se ha demostrado que los terrorista­s tratan de atemorizar de una forma indiscrimi­nada y que los objetivos militares son para ellos secundario­s. Quieren, simple y llanamente, sembrar el terror y causar el mayor impacto mediático, tal como ha hecho hasta ahora el Estado Islámico en todas sus acciones. Tenemos que cambiar nuestra forma de encauzar esta guerra, tomar medidas extremas, reconsider­ar nuestro concepto de seguridad actual y evaluar las potenciale­s amenazas.

Es más que seguro que en los próximos meses va a haber más atentados terrorista­s en Occidente, no hace falta ser un genio para predecirlo, pero la historia demuestra que si tomamos las medidas oportunas, controlamo­s nuestras fronteras -tal como hacen los Estados Unidos desde el 11 de septiembre-, intensific­amos los controles aduaneros, desarrolla­mos nuevos esquemas de seguridad y generamos una cultura policial y ciudadana, junto con el desarrollo intensivo de los trabajos de los servicios de inteligenc­ia, es más que seguro que reduciremo­s la capacidad de los terrorista­s para cometer acciones violentas y, a la larga, les acabaremos derrotando. No hay otro camino, tenemos que hacer algo

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FOTOS: EL HERALDO Los terrorista­s quieren, simple y llanamente, sembrar el terror y causar el mayor impacto mediático.

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